Tierra Roja

Abel Irala

Miles de estudiantes sacudieron Paraguay

Miles de jóvenes han protagonizado importantes movilizaciones durante varios días. Las facultades de la Universidad Nacional de Asunción bajo el control de los y las estudiantes se tiñeron de lucha y compromiso, ellas se convirtieron en las trincheras desde donde se defendió la conquista del Arancel Cero, que el actual gobierno intenta arrebatar.

Pero las variadas movilizaciones y protestas estudiantiles pasaron las fronteras de la reivindicación arancelario, a medida que transcurrían los días fueron ganando el apoyo de amplios sectores sociales, incluso de la ciudadanía no organizada, se han convertido en portavoces del malestar, la indignación y la rabia existente contra un nuevo gobierno colorado, que está siendo caracterizado cada vez más como una amenaza democrática para el Paraguay, la Red Latinoamericana y del Caribe para la Democracia dijo en un comunicado de algunos meses atrás que “la democracia paraguaya enfrenta su periodo más oscuro desde la dictadura”1,

Peña, actual presidente del Paraguay, está utilizando sus números electorales no para obtener gobernabilidad, sino para obtener un control total de los poderes del Estado que el permita dos cosas fundamentales: una, libre albedrío a su “mentor” Horacio Cartes y actual presidente del Partido Colorado, dos, profundizar un modelo de estado que los denominan “moderno” pero que no es otra cosa que mayor neoliberalismo, conservadurismo y violencia contra los sectores populares, que se aplica a través de una campaña de persecución a los movimientos sociales como a organizaciones civiles que aspiran una mayor democratización, o al menos, mantener lo poco que se ha conquistado hasta el momento en términos de derechos para la gente.

Así, Paraguay desde el rostro y protagonismo de jóvenes de las universidades unió voces para decirle a los gobernantes que existe una oposición a sus planes de represión y autoritarismo, para reivindicar la libertad y el derecho a la protesta, para mostrar desde las calles, las tomas y las plazas que las reivindicaciones de un pueblo se levantan con mucho más fuerza que desde las frías instituciones que hoy a ellos les toca manejar. Las protestas estudiantiles trajeron al país un aire fresco de lucha y movilización, y por otro lado pusieron en alerta a las fuerzas conservadoras, con un mensaje que no les será fácil, ni que tendrán el camino libre para seguir con su hoja de ruta. Sacudieron a un país que necesita de cambios urgentes.

La fuerza de las movilizaciones hicieron que el gobierno tenga un espacio de diálogo con los y las estudiantes, porque sólo la fuerza de la protesta callejera hace que un gobierno acepte escuchar a quienes considera siempre de menos, y eso conlleva reconocer que desde la acción colectiva se gana una autoría política, se gana poder y se obliga al oponente a escuchar, la movilización es la fuerza que tienen los movimientos para seguir luchando y no quedar adormecidos o desarticulados ante los embates del poder.

Y, por otro lado, no se puede caer en la ingenuidad que un gobierno como éste tendrá salidas efectivas a los pedidos y reclamos que hacen los y las jóvenes, por lo general las mesas de trabajos son salidas que intentan dilatar y retrasar el cumplimiento efectivo del Estado con sus obligaciones, por eso las medidas de presión deben seguir presentes, acompañando que los resultados puedan ser favorables y que no vayan camino al olvido o al engaño.

Se puede destacar que el éxito de las movilizaciones estudiantiles no son las mesas de diálogo, o las promesas, intermediaciones de autoridades gubernamentales, el éxito radica en la movilización misma, que para contextos como los que se vive en el país y en la región, con altos grados de discriminación y conservadurismo estatal, un pueblo en constante movilización y lucha, se convierte en la palanca de freno para los autoritarios y el empuje para los sectores democrático que hoy están bajo amenazas.

1 Febrero 2024 disponible en https://redlad.org/alerta-paraguay-la-democracia-paraguaya-enfrenta-su-periodo-mas-oscuro-post-dictadura/

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