Historias de vida en las luchas de México

Rocío Moreno

La Universidad que soñamos

Mezcala

El pasado 04 de octubre de 2022, la comunidad de Mezcala, Jalisco, recuperó alrededor de 11 hectáreas de tierras comunal, ante una invasión que tuvo por mas de 23 años. Como todas las invasiones, esta nació de una injusticia y de hombres ambiciosos que buscan complacerse en sus deseos, sin importarles la vida de todos los seres vivos. En México son muy bien recibidos, y en Mezcala, en el municipio de Poncitlán, cobijaron a un rico de Guadalajara que pisoteo por más de dos décadas a nuestro pueblo. Ellos ofrecen dinero y muchas promesas de progreso. Algunas gentes acceden por necesidad, mientras que los gobiernos se alegran ante la llegada de estos hombres de dinero.

Para poder hacerles un resumen, les explicaré de otra forma. Nosotros somos dueños de 3.600 hectáreas de tierra comunal, la posesión de las dos islas y La Laguna de Chapala, ya que el territorio también es agua para nuestro pueblo. Entonces, todo el que quiera entender a Mezcala, debe de saber que es una comunidad ancestral, que su origen lo remite al pueblo coca, y su territorio se compone de tierra, montañas, laguna e islas. En esos espacios, hace la vida. Y hace 23 años a un tipo adinerado se le hizo fácil instalarse en nuestro pueblo, en una zona conocida como El Pandillo. Ahí se instaló y al poco tiempo comenzó a construir una casa de campo para disfrutar del hermoso paisaje que se tiene desde ese sitio. A este rico listo no le importo construir un castillo en el aire. Él se sentía seguro de que nuestro pueblo iba a claudicar, pero no fue así.

Los comuneros y muchos pobladores de nuestro pueblo acordaron y lucharon por sacar a este invasor de nuestras tierras y por fin el pasado año se logró. Nuestro pueblo interpuso un juicio de restitución de tierras y comenzó un largo e injusto juicio para demostrar que el pueblo de Mezcala era el dueño legitimo de esas tierras. En el año de 2014 comenzaron a salir las sentencias y todas fueron favorables para nuestro pueblo, pues no podía ser otro resultado. Y desde que comenzó a vislumbrarse un poco el final de este juicio, el pueblo comenzó a preguntarse sobre ¿qué uso se les daría a las tierras recuperadas?

En muchas partes de México se han tenido este tipo de recuperación de tierras, y el reto mas importante es el saber y construir lo que viene después del regreso de la tierra. Nuestro pueblo comenzó a explorar varias opciones de que hacer, pero la que más resonó en todxs fue el de construir un espacio para el conocimiento, donde la escuela o universidad que se hiciera sirviera para abrir el pensamiento, la reflexión, la crítica, pero también, lo comunitario, el territorio, la historia, la identidad, etc. Desde el año de 2008 ya se había comenzado con los talleres de historia comunitaria, que ese espacio nos ha permitido dialogar, investigar, escribir y comunicar ideas y problemáticas en nuestro pueblo, y pues de ahí fue que veíamos que esas tierras invadidas, deberían de tomar un camino totalmente distinto al que se le había asignado por 23 años, y que además creíamos que era la manera mas digna de tomar las tierras y colectivizar en su totalidad esas tierras.

Así el pasado 04 de octubre de 2022 los pobladores de Mezcala subieron no solo a hacer la toma oficial de sus tierras, sino que también querían imaginar y sentir el espacio de la futura Universidad de Mezcala.

No puedo explicar qué es la Universidad de Mezcala, porque nadie sabe cómo será. Quiero decir que todo está construyéndose, consultándose, y pues tomará la forma que deberá de tomar entre todxs los que están apostando trabajar para este sueño colectivo. Sí puedo decirles que no hay un presupuesto, ni tampoco lo esta financiando ninguna universidad, gobierno u organización, no sabemos si hay los suficientes profesores para las tres carreras que se quieren impulsar, de hecho, no sabemos si tendremos alumnos, no hemos visto si habrá conserje y velador, tampoco sabemos si con tres faltas serán expulsados los alumnos de la universidad, o si deberemos de pedir que se use uniforme o no. Sinceramente no lo sabemos y creo que es porque nadie de nosotros ha hecho una universidad. A pesar de que casi no sabemos nada, nos aventamos, y decidimos que comenzaríamos este proyecto y comenzamos a invitar a muchos individuos, pueblos y organizaciones que han caminado con nosotros por muchos años.

Y pues ya tenemos un par de años solo dialogando y pensando cómo hacerle y escuchando a otras organizaciones o personas que ya han hecho sus escuelas autónomas, espacios de conocimiento, universidades, talleres, etc. También hemos ido a muchos lugares de México a verlos con nuestros propios ojos, de lo que pueden hacer pueblos con la educación, y pues eso nos anima a seguir y saber que es posible hacer nuestra propia universidad. Y bueno, desde el comienzo ha sido pura alegre rebeldía, hemos entendido que esos otros mundos que queremos construir ya se están iniciando.

El pasado 1 y 2 de abril en la comunidad de Mezcala se convocó a un taller para reflexionar sobre que saberes deberían de tenerse en una curricular de la carrera de Agroecología y los resultados fueron increíbles. Llegaron jóvenes y campesinos de distintas partes de Jalisco, Michoacán y California para hacer este primer dialogo para ir pensado en colectivo como debe de funcionar la universidad que soñamos. Podría hacer otro escrito solo con las respuestas que se dieron, pero les resumiré diciendo que ese sueño que habita en muchos de los jóvenes es el de construir y gozar de un espacio para pensar, para convivir, para trasformar, para contemplar, para conectarse de nuevo con su historia y tierra. Prácticamente fueron respuestas que hoy en día no encuentran en las escuelas públicas convencionales.

En este primer encuentro, nos dimos cuenta que esa universidad en la que soñamos ya inició hace muchos años, pero como estamos desaprendiendo, no nos habíamos dado cuenta de que lo que hicimos desde el inicio fue en realidad la primera clase de nuestra vida universitaria.

La universidad ya comenzó

Los retos son enormes, casi tan grandes como el sueño colectivo. Cuando me nerveo y no sé si va a salirnos este trabajo, confío en el poder que tiene un pueblo que ha luchado por más de quinientos años por seguir existiendo y defendiendo su forma de apreciar y hacer la vida. También me reconforta el estar en un sueño colectivo. De hecho, a mí siempre me han gustado los sueños, y debo de confesarles que casi todas las mañanas corría con mi mamá para contarle lo que había soñado antes de que se me olvidara, porque ella me explicaba que los sueños son parte de la vida de uno, de hecho, ahí encontramos muchos deseos que no podemos hacer en el día, pero si nos hacemos conscientes de nuestros deseos podemos simple y sencillamente hacerlos, sentirlos y disfrutarlos. Por eso me gustan los sueños, y por eso me gusta estar en un sueño colectivo.

No sabemos cuándo esta universidad abrirá sus puertas, pero ahora sabemos que ya comenzamos.

Rocío Moreno

Historiadora y defensora indígena coca de Mezcala, Jalisco, interesada en mostrar cómo las historias de vida están totalmente vinculadas a los proyectos que abanderan las resistencias en México, pues ¿qué son las resistencias sin la infinidad de historias de vida que las constituyen?

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