Reflexiones desde la butaca

Denise Anzures

La Comuna es el parlamento de nuestra memoria

Tuve la fortuna de coordinar, por parte del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Teatral, CITRU, el acompañamiento crítico de El Parlamento de la memoria: creación colectiva de La Comuna: Revolución o Futuro.

Este acompañamiento me significó la realización de una bitácora de la “mirada” donde se entrecruzan la política, la sociología, el arte; temas, por cierto, apasionanates. Lamenté mucho no haber encontrado mis anotaciones que hice en mi libreta hace más de dos años, donde se daba cuenta de las reuniones a las que me sumé con La Comuna, y que me empujaron no solo a anotar lo que veía y sentía, sino dibujar algunos aspectos escenográficos y de vestuario que se iban vislumbrando en el proceso.

La experiencia dentro de este proceso de acompañamiento crítico de El Parlamento de la memoria, me hizo trazar otra línea metodológica que no necesariamente tenía una estuctura cronológica ni técnica, sino que me empujó a hacer una observación parecida a una brújula naútica: la sensación y el sentir que lo que me compartían todes los integrantes de la Comuna era encontrar el norte terrestre o el eje de rotación de la tierra; porque cuando uno empieza a imaginar un dispositivo como el de El parlamento de la memoria, se necesita una gran dosis de creatividad pero tambien una produnfa capacidad de análisis y reflexión, donde abundan las dudas y las preguntas sin respuesta, así que me parecía que La Comuna estaba en realidad buscando su eje con este dispositivo y ese proceso me pareció entrañable.

Desde el inicio, me entusiasmó la idea de la invitación que me hizo la Coordinadora de Difusión del CITRU, para la realización de este acompañamiento crítico, porque considero que La Comuna ha venido trabajando fuera de los teatros con plena consciencia social y política y sus intervenciones en calles, colonias y barrios tanto en México como en otras latitudes, han generado verdaderos asideros para pensar nuestro quehacer desde otro lugar. Y eso me resulta fascinante.

Ya lo dijo Saúl Rivas en un texto bien lindo que acompaña este e-book:

“El tipo de arte escénico que fomenta La Comuna no tiene que ver con el teatro tradicional ni en su forma final ni en su proceso de producción. Este grupo intenta replicar una metodología de trabajo, la cual tiene como base primordial la vinculación social. Durante este proceso se dan a la tarea de conocer a las personas que ahí viven, sus historias y los temas que, por importar a estas personas, son llevados al espacio público. Al final se genera una acción, fenómeno o evento escénico, el cual se deriva a partir de los afectos, intereses y saberes que los integrantes de cada comunidad aportan.”

Me sumé empezado el proyecto y cuando llegué a él, me encontré con una mesa de trabajo llena de papeles, carteles, libros. En el piso, acompañaban sus sesiones retazos de tela por aquí y por allá, pintura, cartulinas, objetos varios, que inundaban el espacio de trabajo, por cierto, la casa de Rubén Ortiz. Otras tardes, sirvieron para llevar a cabo tertulias con expertos en diversos temas sociales y que podrían aportar su mirada a este proceso de creación, así que una tarde fuimos invitados a escuchar a Melisa Ortiz, experta en Parlamentos, aún me sigue resonando lo que me compartió en una entrevista que le realicé para este acompañamiento y he regresado a su lectura en más de dos ocasiones, para entender el funcionamiento de los parlamentos y cómo funciona el poder legislativo en nuestro país; esto no hubiera sido posible sin este acompañamiento y esta mirada de la Comuna.

Destaco en este proceso de acompañamiento crítico, premisas que me parecen fundamentales, el amor y la generosidad de quienes hicieron posible que un ejercicio político se tornara poético, y porqué no, en un ejercicio de la ternura; por la oportunidad de volver a plantear la esperanza no como utopía, sino como una realidad que debe acompañar los días de todas y todos.

Para finalizar, me gustaría cerrar con un fragmento de un texto que realicé para este acompañamiento, pues enlistar todas las intervenciones de La Comuna en este artículo sería imposible, su andar ha sido muy amplio y generoso:

Me parece que el principal mérito de La Comuna, radica en aportar reflexión y crítica sobre lo que hoy es el statu quo de la escena y sus implicaciones sociales, culturales y estéticas. Su vocación ontológica nos ha permitido mirar más allá de los esquemas tradicionales de nuestro quehacer; su trabajo nos empuja a la insoslayable democratización y ciudadanización del teatro en una era en que el amor, el diálogo, el pensamiento y la ternura se nos escapan de las manos en medio de las fuertes ventiscas del neoliberalismo que afianza la tiranía de la representación.

Este trabajo fue posible gracias al esfuerzo de artistas como Sara y Erika Alcantar, Mariana Morado, Ángel Rubio, Braulio Amadís, Luis Daniel Pérez, Armando Ventura y Rubén Ortiz.

El e-book de El parlamento de la memoria lo pueden descargar en:

http://inbadigital.bellasartes.gob.mx:8080/jspui/handle/11271/2661

Denise Anzures

Periodista, egresada de la Escuela Carlos Septién García, especializada en la promoción y divulgación de las artes escénicas e instruida para ser ciudadana de este mundo por el movimiento zapatista.

Una Respuesta a “Se trata de limpiar la casa, no de vaciarla”

  1. Lázaro Azar

    Todo iba muy bien, hasta que esta señorita sacó a relucir sus resentimientos y amarguras contra Chumel Torres. Pobrecita. No hay nada que hacer contra sus limitaciones y prejuicios cuatroteros.

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