Crónicas Trashumantes

Trashumante

Recorriendo el Otro país: Gira 2005

Hasta el año 2003 veníamos participando en la Coordinadora de Organizaciones Populares Autónomas (COPA) y ya nos habíamos replanteado ese espacio a partir de una serie de desencuentros, que relatamos en columnas anteriores. En el encuentro de mini-red analizamos la participación en la COPA como una experiencia riquísima, que nos dio un crecimiento en las visiones de la realidad que veníamos teniendo y como reflejo de nuestro propio momento como organización. Fue un mirar hacia las diferentes coyunturas de las organizaciones, y un mirarnos críticamente como organización de educación popular. Nuestros tiempos y procesos de construcción buscaban ir de la mano con los sentires populares con los que nos íbamos relacionando en nuestra trashumancia. También en este encuentro definimos los seminarios de formación sistemática para toda la red, con la idea de volver a las giras sin el Tato —que era un referente con muchísimo peso-, salir de gira sin él era un enorme desafío para toda la Red.

Así fue que comenzamos la titánica tarea de formarnos para multiplicar las y los talleristas, nos dimos un tiempo de construcción que creíamos sumamente necesario para poder lograr lo que estábamos soñando: ampliar la posibilidad de realizar talleres por todo el país. Trashumar. Pensar y sentir una nueva siembra, una nueva búsqueda que sigue siendo la misma de aquel principio pero que ya sumaba muchas más voces, que aprendimos a saber oír entre todos y todas. Partimos de la realidad, y era que la mayoría no se animaba o no sentía la confianza para subirse al Quirquincho como tallerista. Y que el Quirquincho volviera a los caminos era muy importante en esta etapa, ya que era nuestra principal referencia de práctica y construcción de Otro País, Otro Mundo. El eje fue ver cómo hacíamos para darnos los espacios e instancias para formarnos fuertemente en la trashumancia hacia adentro nuestro y hacia fuera. Ver cómo lográbamos ser cada vez más los que pudiéramos salir a poner el cuerpo en este recorrido. También reflexionábamos mucho sobre cómo, con quién y desde dónde seguir construyendo esta organización.

La idea de salir a trashumar nos apasionó y poco a poco fuimos formándonos para coordinar talleres, esto también nos permitiría extender la Red. Lo más desafiante fue la formación teórica, que es donde más dificultades teníamos. La educación popular es una visión del mundo: hacemos análisis estructurales, coyunturales, pero siempre partiendo de una construcción colectiva del conocimiento. No se pueden hacer las devoluciones teóricas de nuestros talleres sin esta formación de fondo. Trabajamos también la metodología de la educación popular, como la sistematización y el registro. Trabajamos la especificidad de los talleres artísticos, dentro de nuestro taller trashumante. Y fue increíble ver cómo los artistas iban cambiando con esta experiencia. Los bailarines, músicos, actores cada vez iban incorporando en sus espacios alta reflexión política, siempre siguiendo la idea de la educación popular. Así fue como nos fuimos formando- retroalimentando entre todos y todas; esto nos dio fuerzas para animarnos a salir a dar los talleres.

El tema del financiamiento fue otro asunto de gran importancia, que ya veníamos discutiendo y que se puso en acción con más intensidad durante la gira: nos autofinanciábamos como grupos y como red a través de actividades culturales como fiestas, festivales de música popular y danza, recitales de rock, haciendo empanadas o lo que nos salga para poder concretar nuestras actividades, sin cerrarnos a otras alternativas que íbamos discutiendo cuando surgían. En el armado de la gira intentábamos que el grupo local a cargo buscara financiamiento para los gastos básicos, esto era algo importante.

Se armaron organizaciones zonales y para cada territorio había que prever: Pre-gira (contactos, lugares, posibles fechas, etc), equipos (de talleristas, de finanzas y de comunicación), la construcción del Taller, choferes, registros (de todo tipo) y sistematizaciones. Era muchísimo trabajo, con el desafío trashumante de la horizontalidad, la autonomía y la autogestión.

