Palabras sin reposo

Beatriz Zalce

La Milpa de Nuestros Abuelos

Adelita San Vicente y Mauricio Gómez Morín están de plácemes presentando en sociedad un libro que los conjunta, un libro que nos concierne: La Milpa de nuestros Abuelos. Tlalmilli to Huehue. Es un libro colectivo, una conjunción de voluntades editado por Semillas de vida, ONG que dirige Adelita, por el Programa de Investigación Sierra Nevada y la Delegación Milpa Alta.

Hace posible este bello volumen, que además contiene un CD con el testimonio de Don Vicente Flores, el ímpetu de Adelita, ingeniera agrónoma, con maestría en Desarrollo Rural y Doctorante en Agroecología, luchadora social, aguerrida como sólo puede ser una mujer con su nombre, que ha enfrentado y puesto un hasta aquí a la trasnacional Monsanto.

Con ella, también empeñado en defender a capa y pluma, pincel, burril y cuanta herramienta de trabajo maneja para crear grabados, ilustraciones y murales, Mauricio Gómez Morín, tan convencido de que “Sin Maíz no hay país” que a principios del 2009 hizo un mural en el piso del Zócalo Capitalino. El mapa de México era una gran mazorca hecha de granos de maíz. Para La milpa de nuestros Abuelos hizo dibujos, tomó fotos, investigó, supo de la importancia del ciclo lunar en los calendarios de siembra. Diseñó el libro con amor y paciencia, cuidando los detalles, valorando la información, completándola.

La iniciativa para hacer este libro partió de Arnulfo Melo, joven campesino de Milpa Alta, quien estudió contaduría y tiene claro que lo suyo es su parcela. Sabe que al maíz le gusta crecer acompañado de frijol, de jitomate, de calabaza, de chile y hasta de haba, que si bien no es originaria de aquí se adapta muy bien. El sistema virtuoso de la milpa se está perdiendo con los monocultivos que agotan la tierra.

No podemos dejar de mencionar a Miguel Altieri, chileno que trabaja en la Universidad de Berkeley y que impulsa la agroecología. Quedó encantado por la milpa de Arnulfo y ya está pensando que este sistema de cultivo y la chinampa formen parte de SIPAM (Sistema Importante Patrimonio Agrícola Mundial) para su debida protección y difusión.

Para Adelita San Vicente no cabe la menor duda: Con la firma del Tratado de Libre Comercio en 1992 han aumentado dramáticamente las cifras de hambre, de obesidad y la migración. Los campos mexicanos se están vaciando porque se favorece la importación de alimentos de mala calidad en lugar de producir aquí lo que comemos. Coincide con Vandana Shiva, escritora, activista y científica hindú: Quien controla la alimentación controla al mundo.

-Hoy estamos peor: importamos 40% de los alimentos básicos. Si Estados Unidos nos dice: Les cierro el abasto de maíz, de arroz (importamos un 90%), sería brutal. Hemos perdido la soberanía alimentaria. El petróleo es fundamental, pero algún día viviremos sin petróleo. Pero sin comida no vamos a vivir. Como bien lo dice Vandana: hay una política para desalentar la producción de alimentos en los países dependientes para incrementar su dependencia. ¿Por qué le compramos maíz a Estados Unidos? Porque hay un subsidio muy grande a este maíz botarga, este maíz lleno de almidón que no tiene las características de nuestro maíz que está lleno de fibra y es muy completo. Los chinos están ahorita vueltos locos queriendo comprar nuestro maíz blanco, libre de transgénicos y nosotros importando maíz con transgénicos”.

Adelita no tuvo miramientos para irrumpir en la presentación del libro Introducción al ambiente del maíz transgénico. Análisis de ocho casos en Iberoamérica publicado por la Unam, es decir con recursos públicos, para exigir que se diga la verdad sobre el maíz transgénico: si cotidianamente consumimos maíz transgénico tendremos graves consecuencias en nuestro sistema inmune. Investigaciones de 50 científicos mexicanos independientes lo demuestran.

-El ministro de guerra de Nixon dijo: no necesitamos armas, controlemos el sistema de alimentación del mundo. Y realmente hay un modelo de alimentación en el mundo: a dónde vayas hay Nescafé, leche Nestlé… Son estas grandes empresas que por una parte se apropiaron de la comida y la distribución y por otro lado de las semillas y los agroquímicos. Dentro de la campaña “Sin Maíz no hay País” hay una nutrióloga que habla de cómo nos han colonizado el paladar y ya no te sabe bien más que la tortilla de Maseca o el Nescafé. Además hay una homogenización: un McDonalds es lo mismo aquí que allá. Vas a un supermercado de estos grandes y encuentras lo mismo que en todos: la misma basura.

Se ha desmantelado todo el aparato de producción agrícola. El famoso milagro mexicano se hizo gracias al campo y gracias al campo crecimos después de la revolución mexicana. Ahora los apoyos van a los amigos del TLC: a Maseca, a Bimbo, a Bachoco, a todas esas grandes trasnacionales. Para los campesinos hay asistencialismo, puro programa de pobre que lejos de acabar con la pobreza los hace más pobres.

-¿Cómo “Semillas de Vida” enfrenta a Goliath? Hay que promover, educar, concientizar. Está atacando pero también está proponiendo…

-Y tenemos que conseguir los recursos para comer todos los días… Además buscamos ser profesionales. El libro La Milpa de nuestros Abuelos es parte de eso. Semillas de vida nace de una conjunción: estamos preocupados por el avance de los transgénicos. Hay amas de casa, científicos, empresarios, yo que vengo de un sector más político. Hay que parar esto y al mismo tiempo dar una respuesta positiva. Desde 2007 trabajamos en la defensa legal contra los transgénicos, la difusión y en el apoyo a la protección a las semillas de maíz. Hemos crecido mucho, nos hemos sumado a más organizaciones.

En contacto@semillasdevida.org.mx se puede conseguir el libro e incluso agendar presentaciones del mismo. ** ** **

Beatriz Zalce

Premio Nacional de Periodismo por su labor cultural en Desinformémonos. Catedrática de la Escuela de Periodismo Carlos Septién y de la Facultad de Estudios Superiores de la UNAM.

Una Respuesta a “Si hablamos de Resistencia…”

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