DESconstrucciones

Fernando Híjar Sánchez

Peteneras

DESconstrucciones (XVI)

Sirena, máscara de madera de Totozintla, Guerrero. Tomada del libro Iconografía de la sirena mexicana.

Cuarta y última parte

Para el Trío Xoxocapa, gracias a sus virtudes, como músicos y personas, aprendí y disfruté de las bellas sonoridades huastecas

Por un lado, encontramos siempre presentes la “mirada folclorizante”, la “inocua curiosidad” y el “impoluto y recurrido rescate” y, por otro, va creciendo un tratamiento serio para ir “más allá de lo inmediato” en relación a la gestación y desarrollo de la petenera mexicana y en general de las culturas musicales. Desde hace cerca de 35 años surgió un legítimo interés para sistematizar y proponer líneas de investigación alejadas de las visiones vanas en torno a esta temática musical. De hecho desde el año 1933, del siglo pasado, se registra, tal vez, la primera actividad en relación a la petenera: en el programa de conferencias sobre a la Historia de la Música Mexicana, se incluía una dedicada a los sones y la petenera aparece como un son costeño huasteco. El ciclo estuvo organizado por La Secretaría de Educación Pública por medio de el Departamento de Bellas Artes. Las conferencias se transmitieron por la radio, XFX, a su vez el diario El Nacional daba fe del evento y en algunas de sus líneas, no exentas de una fuerte carga racista y colonizadora, se leía: Por primera vez en México… el día de hoy se ocupan de la música aborigen mexicana.

Hacia un sistema de transformaciones

La información del periódico mencionado, en el párrafo anterior, viene en la tesis de maestría, en Etnomusicología, titulada La petera en México: Hacia un sistema de transformaciones (Escuela Nacional de Música. UNAM. México, 2011) de Lénica Reyes Zúñiga. Resulta una garantía y una grata sorpresa que el director de la tesis, haya sido uno de los hacedores fundamentales de la conjunción crítica entre etnomusicología y antropología de la música; Lénica afirma, en su introducción, que “se hará uso de conceptos propios de la etnomusicología, o mejor dicho, conceptos de la etnomusicología mexicana actual desarrollados por Gonzalo Camacho”.

Hagamos un pequeño paréntesis, a reserva de dedicar en futuras colaboraciones los aportes de Gonzalo Camacho, adelantemos algunas ideas que considero importantes para comprender los planteamientos que hemos visto y que tiene que ver con el concepto de culturas musicales (tomadas del libro Cunas, ramas y encuentros sonoros, que tuve el gusto de coordinar, publicado por La Dirección General de Culturas Populares, en el año 2009), Gonzalo plantea:

El concepto de Culturas musicales es utilizado con la finalidad de construir un marco discursivo de equidad para abordar la diversidad y la diferencia musical sin que éstas impliquen criterios de asimetría social. Las diferencias existentes entre las culturas muestran la riqueza de la diversidad del espíritu humano y de ninguna manera pueden ser empleadas para intentar fundar y legitimar las desigualdades sociales, como sucede actualmente en la lógica capitalista aplicada a este campo artístico. Este concepto, aplicado al caso de México, ayudaría a derrumbar la idea, desafortunadamente generalizada, de la existencia de una sola cultura musical como la única y última expresión del genio humano, la cual sirve de referente para justipreciar el resto de las culturas musicales. Otro de los propósitos de emplear este concepto es dejar atrás, al menos cuestionar y reflexionar, la distinción entre ‘música culta’ y ‘música popular’ que se opera desde las políticas culturales de México.

Ahora sí, sigamos con Lénica. En su investigación (tal vez, la más ambiciosa y extensa, suman 642 páginas) realiza una caracterización muy completa, que no había sido tratada así en anteriores trabajos de las peteneras regionales mexicanas: petenera huasteca, petenera jarocha, petenera de Oaxaca (Mixteca, Istmo, Costa y Valles Centrales) y petenera de Guerrero. En cada región la petenera adquiere características interpretativas, sonoras e instrumentales propias, es decir, por ejemplo, si es una petenera de la región de la huasteca la dotación instrumental será un violín, una jarana y una quinta huapanguera; si es jarocha serán jaranas y requintos; en La Costa Chica (poblado de El Ciruelo, de Oaxaca) la dotación se conformaría de dos tambores, violín y guitarra; en Tixtla, Guerrero, una o dos vihuelas, un arpa y un cajón y así dependiendo de cada región.

En los tiempos actuales la petenera es considerada, definida genéricamente, como un son, pero debido a la oblicua interrelación de sus elementos esta definición, nos dice la autora, provoca “la pérdida de sus particularidades de cada una de ellos. Por esta razón en la presente tesis no utilizo la noción de género musical, porque, además de que aún no hay un consenso en el ámbito de la investigación musical que tiene sobre las categorías genéricas aplicadas a la música, se consideró que este concepto es limitado para mostrar la complejidad de la petenera”. En este sentido, el trabajo plantea ubicar el conjunto de sus variantes y aspectos similares a través de las estructuras sonoras y líricas, es decir, orientar el análisis hacia un sistema de transformaciones, en la diversidad y unidad, a través del espacio y tiempo haciendo a un lado conceptos que impidan un enfoque libre y propositivo, según mi buen entender. En sus propias palabras:

Más bien, creemos que la petenera en México es una pieza musical que tiene características musicales y temáticas que la diferencian claramente de otros sones en cada cultura musical en la que se reproduce, y que, al mismo tiempo comparte en mayor o menor medida estas características entre las diferentes versiones homónimas del país… En resumen, se considera a la petenera en México como un conjunto de variantes o subsistemas que conforman un gran sistema musical; estos subsistemas corresponden a las diferentes versiones de peteneras que encontramos dispersas en diferentes regiones de la República Mexicana.

