Levantando la voz

Karla Micheel Salas

“Es como estar muerto en vida: la tregedia de las desapariciones en México”

  1. A Esmeralda, porque nos haces falta

¿Dónde está? ¿Sigue con vida? ¿Está comiendo? ¿Duerme bien? ¿Está pasando frío? ¿Algún día le volveré a ver? Son algunas de las muchas interrogantes que se hacen las familias que tienen algún ser querido como desaparecido. Son interrogantes que les hacen mantener una herida abierta. En palabras de algunas madres, padres, hermanos y hermanas, la desaparición de un ser querido: “Es como estar muerto en vida”.

Se han cumplido dos años del más atroz crimen cometido en la historia reciente del país, la desparición de los 43 normalistas de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero. Este crimen de Estado, que ha conmocionado a la sociedad mexicana y a la internacional, ha permitido visibilizar las cientos de miles de desapariciones de mujeres, niñas, niños y hombres en México. De acuerdo a las cifras oficiales, que se desprenden del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED), de 2007 a 2016 hay más de 28 mil personas extraviadas o desaparecidas.

El número escandaloso de personas desaparecidas en tan sólo una década, evidencia que la desaparición de personas es una práctica criminal, que si bien en algunos casos es cometida por grupos de la delincuencia organizada, el Estado mexicano no ha hecho lo suficiente para evitar que continúen ocurriendo, para investigar los crímenes y para sancionar a los responsables, pero sobre todo no ha actuado diligentemente para localizar a esas decenas de miles de personas de las cuales se desconoce su paradero.

La desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa además de evidenciar esta práctica criminal, ha permitido poner al descubierto el fallido sistema de justicia que “funciona” en México. Parafraseando a Hannah Arendt (1999), la “banalidad” de la impunidad en las desapariciones de mujeres, niñas, niños y hombres esta entrelazada con hilos de investigaciones deficientes, la falta de conocimiento y capacitación de las servidoras y servidores públicos, la falta de herramientas y material científico y técnico, el desdén con el que son tratadas las víctimas indirectas, así como la constante discusión sobre la competencia de las autoridades federales y locales para la investigación, todo ello comforma el tejido y el entramado de la impunidad.

A veinticuatro meses de la desaparición forzada de los jóvenes normalistas, el Estado mexicano no ha tenido ni la capacidad ni la voluntad de esclarecer el crimen, los responsables de esta investigación fallida también permanecen impunes, y la verdad de lo ocurrido la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre, continúa aún sin esclarecerse. En este escenario, me cuestionó contantemente, ¿Si el Estado mexicano no es capaz de esclarecer la desaparición forzada los 43 normalistas, qué pueden esperar las familias de las más de 28 mil personas desaparecidas?

El encontrar a quienes han desaparecido en este país se ha convertido en una lucha por la justicia, la verdad, por la certeza de saber su destino, en una forma de terminar con el sufrimiento y ese dolor que parece infinito, las familias y organizaciones no sólo se han visto orilladas a denunciar publicamente aún con el riesgo de sufrir represalias la inacción, el desdén, las omisiones y negligencia de las autoridades en las investigaciones de los casos; además han tenido que organizarse en colectivos para la búsqueda en zonas donde presumiblemente pudieron haber sido arrojados o enterrados los cuerpos o restos de las víctimas desaparecidas, así lo ha hecho el “Grupo Vida” en Coahuila; “Los otros desaparecidos”, en Guerrero; “El Solecito” en Veracruz, el Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social en Ciudad Juárez; así como otros grupos en Nuevo León, Morelos, Sinaloa y Baja California.

Particularmente en Ciudad Juárez, se organizó un primer rastreo ciudadano hace apenas una semana, donde participaron familiares no sólo de niñas y mujeres desaparecidas sino también de hombres desaparecidos, un grupo que había sido silenciado por años, bajo el estigma de que los desaparecidos pertenecían a los grupos de la delincuencia organizada o “estaban en malos pasos”, básicamente responsabilizándolos de lo que les ocurrió.

Los colectivos de familias han tenido resultados importantes, y han dado el ejemplo a los gobiernos, por mencionar algunos, en Veracruz se han identificado 75 fosas con más de 200 restos humanos, en Coahuila se han localizado más de 13 mil restos humanos la mayoría fueron quemados o “cocinados”; en Ciudad Juárez, tan sólo en dos días de rastreo se localizaron 54 restos humanos. Este tipo de hallazgos genera una profunda tristeza, porque evidencia una absoluta deshumanización de las personas, hombres y mujeres, niñas y niños, que han sido convertidos en seres desechables y “cuya muerte no entraña en la práctica consecuencia jurídica alguna” (Agamben, 2006: 244). Sin embargo, también genera esperanza, porque ese hallazgo permitirá que esa mujer, niña, niño u hombre desaparecido, pueda regresar a su casa, permitirá que una familia dé una sepultura digna a sus seres queridos, permitirá a las víctimas traer un mínimo de consuelo, frente a la angustia generada por la desaparición de sus seres queridos.

La exigencia de justicia y verdad ante la desaparición de los 43 normalistas y de las cientos de miles de mujeres, niñas, niños y hombres en este país, es un asunto que nos atañe a toda la sociedad, porque mientras no sepamos dónde están, la herida permanecerá abierta y estos crímenes continuarán ocurriendo.

14 Respuestas a “Caso Sepur Zarco: Mujeres que rompen el silencio y luchan contra la impunidad”

  1. CONSIDERO QUE DEBE HABER UN RESPONSABLE POR PARTE DE LIVERPOOL QUE FUE LA PERSONA QUE MANIPULÓ LAS ACCIONES Y OMISIONES ¿EXISTE ALGUNA PERSONA DETENIDA DEL PERSONAL DE LIVERPOOL QUE FUERON LOS QUE IMPIDIERON EL ACCESO DE LA CRUZ ROJA A SUS INSTALACIONES Y DENUNCIARON EL HECHO? ESTÁ MUY CLARO, QUE EL GERENTE DE SUCURSAL O ENCARGADO O APODERADO LEGAL DE LIVERPOOL EVITÓ EL INGRESO DE PARAMÉDICOS Y EN CONSECUENCIA LA ATENCIÓN INMEDIATA DE LA RECIEN NACIDA.

  2. Elena Murray

    Es una verdadera «historia de horror» que describe la ignorancia, indiferencia y falta de compasión tanto de Liverpool como de las personas que «juzgaron» a Dafne. Espero entren todos en razón y que su calvario termine en algún tipo de justicia.

  3. Elena Murray

    Es una verdadera historia de horror de ignorancia e indiferencia que involucra no solo a Liverpool, sino a todas las «autoridades» responsables por esta injustica. Ojalá pronto termine el calvario de Dafne y que «alguien» sienta cabeza.

  4. Que verguenza me da la justicia mexicana, es por eso que muchos paises nos ven tan mal. Por favor unámonos para acabar con estás injusticias o más bien con estás porquerías. En México la prensa no es el cuarto poder SON LAS REDES

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