Crónicas Trashumantes

Trashumante

De la Escuelita Campesina a la Escuelita Trashumante

Como ya contamos en nuestras columnas anteriores, somos hijos e hijas de la resistencia y la lucha creativa frente al fatalismo y las crisis con que el capitalismo nos empobrece y degrada, la de los ´90. Nuestra red trashumante nace como una experiencia singular de organización, en torno a la educación, el arte, la comunicación y la organización popular. Y como la historia pare de a muchos hijos e hijas y no solo una vez sino las tantas con que cada tanto aprieta hasta el reviente a los de abajo, en el caminar resistiendo y creando nos encontramos con otros y otras que a su modo venían también inventando dignidades colectivas.

Así es que a fines de los ’90 nos encontramos con la organización campesina MO.CA.SE (Movimiento Campesino de Santiago del Estero -Argentina-) entre un sinfín de pequeños grupos y organizaciones surgidas en respuestas a las más variadas injusticias. El MO.CA.SE había nacido a mediados de los ’80 fruto de la defensa de la tierra por parte de comunidades campesinas e indígenas del monte profundo de Santiago del Estero. Fue uno de los primeros movimientos que opuso resistencia al incipiente agro negocio que comenzaba a correr fronteras, desalojar campesinos y campesinas de sus hogares, desmontar y llevar la ganadería y la expansión agrícola, modelo que conocería su punto máximo de expansión a mediados de los ´90 con la introducción de la soja transgénica, y no pararía de crecer, destruir territorios, enfermar comunidades, ríos, napas, lagos y reducir cada vez más las posibilidades del campesinado y los pueblos indígenas.

Fueron importantes en esta articulación algunos encuentros, fundamentalmente el Encuentro de Jóvenes Campesinos en Quimilí, o el cruzarnos con ellas en alguna que otra ronda convocada en aquellos años, donde la ebullición del abajo era constante y cuya máxima expresión era la COPA (Coordinadora de Organizaciones Populares Autónomas). Pero fue casi definitoria la cercanía de Raly Barrionuevo, artista popular con profundas raíces santiagueñas, que con sus canciones y su humanidad comprometida fue quien nos hizo tomar de las manos con el MO.CA.SE.

Por andar trashumando, por estar cuidando el monte y la vida, por andar cantando los dolores y amores de la tierra, por andar soñando horizontes de pueblos dignos y libres, es que esa conversación nos fue llevando a inventarnos un sueño colectivo, un proyecto necesario, un camino arduo pero no imposible. Así fue surgiendo el ida y vuelta, de llegar referentes campesinos a nuestros encuentros o de ir nosotros y nosotras a sus territorios, y fue creciendo la idea de crear la “Escuela Campesina” para formar a los hijos e hijas de los y las campesinas que quisieran ser maestros y maestras campesinas con la intención de que puedan ser ellos y ellas mismas las que le den clases, en las llamadas escuelas rurales pertenecientes al estado, a sus propios niños y niñas nacidas del monte. Luego, esta idea iría mutando al ritmo de la aparición de la mayoría de las voces campesinas.

De aquí en más se profundizaron los encuentros, se trazaron los pasos gruesos a dar para caminar sin dejar a nadie afuera en esta construcción, se abrió el juego: el de crear nuestras propias historias convocando referentes pedagógicos/as de varias universidades de argentina, concretando convenios con la Universidad de San Luis y de Cataluña con quien el MO.CA.SE. tenía ya una articulación.

Por esto fue central, para el proyecto, el haber viajado a los territorios a compartir, a aprender sus modos, a proponer los nuestros a través de talleres de educación popular, que se realizaron en más de 20 bases campesinas donde por varios días niñes, jóvenes, adultes y abuelos y abuelas nos compartían cuál era la escuela que ya no querían y como soñaban que sea esa nueva forma de aprender-enseñarse: hablamos y nos enseñaron de historia campesina e indígena, vivir en él y con el monte, producción, organización, saberes campesinos.