Uno de los principales objetivos que busca esta plausible investigación es el replanteamiento de las clasificaciones genéricas en la música de nuestro país, con el “hallazgo del conjunto de variantes” se tendrán las herramientas necesarias para articular a los sistemas locales, de este modo se llegará a un “mejor abordaje a las futuras investigaciones”.

Para lograr lo anterior la autora elige un corpus representativo de peteneras regionales a partir de un modelo (paradigma) establecido en previos trabajos.

La extensa tesis se sostiene en el análisis paradigmático comparativo de piezas musicales (literario, armónico y melódico) a partir de 1823 hasta 1898; siglo XIX y siglo XX. Una locura de trabajo que se logró debido a la utilización de un software (programa computarizado) creado de manera especial para este insuperable trabajo.

Lo anterior es solamente una reseña, muy, muy, muy apretada, de la riqueza del contenido de la tesis de Lénica. A los lectores que deseen profundizar pueden buscar la tesis completa en Internet. Hay toda una serie de conclusiones, históricas y actuales, que resulta imposible plasmar aquí, pero quisiera terminar este segmento con la siguiente:

La petenera en México es un ejemplo vivo de cómo la transmisión estructural musical, temática y literaria pone en cuestión los preceptos de una transmisión musical académica basada en la primacía de la escritura, mostrando que existen procesos internos en el ser humano que le han permitido mantener por generaciones tradiciones musicales sin convertirlo en un elemento estático.

Un disco inconcluso en busca de productor

Como hemos constatado las expresiones culturales en torno a la sirena petenera o viceversa es tan rico y diverso, que hace algunos años atrás me di a la tarea de elaborar un proyecto que dejara un testimonio sonoro de su importancia. La implementación de dicho proyecto se estancó, por varias razones: el disco compacto se hundió, casi se extinguió, ante la presencia avallasadora de las plataformas digitales, solo ciertos artistas, sobre todo “famosos”, siguen produciendo sus grabaciones en estos soportes y los venden bien, claro no como antes; el revival de los vinilos está en la boca de todos, pero pocos los adquieren, su producción, hasta ahora, es limitada, diríamos de colección; en anteriores DESconstrucciones, he tratado este punto in extenso. Los artistas alternativos, subterráneos, marginales o los no favorecidos por el “éxito comercial” que todavía producen compactos, los usan como “cartas de presentación” o para la venta en conciertos en vivo, los cuales les dan cierta garantía de ventas. En lo que respecta a la música tradicional que antes algunas instancias culturales públicas, y muy pocas compañías “independientes o alternativas”, apoyaban y producían dejaron de hacerlo, ya que el cedé, argumentan, “pasó de moda”, “no es redituable” o “no está dentro de nuestras prioridades”. Los compactos desaparecieron o fueron arrinconados en las tiendas y librerías. Y aunque usted no lo crea la pandemia les dio un gancho al hígado casi mortal. Los proyectos de producción se pospusieron o de plano se cancelaron. Entre ellos estaba mi propuesta sobre la música de las peteneras. Ahora lo retomo como un testimonio cultural valioso e importante para su divulgación sin fines de lucro. El disco incluiría agrupaciones musicales (la gran mayoría de estas ya están apalabradas) de las regiones en donde se cultiva la petenera y fueron definidas en estas entregas; los cuadernillos contendrían fotografías, entrevistas y testimonios de músicos y textos de conocedores sobre las peteneras y las culturas musicales; la distribución estaría dirigida a las fonotecas, bibliotecas, radios culturales y comunitarias, centros de investigación, a los artistas participantes, a quienes lo soliciten y a los medios de comunicación, a su vez, para su difusión se organizarían conferencias y mesas de análisis, también se buscaría tener el mayor número de presentaciones en vivo en foros, museos, auditorios, encuentros, festivales, espacios de comunicación convencionales y en las redes sociales.

Petenera de la sororidad

En España, la rumbera, punk, cantante, feminista y apasionada del flamenco Morti Jaleo decidió componer una petenera dedicada a las mujeres. Así lo atestigua el periodista José María Carrasco en su espacio Sevilla Disonante, recordemos que las peteneras en nuestro país y en España tomaron rumbos claramente distantes, la Morti Jaleo nos dice:

Le canto a la sororidad, para hacer sentir la necesidad de dejar de sufrir la tiranía de la competencia entre mujeres y darse la mano para luchar espalda contra espalda. Porque lo necesito. Porque lo invoco. Porque todas las niñas sentimos mucho más parecido de lo que nos creemos.

Fernando Híjar Sánchez

Promotor cultural, productor musical e investigador independiente. Uno de sus más sobresalientes fonogramas: Lienzos de viento (músicos zoques y mames en diálogo con Horacio Franco) obtuvo el Premio Patrimonio Musical de México, INAH 2012.

Una Respuesta a “La música de la xiuitl”

  1. Muy ilustrativa la Desconstruccion con respecto a Sonia Braga dejando al descubierto toda la carga sensual que pesar de sus setenta años todavía posee, creo haber visto la película Acuarios, me pareció muy emotiva, ademas que me incita para buscarla y verla nuevamente. Saludos mi buen Fer que como siempre hay algo motivador en tus Desconstrucciones. Abrazo Fuerte

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