Y fue así que el 20 de agosto de 2005 llega el Quirquincho a la provincia de Santa Fe, en donde realizamos 16 encuentros durante dos meses: tallereamos en: Villa Constitución, Bigand, Rosario (Barrio San Francisquito, Hospital Psiquiátrico Agudo Ávila), San Lorenzo, Las Rosas, Paraná, Santo Tomé, Vera, Los Amores, Tartagal, Intiyaco, Hersilia, Ceres, San Cristóbal y Rafaela. El 1 y 2 de octubre hicimos el Cierre Regional en Rafaela.

En este cierre se hace la “entrega” del Quirquincho (el camión-colectivo en el que nos movíamos, ícono de la Universidad Trashumante) del grupo que coordinaba la gira de Santa Fe al que coordinaría la gira por el Noroeste Argentino (NOA). Acordamos profundamente con la importancia, no sólo simbólica, de la presencia del Quirquincho ahí, porque esto aportaba a la mirada de estas dos giras como una sola. Este cierre fue un nexo entre estas dos etapas de la misma gira, y fue muy importante que quienes arrancaban para el norte pudieran escuchar y recuperar las vivencias y los aportes de la etapa que se “cerraba” en Rafaela.

Los grupos a cargo de la gira por el NOA (eran: Trashumantes Frías, La Otra Vereda, el Trashumante Cordobés, y los trashumanteríos filiales Fiambalá y Termas. En reuniones previas se había ya definido la logística para garantizar en cada lugar: la convocatoria (abierta y gratuita), la infraestructura para realizar el taller, la comida y alojamiento (generalmente llegábamos a un acuerdo con el grupo que nos llevaba en cada territorio), la estructura del taller, las finanzas. Entre octubre y noviembre se recorrieron 11 lugares entre Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca y norte de Córdoba.

Fue así como fuimos creciendo como Red y como talleristas trashumantes. Cada equipo coordinador iba escribiendo las icónicas “crónicas” de cada taller (algo que en las primeras giras solo hacía el Tato) y así tenemos el registro detallado de cada taller, que a pesar de mantener siempre la misma estructura, en cada encuentro se volvía única porque se re-creaba con cada grupo de participantes y su ambiente.

En cada taller nos presentábamos a partir de las preguntas: ¿De dónde venimos? ¿Qué estamos haciendo? ¿Hacia dónde vamos? y esto lo volcábamos en dibujos, poesías, teatro o canciones por grupo. El momento artístico nos invitaba a pararnos, a dejarnos llevar, a tejer puentes, a jugar con hilos imaginarios. Esto abría otra sensibilidad para trabajar con las preguntas de la Denuncia: ¿Qué problemas vemos en nuestro pueblo, nuestra provincia, Argentina y el Mundo?. Y así aparecía: la deserción escolar, la desocupación, la falta de médicos y medicinas, el voto comprado, la violencia, el alcoholismo. La explotación de los recursos naturales, el envenenamiento del aire, del agua y la tierra, el centralismo del capital, la pobreza, los gobiernos que pasan de familia en familia. La falta de proyección para los jóvenes, la fragmentación, la pobreza. El monopolio económico, los medios de comunicación, el FMI. Escuchábamos en ronda todas estas problemáticas, tratando en la devolución teórica de ponerle nombre a las cosas. Nosotros decimos y nombramos al sistema capitalista como lo estructural, que es el eje de la mayoría de los problemas. En una siguiente etapa trabajamos el Anuncio: ¿Se puede cambiar el mundo? ¿Cómo? ¿Con Quién? ¿Desde Dónde? En nuestro caminar hemos encontrado mucha gente haciendo y sintiendo desde otro lugar y desde otros valores; así es que en cada encuentro aflora ese “Otro País” que late, vive y siente: el caminar se va convirtiendo en una doble trashumancia, hacia afuera pero también hacia nosotros mismos. Otro país, entonces, quiere decir otro modo de pensar, de conectar, de comunicar, de ir al encuentro de los mejores humus. De allí que consideramos esta experiencia como profundamente política.

Los días 11, 12 y 13 de noviembre de 2005 tuvimos un multitudinario 8º Encuentro Nacional que titulamos: “¿En qué esperanzas ponemos esperanzas?”. El Quirquincho ya estaba en marcha. El siguiente año seguiríamos trashumando por la Patagonia.

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La Red Trashumante es un tejido de grupos y organizaciones políticas autónomas, articuladas en torno a prácticas de educación popular. Vincula experiencias de educación y cultura popular de distintos territorios de Argentina, desde 1998.

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