DESconstrucciones

Fernando Híjar Sánchez

La música de la xiuitl

           Para todos los tocadores de la hoja del México Profundo

La foto que aparece al inicio del presente escrito capta a  Javier Bautista tocador de la música con hoja, (xiuitl, hoja en lengua náhuatl), como él mismo la nombra, mostrando sus relucientes sonoridades en las calles de la Roma en La ciudad de México. El maestro, de 38 años de edad, es oriundo de La sierra norte de Veracruz, colindando con Hidalgo, y nació en el poblado de Santa Cruz, cerca de la cuna del renombrado Trío Xoxocapa.

 Veamos y escuchemos:

En sus propias palabras:

Desde los siete años aprendí a tocar la hoja antes, me decía mi abuela, que había muchos que les gustaba soplar la hoja, yo conocí a muy pocos. La hoja con la que se toca en la Huasteca es la hoja de naranjo, yo toco con hoja de hule, aquí en la ciudad, porque es más vistoso, se nota más, yo quería con hoja grande para que se viera, pero se puede tocar cualquier hoja mientras no se reviente. Comencé por necesidad, ahora más o menos me entono, antes no. Yo lo tomo como un instrumento musical, si uno no la conoce piensa que es una trompeta. Algunos señores grandes sí la siguen tocando, pero a los jóvenes les da pena. Toco de todo un poco románticas, cumbias, rancheras, norteñas, a la gente les gusta más, huapangos muy pocos, la que acabo de tocar es una romántica Mi linda esposa, creo que es de Los dandis.

Xalapa, el Trío Xoxocapa, la Tasca, Vancouver y el folclor

A lo largo de los años setenta llevé a cabo mis primeros, “espontáneos” acercamientos al, que años después se le nombró, México Profundo de este modo conocí varias regiones de México, entre ellas, las huastecas (es fundamental manejar y conocer el concepto de Región, en particular Región Cultural,  para comprender en toda su amplitud la música tradicional, en especial de los pueblos originarios, vinculada al patrimonio, diversidad y diálogo intercultural) y sus maravillosos sones rituales (como los canarios) y huapangos. En algunas ocasiones escuché los sonidos emanados de la hoja, pero fue a finales de los ochenta en la Ciudad de Xalapa (en la legendaria La Tasca de Luis Castillo Richi) en donde tuve la gracia (gratia) de conocer al maestro Víctor Ramírez del Ángel, uno de los más destacados violinistas de son huasteco (para Román Güemes, investigador y músico, “su destreza y virtuosismo en el manejo de la vara, lo convierten en uno de los mejores violinistas vivos” de este género) y en medio de una de sus tocadas, a veces, sacaba de sus bolsillos una hoja para mostrarnos su tesoro sonoro. El maestro Víctor junto con Jorge Vidales (jarana) e Ismael Hernández (quinta huapanguera) conformaron el Trío Xoxocapa (río ácido) el cual sentó sus bases en Xalapa. La Tasca del cantor se convirtió en el lugar de reunión de músicos, investigadores, escritores, promotores culturales, periodistas, productores y claro, amantes de la música de las huastecas y de otras expresiones musicales. Para Román Güemes, en aquellos años, La Ciudad de las Flores era “un gran centro huapanguero”, en la actualidad el son que rifa es el son jarocho. También por las calles céntricas de esta ciudad encontramos tocadores callejeros de hoja.

En una de tantas veces que viajé a Xalapa (en varias ocasiones con Modesto López y Oscar Chávez con el objetivo de grabar música veracruzana y en relación a conciertos, presentaciones de discos y festivales) conocí al investigador Manuel Álvarez Boada (uno de los primeros que realizó estudios serios y comprometidos de esta región musical); para el que quiera internarse en las sonoridades huastecas es fundamental conocer su libro, publicado en 1985, Música Popular de la Huasteca Veracruzana; para infortunio de todos Manuel falleció, a mediados de los noventa, cuando se encontraba en el pináculo de su conocimiento.

