Historias de vida en las luchas de México

Rocío Moreno

¡Nunca más un mundo sin NosotrAs!

Hace ya más de setenta años, las hermanas Mirabal Reyes fueron asesinadas a golpes por oponerse a la dictadura dominicana de Rafael Trujillo. Fue un 25 de noviembre que Minerva, María Teresa y Patria, dejaron la vida por los tantos golpes que recibieron sus cuerpos hasta llegar la muerte. Este asesinato, feminicidio a las hermanas Mirabal, indigna y sigue provocando rabia el que les arrebataran la vida de esta manera. La dictadura de Trujillo cayó, su muerte se convirtió en un semillero de denuncia contra la violencia que nos habita.

En este marco es como los grupos feministas latinoamericanos comenzaron a denunciar y rememorar cada 25 de noviembre como un día para buscar la eliminación de la violencia contra la mujer. Setenta años después, los feminicidios siguen igual de violentos, de crudos, llenos de odio, de desprecio profundo.

Las mujeres están sacudiendo al mundo, las jovenas de hoy, ya no cargan con los miedos y los tantos estúpidos tabús que no nos permiten conocer las múltiples formas que tiene nuestra feminidad. Las jovenas de hoy, no olvidan y han tomado las calles y gritan y denuncian y patean y si les da la gana pintan una barda, queman la puerta presidencial, abrazan a la otra y luchan, luchan siempre.

Las jovenas de hoy, me enseñan a diario que hay una larga lucha que ganar. Mientras llegue la paz y justicia a nuestras vidas, ellas escriben y gritan los nombres de las tantas mujeres y niñas que han sido violadas por un desconocido o por un familiar; la joven asesinada por su novio o esposo; la niña menospreciada por ser mujer por sus padres; la trabajadora sexual asesinada por un cliente, un padrote o un policía; la académica que aunque trabaje más que sus compañeros nunca podrá ocupar el lugar de otro; la abuela que nunca gozo de un orgasmo; la esposa que nunca se le ha preguntado qué es lo que quiere; la señorita que está llena de miedos y prejuicios que la encadenan; la doble moral que nos bofetea cada que le es posible; la sanadora que reprime su espiritualidad; la mujer que no sabe qué diablos es ser mujer o no quiere ser mujer; la joven que obligan a ser mamá; la mujer que está en la cárcel por abortar; la mujer que es señalada por decidir no tener familia o pareja; la madre que camina con sus hijos y debe librar y conseguir la vida…

Estas diversas mujeres y las jovenas de hoy, caminan, resisten, luchan, cada quien en sus tiempos y en sus formas, y a veces en algunos momentos coinciden, pero en la gran mayoría del tiempo cada quien camina su rumbo y hace su lucha. Es un colectivo anónimo que está construyéndose e intentando transformar su realidad. Otras ya han iniciado la construcción de los tantos mundos que necesitamos.

El día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, debe de acompañarse con una línea más, una, donde se anuncie la caída del sistema patriarcal que somete a la humanidad y que particularmente mata a las mujeres del pasado y a las jovenas de hoy.

La lucha actual debe sumar el esfuerzo masivo de la humanidad. Las mujeres ante la violencia estatal, sistémica, epistémica, física, familiar, social, moral que enfrenta, la han despojado del miedo que nos paralizó por cientos y miles de años. Exigir y buscar justicia para la erradicación de la violencia a las mujeres es compartir el espíritu de nuestro tiempo. Luchar por la vida, es también luchar para conseguir la eliminación de la violencia en nuestras colectividades. Las mujeres han iniciado a desmotar este sistema que no sirve para la mayoría de la humanidad en el planeta. Lo hacen en una lucha cotidiana, donde no hay estructuras ni sindicatos, presidenta o secretaria, tampoco hay un edificio donde les lleguen peticiones, y lo más poderoso de todas ellas, es que no buscan mesas de negociación con el Estado, pues ya no creen en él. El único momento donde algunas de ellas se concentran masivamente es en las marchas. Estas marchas se hacen en todo México, en toda Latinoamérica, en toda Europa, mejor dicho, en todo el planeta. Marchar con ellas, siempre me ha clarificado que en la construcción de los tantos mundos que ocupamos, ya no es necesario cargar con todo lo que nos ha encadenado, sometido en el pasado y en la actualidad. Por eso bailan, gritan, corren, gozan, abrazan, denuncian, señalan, actúan, organizan, se dispersan, se piensan y se siguen en el largo camino.

Nota: Estas líneas tienen una dedicación especial a todas las mujeres que salieron este 25 de noviembre de 2021, a tomar las calles y gritaron, patearon o hicieron lo que ellas quisieran hacer. Gracias por su coraje. Bueno, también es para todas y todos los que aún les incomoda y disgusta lo que hacen las jovenas de hoy, sin duda, están caminando y observando que el mundo no esta bien y que es necesario comenzar una lucha civilizatoria para todxs.

Rocío Moreno

Historiadora y defensora indígena coca de Mezcala, Jalisco, interesada en mostrar cómo las historias de vida están totalmente vinculadas a los proyectos que abanderan las resistencias en México, pues ¿qué son las resistencias sin la infinidad de historias de vida que las constituyen?

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