Desde el 2000 en adelante, hasta promediar la mitad de esta primera década del nuevo siglo, se llegó a diseñar el currículum de la Escuela de Formación de Maestros y Maestras Campesinas, donde las voces campesinas recogidas y sistematizadas en los talleres de educación popular y en encuentros colectivos plenarios se discutían y definían las líneas generales del proyecto. Incluso una compañera trashumante desde su tesis de la carrera de arquitectura, trabajando junto a los y las campesinas, dejará plasmado un diseño arquitectónico y a partir de que el MO.CA.SE dispusiera un lugar para la misma, el edificio y las estructuras donde se dictaría la carrera: “La Escuela Campesina”.

Finalizando la primera década del siglo 21 dejamos en manos de nuestros compañeros y compañeras campesinas e indígenas, el proyecto integral terminado, con la currícula, las alternativas posibles de concreción desde la más autónoma, hasta la que posibilita la validación de la formación de maestros y maestras campesinas por parte de alguna Universidad y con los planos del diseño de la Escuela que el MO.CA.SE ya había comenzado a levantar. Entendíamos que nuestra tarea junto al MO.CA.SE había llegado a su fin, a la vez que nos sentíamos nosotros sembrados con las semillas de que aquello que habíamos cultivado junto a ellos y ellas.

El desafío vino solo: ¿Y por qué no soñar una Escuelita Trashumante?

El año trashumante para nosotros comienza con cada campamento trashumante en el mes de febrero. En los primeros años lo llamábamos “encuentros de mini red” porque nos encontrábamos durante dos o tres días en algún lugar dos o tres representantes de cada grupo de la red para evaluar el año transcurrido: coordinación de la red, funcionamiento de las comisiones, dificultades y avances de proyectos, autogestión, etc. Luego, proyectábamos en intensiones, pasos, tiempos, desafíos autogestivos, responsabilidades personales y colectivas un nuevo año del andar trashumando. Luego, la mini red se fue ampliando hasta derivar en un campamento, con los mismos objetivos que la mini red, pero donde intentamos estar todos y todas. Así llegamos al campamento en la juntura del río Cosquín, en el año 2010, dónde luego de una larga, dura y riquísima evaluación de una década comprometida, entre otros proyectos, a la Escuelita Campesina, aparece la propuesta: hagamos la Escuelita Trashumante. La propuesta aparece de uno de los grupos en los que nos habíamos dividido para evaluar y proyectar. La idea aparecía en una canción improvisada donde se despedía a la Escuela Campesina y se soñaba una nueva escuela, la Escuelita Trashumante.

La canción, como la idea enseguida nos atravesó, tanto que en la cena de la noche, ya a modo de broma, emulando la escuela formal como sátira, se repartían y proponían cargos. A la mañana siguiente, la idea ya con sus primeras plumas de pichona que sueña con volar, estaba incluida en el temario para empezar a ser discutida en próximos encuentros del año. Ya le pusimos fechas, y nombres para ir recogiendo y ordenando ideas y propuestas. No sabíamos bien de que se trataba aun, pero sí estábamos seguros de que sería para ir para abajo, para los costados, para revolucionarnos con otros y otras, para seguir resistiendo y creando nuevos y nuestros caminos.

En el campamento del año siguiente, la Escuelita Trashumante ya tendría al menos tres propuestas diferentes para ser discutidas. Mientras escribimos esto, los compas de la regional Córdoba, están en medio del 3º encuentro del 4 to. Círculo de Formación en Educación Popular. Una nueva ronda sigue haciendo andar nuestras historias de rebeldía, ya les iremos contando cómo llegamos a ella.

Trashumante

La Red Trashumante es un tejido de grupos y organizaciones políticas autónomas, articuladas en torno a prácticas de educación popular. Vincula experiencias de educación y cultura popular de distintos territorios de Argentina, desde 1998.

Dejar una Respuesta

Otras columnas