Rompecabezas

Red de Solidaridad con Chiapas de Rosario-Argentina

¿Qué queda después de la sangre color tanino?

Flor y Camilo nos siguen contando sobre La Gallareta, lugar de la sangre del quebracho. Esta vez para contarnos sobre el lugar que ocupaban las mujeres y lxs niñxs.

– En el monte, las mujeres tenían que hacer todo el trabajo de la casa: cocinar, cuidar a los niños y a los animalitos, aunque los hacheros cambiaban de lugar y muchas veces no buscaban una esposa, sino una cocinera.

Su realidad era muy dura, tenían comida cuando la forestal les llevaba algo de mercadería, pero ya fuese por el mal tiempo y los caminos difíciles sobrevivían con la caza de animales salvajes. Esa era fundamentalmente su dieta, y una alimentación a base de grasas.

Los niños en el monte trabajaban de sol a sol, desde muy pequeños a la par de los hombres adultos, eran quienes hacían el trabajo previo al tumbado del árbol, limpiarlo, sacar las ramas, dejar pelado el quebracho para que luego fuera el hachero.

Las mujeres que podían quedarse en los obrajes también tenían una vida dura. El obraje no estaba dentro del monte, sino al costado de la vía del tren, donde traían los rollizos y los subían a los vagones.

Las mujeres del obraje vivían escondidas, y cuando salían a hacer mandados, se vestían “de hombres”. Conocido caso el de La Cuerpi que se tuvo que defender a cuchillazos de un hombre y así se hizo respetar y temer. Es por ello, que las mujeres se juntaban y protegían. Muertes, violaciones y todo tipo de violencias se daban.

También habían “mujeres de la vida”, como les llamaban a las prostitutas.

A partir de un relato, indagaciones que han hecho chicas del lugar, aunque no con datos precisos, en una época las mujeres cosían bolsas donde iba luego el tanino, bolsas de arpillera, aunque no dependiendo de La Forestal. Sólo hay registro de una mujer como telefonista en la empresa. El trabajo remunerado era solo para el hombre. Por ejemplo, las maestras venían de afuera, los médicos eran hombres, justicia, policía, todos hombres, el rol de la mujer era el de la oprimida.

Había muchas muertes por parto. Había un relato de un diario provincial donde decía que una mujer había muerto desangrada acostada sobre un árbol acá en La Gallareta. Esto era común y era uno de los puntos que tomaban los anarquistas para sumar a la protesta.

Las prostitutas eran llevadas en vagones hacia los montes y los obrajes cuando había pago. Decían que era como la moza pero en realidad iban a trabajar.

No sé si les pagaban, porque era bien de sometimiento y esclavitud. Es una deuda de los historiadores con el rol la mujer en La Forestal, que estaba muy tapado, aunque ahora se comienza a hablar de ellas.

Recuerdo el relato sobre una mujer que ayudaba a esconder en el monte a quienes empezaron a escapar de la masacre de 1921. La organización obrera había llegado a los obreros de La Forestal, hasta llegar al punto de asesinar al gerente en Villa Guillermina. Los obreros se habían armado y organizado, hasta que crean la gendarmería volante, luego interviene el ejército, con el batallón 12 de infantería, y en ese momento Perón era coronel. Acá siempre se dice que vino a negociar después de varias masacres, o sea era el coronel durante la represión, pero hay poca documentación de esa parte de la historia. Fíjate que no se conoce la cantidad de desaparecidos y masacrados…y es nuestra realidad pasada, y no conocemos quienes son ni con nombre ni con rostro. Y todo comienza aquí en La Gallareta.

Los datos son pocos, transmisión oral y relatos que se van sucediendo, no se conocen quienes eran los sindicalistas y el rol que cumplía la mujer.

Y ahora hablamos sobre qué pasa hoy en La Gallareta ¿Qué queda de La Forestal hoy?

