Palabras sin reposo

Beatriz Zalce

Más de 528 firmas

A nuestros más de 528 ángeles de la guardia

Viernes 12 de enero del 2018

Hoy cumples 110 años. La cifra me sorprende, me extraña. 110 años: no muy entiendo lo que significa. Nos conocimos cuando ya eras un hombre que rebasaba el medio siglo. Siempre te vi en la madurez. Las fotos donde estás muy jovencito me dan curiosidad. Me cuesta trabajo asociar al niño de pelo muy rubio, cortado a la “príncipe valiente” contigo, con mi papá.

Cuando mis hermanos eran chicos les hacías dibujos. Era tu modo de dejarles recado, de decirles que hicieran la tarea o que a la mañana siguiente repasarían las tablas de multiplicar, o que les agradecías un día de buen humor. Hay un “recado-dibujo” de vísperas de tu cumpleaños. Enero de 1969. Te lo describo para que te acuerdes. En el ángulo superior izquierdo hay enmarcado el retrato de un escuinclito de ojos grandes y expresión asombrada. Junto, escribiste “Hace muchos años, pero muchos, vino a este mundo un robusto bebé.” Y dibujaste un sinfín de hojas de calendario. Otra vez tus letras, más dibujadas que escritas: “Con el tiempo, este niño se divertía solo, pintando monitos”. Y abajo se veía un gran monito de alambre, con los pelos parados y un chamaquito haciéndolo, muy concentrado él.

“Y siguió pintando monitos, y todavía sigue pintando monitos”. Y flanqueando esta frase tu autorretrato caricaturizado pinte y pinte frente a un caballete. Y para que Andrés y Xavier, tus hijos mayores, mis hermanos, se rieran otro autoretrato: Tú, hecho un anciano inclinado sobre un cuadro donde se dibuja la imagen de una calaverita. Para unos niños, un hombre de 60 años ya es muy muy viejo. Sólo con el tiempo se entiende la suerte de tener un papá “tardío”.

Y termina así este recado dibujado, esta tarjeta de cumpleaños del cumpleañoso, esta especie de tira cómica. “Y mañana que cumple algunos añitos, sus dos hijos se lo van a llevar al campo para festejar su gran día, y naturalmente, él se va a pintar más monitos……” y Andrés y Xavier mirándote pintar apasionadamente un paisaje en medio del campo, cerca de Morelia.

Quiero pensar que esto es tu realidad actual, que estés donde estés sigues haciendo lo que más te gusta que es pintar, dibujar. Crear. Que mis hermanos y tú están de nuevo reunidos para la eternidad. Pero me pregunto cómo te sientes.

¿Cómo te sientes de ver convertida tu casa en oficinas gubernamentales? Soy tu sangre, Pá, y estoy que me lleva pifas. Si de chicos mis hermanos y yo te regalábamos algún dibujo, una fotografía o un cuento hecho por nosotros. Este año tu regalo lleva más de 528 firmas: una carta dirigida a Peña Nieto, a la Secretaria de Cultura, al gobernador de Michoacán y a su secretaria de cultura. Les pedimos, les demandamos que tu casa, propiedad del gobierno de Michoacán quien prometió convertirla en un centro cultural, en una casa museo; no la use para otra cosa. No queremos ahí bodegas, no queremos ahí oficinas. Para bodega cualquier pieza de cuatro paredes y techo sirve, lo mismo para oficinas.

El pasado miércoles 10 de enero, la carta se presentó públicamente a los medios. Los muy queridos Humberto Musacchio y Alberto Híjar hablaron de ti, de tu importancia, de la necesidad de que tu casa no sea desvirtuada, yo diría ultrajada pero dirás que ya le estoy poniendo de mi cosecha… Saliendito del Club de Periodistas de México nos fuimos a entregarla a Oficialía de Partes, en Palacio Nacional. Ellos la turnarán a María Cristina García Cepeda, la secretaria de Cultura.

El jueves 11, al día siguiente -sí, Pá, ya sé que vas a decir que es obvio y que redundo como cuando te digo que “salí fuera”- fuimos a Morelia a entregar la carta a Casa de Gobierno para Silvano Aureoles. La intención era hacer lo propio con Silvia Figueroa, titular de la SECUM. Eso no se pudo ese mismo día. En Casa de Gobierno no supieron decirnos bien a bien donde despacha ella pues tú ya sabes que se dislocó la sede de la Secretaría de Cultura de Michoacán. Alguien sugirió que la llevara a lo que fue la casa de Zalce. Sentí una puñalada en el estómago y otra por la espalda. Sí, Pá, ya sé que eso suma dos… Pero las matemáticas no se me dan… ¿cómo voy a entregar una carta para Figueroa en tu casa si lo que pedimos es que salgan sus oficinas de tu casa?

