Carta del IV Encuentro de Mujeres de Red de los Pueblos
Nosotras, mujeres de la Red de los Pueblos, nos reunimos entre el 5 y 9 de marzo de 2024 en nuestro cuarto encuentro, que tuvo lugar en el Asentamiento Terra Vista, Arataca, Bahía. Somos mujeres de comunidades de origen africano, quilombolas, pescadoras, indígenas y asentadas de la reforma agraria, y afirmamos aquí nuestras revueltas y nuestras potencias.
En cinco días intercambiamos conocimientos, reflexiones, prácticas, celebraciones, rituales y misticismo para fortalecernos, porque nosotras las mujeres estamos al frente de las luchas en defensa de la tierra y el territorio, y por eso sufrimos constantes –y crecientes– ataques. Por eso también manifestamos aquí nuestra revuelta e indignación.
Hablamos de nuestra revuelta contra la violencia de los ricos, que apagaron la luz de la vida de Madre Bernadette, del Quilombo Pitanga, en Simões Filho, y de la pajé Nega Pataxó Hã-hã-hãe, de la Tierra Indígena Caramuru-Catarina Paraguaçu. Extrañamos profundamente a estas mujeres. Los asesinos no sólo están cubiertos de sangre en las manos, sino que están cubiertos de sangre de la cabeza a los pies.
Hablamos de nuestra revuelta contra las políticas estatales que cumplen con las agendas de los grandes empresarios, dando licencia para que nuestros territorios sean usurpados por proyectos como ferrocarriles, puertos, parques eólicos o el cultivo de camarones en el mar y la expansión de grandes latifundios en tierra. También denunciamos políticas que aniquilan nuestra soberanía sobre bosques y manglares, como los proyectos de carbono REDD.
Hablamos de nuestra revuelta cuando el Estado, en lugar de protegernos, crea instrucciones normativas y marcos legales que inventan reglas sobre cómo nos pueden arrebatar nuestros territorios, quilombos, asentamientos y tierras indígenas.
Nuestra lucha es por las autonomías, todas aquellas que garanticen el bienestar de los pueblos y apunten a la autogestión y al autogobierno soberano de los pueblos. En este sentido, lo único que exigimos al Estado es la regularización y demarcación de los territorios sagrados.
No aceptamos que, cuando nos atacan, hablen de conflictos. Las fuerzas que nos violan son tan poderosas que lo que sufrimos no es un conflicto, es un genocidio. Es cada vez más difícil seguir adelante con la vida debido a las emergencias en nuestras comunidades. Los ataques violentos –del Estado, del narcotráfico, del capital– son los que aniquilan nuestros territorios.
¿Y por qué destacamos como más importante la lucha por los territorios? Es porque los territorios son los espacios donde desarrollamos nuestros sueños, criamos a nuestros hijos, producimos nuestros alimentos. Si nuestros sueños son aniquilados, estos territorios dejan de existir.
Lo que nos alimenta son las ganas de vivir. Y cuando los poderosos nos ven juntas, se asustan. Nos odian porque, a pesar de todo, todavía logramos vivir felices.
En este IV Encuentro de Mujeres de la Red de los Pueblos afirmamos nuestras potencias. Afirmamos que cultivaremos el intercambio de experiencias sobre lo que funciona en nuestros territorios, y construiremos nuestra formación política, de nosotras a nosotras. Estamos creando una red poderosa, a través de la cual nos cuidamos. Hay una red de vida entre nosotras las mujeres.
Estamos trabajando en las grietas del capitalismo. Nosotras, quilombolas, indígenas, pescadoras y asentadas nos unimos en un solo cuerpo. Sin romanticismo, remamos contra corriente; y necesitamos más brazos.
Por lo tanto, en nuestra reunión hicimos un Territorio lúdico para los niños. Porque ellos no son el futuro, son el presente y están aprendiendo de nosotros a luchar.
La lucha debe continuar. Las mujeres somos las que luchamos y los hombres luchan con nosotras.
Somos capaces de luchar y ganar.
Quien pone un pie en la Red de los Pueblos es porque entendió el llamado.
Arataca, 8 de marzo de 2024, Día Internacional de la Mujer
Teia Dos Povos
La «Teia dos Povos» es una articulación de pueblos, movimientos, territorios y organizaciones que luchan por la Tierra, el Territorio y la dignidad desde el camino de la autonomía, las semillas y el cuidado de la Madre Tierra.