-Hay y hubo dos posturas muy fuertes: el que defiende La Forestal, otra en contra. El que la defiende es el que ha gozado privilegios, él o su familia, o que han mamado de un relato cargado de romanticismo. Por ejemplo, tuvimos la primera escuela nacional, el Nacional número 1, agua potable, el primer pueblo con cloacas… Pero los que gozaban realmente no eran los obreros, si no los gerentes, ingenieros y esos rangos…Algún obrero calificado gozaba de esos privilegios, pero como mecanismo manipulador para hacerle creer patrón.

Yo creo que esas dos miradas nos enfrentaron todo el tiempo…. El puntapié inicial de todas las investigaciones sobre la Forestal la hizo Gastón Gori1, escribió mucho sobre esto, y fue el escritor más fecundo de Santa Fe, que desnudó la tragedia del quebracho colorado, tiene “El Pan Nuestro” que habla de la primera etapa de colonización de las provincias, que son las colonias agrícolas y la segunda etapa, que son la fundación de los pueblos forestales, donde desnuda lo que hacía La Forestal en estas tierras y el negocio del Estado con La Compañía. Esto nos ayudó mucho a los que escuchábamos que hablaban a favor de La Forestal, sus libros fueron un verdadero faro para nosotrxs.

Nos mantuvimos aletargados demasiado tiempo discutiendo si fue buena o mala y nos dimos cuenta que hay otra historia, que después de la ida de La Forestal hubo como un kilómetro cero, pero todas las vertientes políticas vienen con una impronta de La Forestal, pero ninguna se planteó ¿qué hacemos con lo que queda?

A la comunidad se le enseñó a trabajar pero que el beneficio sea de otro, y también quedó esa nostalgia por esos años de esplendor… y que aún se piensa que para solucionar los problemas que tenemos como sociedad, problemas de pobreza, habitacionales, trabajo, tiene que venir alguien de afuera y repetir ese esquema de La Forestal, y es toda una mezcolanza.

Sí hemos contado con personajes como Jorge Mussin, quien desde su teología de la liberación quiso construir otra realidad.

“…Una ola incalculable de clamor de justicia, de fuentes de trabajo, pan y tranquilidad, se oye en el Norte. Villa Ocampo dio un grito de alerta y hoy se debate entre la vida y la muerte su suerte definitiva. Sin embargo sus hombres y mujeres no se resignan a ser un pueblo fantasma. Los pueblos que no luchan merecen ser esclavos”, decía el semanario “Ocampense”, el 5 de enero de 1969.

Yo creo que aquí, en La Gallareta cuando vos tocás la fibra el pueblo responde y cambia, pero la otra mirada es más constante y sostenida. Es que estamos acostumbrados a que nos den todo en un grado, que si no es La Forestal no se puede, entonces yo no lo puedo hacer, cómo lo voy a hacer y muchos se contagian de ese pesimismo.”

Los que intentamos contagiar algo bueno no lo podemos aún obtener. Tenemos todavía mucho que desandar y es que aún no se ha contado lo de las huelgas y las luchas y la gente no sabe lo que pasó aquí, no sabe la parte revolucionaria de la historia, por ejemplo. Cuando hicimos una actividad en la escuela y contamos muchos estaban sorprendidos que esto pasó aquí.

La historia continúa, infinitamente hacia adelante, La Forestal se fue para siempre, en su lugar quedó el extractivismo, el “progreso”… el Mal y el Malo trabajando.

Y lxs buenos, lxs cronopios, las jirafas y lxs otrxs

Preguntando

Andando

Viviendo

1 Para saber más sobre este excelente recordador podés empezar consultando: https://es.wikipedia.org/wiki/Gast%C3%B3n_Gori

Red de Solidaridad con Chiapas de Rosario-Argentina

Intentamos compartir con los zapatistas ese camino de dignidad y esperanza, a través de las Brigadas Civiles de Observación, testimoniando las violaciones a sus derechos y difundiendo su lucha desde nuestros territorios. Buscamos una nueva forma de hacer política y caminos de encuentro.

Imagen: Mural a cargo de China del Río, Rosario 2019

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