Teia Dos Povos

Teia dos Povos

Pre-jornada de la Red de los Pueblos en el territorio Tupinambá de Abrantes

El Recrecimiento de la nación Tupinambá y la restinga

El pueblo Tupinambá de Abrantes invita a todos a la primera Pre-Jornada de la Teia dos Povos, cuyo tema es: El Reflorecimiento de la nación Tupinambá y de la restinga, en su territorio sagrado, del 19 al 22 de octubre en Camaçari/Bahia.

La historia de Aldeia Tupinambá do Divino Espírito Santo es rica y llena de significado, marcada por siglos de ocupación y lucha por preservar su cultura y territorio. La retomada de parte del territorio ubicado en Abrantes, Camaçari/Bahia, iniciada en 2017 pero con la reconquista del territorio el 20 de noviembre de 2020, fue liderada por las hermanas Renata y Rívia. Por parte paterna, las hermanas son nietas de José Florentino – conocido como “Zé Fulô” y de doña Raimunda – conocida como “Mudica”, ambos del pueblo Tupinambá. Por parte de madre, las hermanas son nietas de Dionísio y María Madalena – conocida como “Maria do Dionísio”, ambos del pueblo Kiriri. Así, las hermanas Renata y Rívia tienen ascendencia tupinambá a través de su padre Geraldo Florentino da Silva – conocido como “Matías” y Kiriri a través de su madre Ivonildes María de Jesús – conocida como “Véa”. Por eso la recuperación del territorio sagrado del pueblo Tupinambá en Abrantes es sólo un capítulo reciente en la historia de la lucha de los pueblos indígenas del Nordeste de Brasil, a pesar de la larga historia de lucha en el territorio.

El origen de la aldea se remonta a 1558, cuando el primer gobernador general de Brasil, Tomé de Souza, envió un grupo de jesuitas encabezados por el padre João Gonçalves y el hermano Antônio Rodrigues para establecer una misión en las tierras a orillas del río Joanes. El primer lugar elegido fue abandonado debido a una epidemia que asoló a la población indígena y a uno de los sacerdotes que los atendía. Más tarde se descubrió que la epidemia fue causada por la malaria. Sin desistir de su misión, los jesuitas se adentraron más en el bosque y encontraron una zona más alta con fuertes vientos, que creían que era menos probable que transmitiera enfermedades. Así nació la Aldeia do Divino Espírito Santo, habitada principalmente por indígenas Tupinambá. Inicialmente se construyó una iglesia de paja y barro, con pórtico y algunas ventanas, además de un cementerio. Esta iglesia es considerada una de las más antiguas de Brasil, ubicándose entre las 10 más antiguas del país. En mayo de 1624, durante la invasión holandesa de Salvador, el pueblo sirvió de refugio para el obispo Dom Marcos Teixeira, el clero de la diócesis de Salvador y los jesuitas, demostrando ser un lugar seguro y resistente.

En 1758, el pueblo fue elevado a la categoría de ciudad y pasó a llamarse Vila Nova do Espírito Santo de Abrantes. Ese mismo año se inaugura el Ayuntamiento y la cárcel municipal. El pueblo tenía un trazado rectangular típico de los pueblos jesuitas. En 1971, se formó un comité para recaudar fondos, visitar hogares de la comunidad y organizar voluntarios para restaurar la iglesia. En 1974 se iniciaron los trabajos de enlucido y en 1975 se adquirió el suelo de piedra. El 3 de junio de 1976 tuvo lugar el primer lavamiento de la iglesia. Durante la renovación se encontraron huesos humanos, ya que en aquella época era común enterrar a las autoridades dentro de las iglesias. Los huesos fueron reunidos en una sola tumba y recibidos por un carnero ante el altar.

Más recientemente, las hermanas Renata y Rivia han estado trabajando para darle un nuevo significado a la historia de su pueblo Tupinambá. En 2017, ellas y su pueblo retomaron la tierra sagrada de los Tupinambá, continuando la resistencia y preservación de su cultura ancestral en Aldeia Tupinambá do Divino Espírito Santo. La comunidad es un ejemplo vivo de la fuerza y determinación de los pueblos indígenas para proteger y recuperar sus tierras y tradiciones.

Pronto publicaremos más información sobre LA PRE-JORNADA.

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