Pero si te hablé de una puñalada, de dos puñaladas, hubo una más. Una que me traspasó hasta llegar a ti, hasta lastimarte a ti en lo más hondo, hasta calarte la médula no de tus huesos sino de tu alma.

Esa mañana, sí la del jueves, la de la víspera de tus 110 años, la Secretaría de Cultura de Michoacán subió unas fotos tomadas en el interior de lo que fue tu casa. En la sala instalaron una mesa con un bonito paño rojo, dispusieron botellitas de agua y vasos, hojas blancas y, no distingo bien en la imagen si plumas o lápices, algo para escribir y varios platos con galletas. Cito textual: “El día de hoy sostuvimos un acercamiento con amigos de Alfredo Zalce quienes son de la sociedad civil. Además de haber iniciado el primero de 8 talleres en la Casa del artista michoacano y en el que participan niñas, niños y jóvenes que aprenderán de la gráfica con la técnica de xilografía y de linóleo. #SomosCultura”. Más allá de los evidentes problemas de redacción de la Secretaría de Cultura, presiden, porque la foto así lo da a entender la Secretaria Silvia Figueroa Zamudio, a su diestra Andrea Silva Cadena, directora de Formación y Educación, y a su izquierda Susana Solórzano, jefa del Departamento de Artes Visuales, de la Secum. Las acompañan varias personas, algunas las conocí en tu casa, Pá.

Pero las fotos que calan fueron tomadas en donde tenías el estudio. En tus tiempos, estaba atiborrado: mesas de trabajo, bancos, prensas, materiales para trabajar, esculturas, floreros para que los alumnos los aprendieran a ver y a recrear, varios caballetes pequeños. Hoy es sólo una pieza grande, un galerón. Desnudo. Frío. Sin vida. Un grupo de jovencitos intentan trabajar. Están sentados en unas sillas plegables. No tienen mesas, trabajan sobre sus rodillas, encorvados. Otros optaron por sentarse en el piso y apoyarse en la silla.

No eras un hombre rico, vivías austeramente, congruente con tus ideas de izquierda, pero siempre ofreciste a los que se acercaran a trabajar, a aprender contigo las mejores condiciones de trabajo. No sólo dignas. Las mejores.

Me indigna que en lo que fue tu casa, bajo la sombra de tu nombre, traten así a los jóvenes y se paren el cuello diciendo que eso es un Taller. Tú, con tus modestos recursos, dabas a manos llenas. Ellos, con dinero del erario, se sirven galletitas y a los jóvenes los tratan con absoluta falta de respeto al no darles las mínimas condiciones.

Al hablar de ti y de Morelia en una conferencia a la que me invitó la ENES Morelia bajo el título “El legado de Zalce: reflejo y construcción de una sociedad” lo denuncié. Incluso pedí que si la SECUM no tiene recursos, pues que se quiten las letras de oro con las que está tu nombre inscrito en el muro de honor del congreso michoacano para con ellas se compren materiales de trabajo. Eso va más con nuestra manera de pensar y de actuar, Pá.

Te comento: siguen sumándose firmas de adherencia a la carta. Se puede buscar en change.org “Recuperación de la Casa-taller Alfredo Zalce Morelia Michoacán”. Me llegó también una carta de la hermosa Maestra Rino Lazo, quien siempre presume que fue tu alumna, dando su aval y diciendo que esta lucha es muy importante y que qué bueno que la estoy, la estamos dando.

Pero sabes, ya por último, Pá, porque ya me extendí mucho, Carmen Aristegui hoy en la mañana, en vez de Mañanitas, leyó completita la carta en su programa. Mencionó muchos nombres de firmantes y le va a dar seguimiento. En quince días, plazo que fijaron de la Oficilia de Partes de la Presidencia para dar respuesta a nuestra petición, Aristegui retomará el tema en su programa.

Quisiera confiar, Papá. La gente no falla. Eso siempre te lo oí decir. La gente no falla. No importa si las autoridades de Michoacán no han dado señales de vida, nos ignoran olímpicamente. Mejor Presidencia contestó. Pero la gente está firmando, Pá, La gente sigue firmando.

Dijo Alberto Híjar el otro día: “No se trata de decir somos un chingo y seremos más”. Se trata de organizar. Pero el primer paso era, es, agradecer la solidaridad, informar públicamente lo hecho, lo logrado. El segundo paso es organizar.

Pá, gracias por haber nacido. Gracias por haberme invitado a nacer y darme el mismo color de ojos para ver la vida.  **  **  **

Beatriz Zalce

Premio Nacional de Periodismo por su labor cultural en Desinformémonos. Catedrática de la Escuela de Periodismo Carlos Septién y de la Facultad de Estudios Superiores de la UNAM.

Una Respuesta a “Si hablamos de Resistencia…”

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