A inicios de los noventa, por iniciativa de Discos Pentagrama, viajé al Vancouver folk music festival junto con una delegación de músicos veracruzanos: Grupo Tacoteno (en 1984, gracias a Juan Meléndez de la Cruz, se reagrupa este grupo, un tiempo después del fallecimiento de don Arcadio Hidalgo, el mal llamado último jaranero negro del Sotavento, ocurrencia de algún distraído escritor) renacido en Coatzacoalcos con dos de sus antiguos músicos; cuando se habla o se investiga sobre el revival del son jarocho, en los años setenta, se refieren al grupo Mono Blanco como el principal detonador de este resurgimiento, pero se olvida que en un lejano 1969 se funda el primer Tacoteno, cuyos integrantes fueron: don Arcadio Hidalgo, Antonio García de León y los hermanos Noé y Benito González. El mérito histórico del papel que jugó esta proverbial conjunción de músicos se escatima de manera incomprensible (en el mismo año de su fundación, Arturo Warman, realiza en el poblado San Juan Evangelista, en Veracruz, la grabación matricial: Arcadio Hidalgo y su conjunto Tacoteno, producida por el INAH); ellos, tal vez, sin buscarlo dieron los primeros pasos para el “boom” del movimiento jaranero o sonero, para algunos y para quien esto escribe, este ya se agotó, y habría que pasar a otra etapa de su desarrollo; Combo  Ninguno (conformado en la Ciudad de Xalapa, en 1982) liderado por Leonardo Ortiz, maestro del tres cubano y voz, es una de las agrupaciones más representativas de la música afroantillana con un toque veracruzano, ellos llaman a su música “salsa mexicana con sabor jalapeño”, para mí, esta denominación es a todas luces incorrecta y demerita la música de este sobresaliente combo. Se acuerdan de las movilizaciones en contra de la planta nuclear, en tierras jarochas, en ellas se escuchaba Tumba Verde (Pentagrama, 1987) de Combo Ninguno, he aquí un fragmento:

Tumba que tumba…

A mí me gusta el suelo en que nací

No quiero que se convierta

en otro Chernóbil

EL hombre derrama del mar

Laguna Verde lo va a matar…

¡Hay que pararla, se viene encima, Laguna Verde cómo lastima!

En Vancouver el Trío Xoxocapa, en particular don Víctor, sobresalió en los talleres en donde se presentaban los maestros violinistas de diferentes países (canadienses, irlandeses, ingleses y de otras nacionalidades), no solo fue aplaudido por su destacada participación en el manejo de la vara (algún músico planteó que de su violín brotaba “magia y encantamiento”) sino por la asombrosa música que se deslizaba de una llana y volátil hoja.

A reserva de ahondar, en otras colaboraciones, sobre el concepto de Culturas Musicales, que constituye  uno de los objetivos  primordiales de estas DESconstrucciones, ahora detengámonos un poco en lo “folclórico” y tradicional(según la Academia Mexicana de la Lengua las dos formas, folklor o folclor,  son correctas: Sin embargo, la más recomendable es folclórico, por ser la grafía folclor la más común en el español de América…). En el caso de nuestra nación lo más correcto y adecuado es hablar de tradicional (en México, en cada país varía el significado y sentido, cuando se hace referencia a lo folclórico, se le ve con desprecio y subestimación, o por el contrario se le idealiza de manera burda, producto, por un lado, de la ignorancia, desdén y racismo exacerbado y, por otro, de un rescate patriotero trasnochado y anacrónico) cuando uno se refiere a las músicas profundas, a las músicas de raíz, de los pueblos originarios y mestizos. En lo tocante a la muy mal llamada música étnica, solo para no dejar, esta desafortunada referencia surgió aparejada al Word Music y era utilizada por advenedizos de toda índole. Ya en anteriores DESconstrucciones he tratado la manera en que se ha desvirtuado el concepto de patrimonio cultural y las “mentadas declaratorias patrimoniales” (que en la mayoría de los casos responden a intereses políticos, mercantiles, turísticos y no a una verdadera salvaguarda) y las consecuencias negativas e irreversibles que esto conlleva.

