Sentipensando desde el Sur

Siujen Chiang Muñoz

Por el derecho a la vivienda digna

El 8 de septiembre de 2023 es una fecha importante para la organización de quienes luchan por la vivienda digna en Chile, al entregarse oficialmente el Block 73 al Comité de Allegados y de Vivienda de la Villa Olímpica, que durante 10 años dieron la pelea para que un edificio que quedó con daño estructural durante el terremoto de 2010 en Chile, fuera reconstruido y entregado a las 25 familias que componen el Comité.

El edificio era propiedad de la Fuerza Aérea de Chile (FACH), y estuvo abandonado por tres años, siendo foco de suciedad y delincuencia, hasta que el Comité se dio a la tarea de recuperarlo como vivienda social, todo un hito considerando su ubicación, la calidad y el espacio de cada departamento, algo impensable en el Chile neoliberal, que sólo da acceso a la vivienda a través de subsidio, la única forma en que los sueldos bajos de Chile pueden acceder a la casa propia, y sólo en la periferia de la ciudad y donde calidad y espacio digno no son prioridades en las viviendas para la gente pobre.

La Villa Olímpica se encuentra emplazada en el límite sur-poniente de la comuna de Ñuñoa, considerada una de las comunas con mejor calidad de vida del Gran Santiago, un territorio central, con acceso a varias líneas de metro y zonas verdes. La Villa fue construida en los años ’60 como viviendas sociales, siendo parte de las obras de urbanización en torno al Mundial de Fútbol de 1962 en Chile, con su ubicación privilegiada al lado del Estadio Nacional. Cada jugador de la mítica Roja del Mundial tuvo un departamento en la Villa, por lo que entre sus vecinos estuvieron alguna vez Humberto “Chita” Cruz, Leonel Sánchez y Luis Eyzaguirre.

El territorio en sí es un ejemplo de espacio urbano pensado para la convivencia de barrio, un conjunto de blocks de departamentos y casas con espacios dignos para la clase trabajadora, con parques entre cada block, y un espacio comunitario que reúne una plaza central, la junta de vecinos, un supermercado, y a pocos pasos el centro de salud y la escuela pública. El ordenamiento urbano de la villa ha tenido un paralelo con la organización político-social dentro del territorio, viendo crecer a varios grupos y colectivos, como la Radio Comunitaria Villa Olímpica, la Coordinadora No al Mall Vivo Santiago, la Red de Abastecimiento Feminista La Uslera, la Escuela Amaranta Gómez, la Werta Olímpica, entre muchas otras y con los más diversos intereses.

Como señala el Comité cuando les entregaron las llaves de sus nuevos hogares, “hace 10 años, en este barrio las locuras seguían a la orden del día. ¿Y si armamos un comité de vivienda y pedimos el block? Si no tenemos casa y tenemos necesidad y una libreta de ahorro para la vivienda ¿Qué podemos perder? No nos imaginábamos todo lo que perderíamos en el camino… Perdimos el miedo a salir a la calle a luchar por nuestra casa. Perdimos la actitud de “sálvate solo” y la cambiamos por la convicción de que “unidos jamás seremos vencidos”. Perdimos el silencio frente a las versiones oficiales y la cambiamos por un discurso construido a pulso con una claridad cada vez mayor. Perdimos la costumbre de perder nuestros derechos y la cambiamos por la certeza de que la lucha da lo que el neoliberalismo niega”.

El camino fue largo y los puso a prueba más de una vez. En 2016, fruto de reuniones y difusión pública, la FACH entrega el edificio al Estado y desiste de la venta por casi 500 millones de pesos. Ese mismo año el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) formalizó que el Block 73 sería para las nuevas viviendas del Comité de Allegados y de Vivienda de la Villa Olímpica.

Pero con el cambio de gobierno, en manos de Sebastián Piñera, el nuevo ministro del MINVU, Cristian Monckeberg, se desentendió de los compromisos y consideró el proyecto como inviable, pero que ya contaba con un estudio de evaluación estructural y de reparación con visto bueno para la reconstrucción. La respuesta del Comité fue tomarse el Block en diciembre de 2018, contando con el respaldo y apoyo de organizaciones y vecin@s de la Villa, y que permitió que para marzo de 2019, el mismo Monckeberg presidiera la ceremonia en que el Servicio de Vivienda y Urbanismo (Serviu) se comprometió a realizar las reparaciones del ya emblemático Block 73.

El Comité dio ejemplo de organización e hicieron patente el que “salvarse solo” no era un camino que seguir, apañando a las organizaciones de la Villa en su devenir, con las pequeñas y grandes cosas que van construyendo comunidad. Durante la toma, que se extendió durante todo el verano, se realizaron talleres y conversatorios, jornadas de trabajo para sacar escombros del block y poner electricidad, almuerzos solidarios y tocatas, dando espacio para cuestionar permanentemente la política habitacional que desde el sistema neoliberal castiga a l@s de abajo a vivir en la periferia.

El 8 de septiembre es el día que todo dio fruto, con llaves en mano pueden seguir construyendo camino, ahora como vecin@s organizados, quitándole la oportunidad al sistema de lucrar con un espacio que siempre fue pensando para l@s de abajo, quedándose en donde ya tienen lazos y redes. Es lo que pasa cuando se pierde todo, hasta el miedo.

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