Aquí habría que resaltar el daño tan visible, en la desinformación y tergiversación, que han propiciado los llamados ballets o compañías de danzas folclóricas al “estilizar”, “interpretar” y “llevar a escena” las danzas y bailes tradicionales de México (y por consiguiente sus músicas), ya que las exhiben fuera de su contexto cultural y de este modo ofrecen una visión errónea y manipulada (algunas veces debido al capricho y mal gusto de “coreógrafos y coreógrafas”) al ser ridiculizadas y, en muchos casos, llevadas al límite de lo grotesco. Y otro ejemplo de lo mal utilizado, en los finales de los sesenta, setenta y ochenta, fue el coyuntural, ya que surgió en un momento político bien definido, y efímero folclor latinoamericano. O la falsa y oportunista “música  prehispánica”(y sus  recreaciones) de los Reyes y Zepedas.

Es una especie de divertimento y me quieren hacer famoso

A los tocadores de hoja o de hojita (como se les conoce en algunos lugares) no sólo los encontramos en las huastecas, también, en regiones del Sureste Tierra Caliente, entre otras. Todo parece indicar (así hablan los investigadores serios y formales) que no existe relación de la música de la hoja, en las huastecas, con celebraciones, fiestas o rituales ni, como parte, de algún género tradicional. Para mí, es solo una especie de divertimento popular sonoro, improvisado o espontáneo, que se desarrolla en un entorno informal; es una  interpretación musical, de duración breve, libre y de carácter alegre.

Aunque la música de la hoja, a nivel antropológico, nos puede llevar a concebir esta expresión sonora y al instrumento como a una de las primeras formas de manifestación de la música aerófona en la historia de la humanidad. Pero esto será otro tema a tratar en próximas colaboraciones.

En la región de la Costa Chica, de Guerrero y Oaxaca, si existió esta relación de la hoja con manifestaciones tradicionales. Para el investigador Carlos Ruíz, heredero de la gran labor que realizó el etnólogo Gabriel Moedano en esta región, en su ensayo La Costa Chica: apuntes en torno a algunas expresiones musicales afrodescendientes (Akal Ediciones, Medellín, Colombia, 2010), nos dice:

Vinculado a las celebraciones festivas con baile, el baile de tarima fue conocido como baile de hoja, baile de cuerda o alambre… La tarima acompaña a uno o dos músicos de hoja, instrumento aerófono confeccionado con una hoja de árbol doblada e insuflada entre los labios del ejecutante, que lleva las partes melódicas intercalándolas ocasionalmente con el canto. Tanto el uso del instrumento como los contextos de su ejecución cayeron en desuso hace unos cincuenta años como resultado de los procesos históricos que también mermaron otras muchas tradiciones regionales.

Valga la aclaración: tanto para realizar la entrevista, la grabación del video y las fotos le pedí permiso al músico Javier Bautista. La entrevista se realizó en dos partes, el 23 y el 30 de septiembre del presente año, ya habrá oportunidad de publicar la entrevista completa. A su vez, agradezco las charlas que tuve con los investigadores y músicos, Ana Zarina Palafox y Gonzalo Camacho, para afinar ciertos puntos de esta DESconstrucción.

 El siguiente párrafo constituye otro fragmento de la entrevista:

   Yo llegué a la Ciudad a los 15 años, de niño tocaba en el campo, ya llevo casi 12 años que me acompaña mi hoja por las calles, antes  trabajé en La Central de Abastos. Recorro la Zona Rosa, La Condesa, La Roma, a veces voy a Villa Coapa, al Centro ya no…

Hace un rato me entrevistó una radio aquí en el parque (Javier se refiere al Jardín Pushkin) dicen que me quieren hacer famoso. Voy a meterle una redova y un güiro, para que se oiga mejor y le guste más a la gente, que se oiga más alegre, voy a tocar yo los tres instrumentos.

Para cerrar esta DESconstrucción escuchemos El mil amores:

Fernando Híjar Sánchez

Promotor cultural, productor musical e investigador independiente. Uno de sus más sobresalientes fonogramas: Lienzos de viento (músicos zoques y mames en diálogo con Horacio Franco) obtuvo el Premio Patrimonio Musical de México, INAH 2012.

Una Respuesta a “La música de la xiuitl”

  1. Muy ilustrativa la Desconstruccion con respecto a Sonia Braga dejando al descubierto toda la carga sensual que pesar de sus setenta años todavía posee, creo haber visto la película Acuarios, me pareció muy emotiva, ademas que me incita para buscarla y verla nuevamente. Saludos mi buen Fer que como siempre hay algo motivador en tus Desconstrucciones. Abrazo Fuerte

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