Historias de vida en las luchas de México

Rocío Moreno

Crónica del despojo: Reserva de vida vs. Parking para carros

Vivir en San Francisco, California, es ambivalente. Por un lado, es una ciudad hermosa, única en su tipo y habitada por muchas personas y colectivos que son críticos ante el sistema. Además, es la casa de los grandes capitalistas, como Tesla, cercana a Sillicon Valley, y otros más que orquestan el sistema económico mundial. Vivir en esta ambigüedad definitivamente genera muchas confrontaciones, tal como pasa con habitantes del Distrito de la Misión en San Francisco.

La gente aún sigue padeciendo las consecuencias del encierro que se dictó en la pandemia de Covid19, muchos salieron y siguieron la vida, pero otros al salir, comenzaron a recuperar los espacios que pudieran y así, ponerlos a disposición de la colectividad. De los más significativos están los jardines comunitarios, de hecho, existe una Red en la que se suman sujetos que simple y sencillamente toman sus palas, azadones, tijeras y montón de semillas para comenzar con sus jardines. Ese es el inicio, porque inmediatamente comienza a necesitar de una colectividad y ahí, todxs juntxs, se despliegan montón de actividades que dignifican sus vidas, como, por ejemplo, talleres de medicina tradicional, alimentación, alfabetización, historia, arte, música, etc. 

El problema es que, como les advertí, ellos viven en un espacio ambivalente, ambiguo, y entonces se dan cuenta que aunque existen grandes esfuerzos por recuperar la vida digna, también está el mundo donde todo es una mercancía o se mercantiliza, todo tiene precio.

Algunos jardineros se vincularon con el Comité de Madres Latinas de la Misión e Integrarte SF una organización cultural de base del barrio, que en su conjunto se articularon para atender la urgente necesidad de crear espacios de sanación y aprendizaje. Algunos jardineros se percataron de que la vía estaba abandonada y comenzaron a llenarla de cajas y macetas de plantas, arbustos, flores y hierbas. También colocaron una pequeña mesa y sillas que utilizan para hacer la plática. Esos insumos tan sencillos, son los ingredientes para generar un espacio de convivialidad, así que pronto llegaron los músicos, los jóvenes, niños, mujeres a convivir.

En ese mismo callejón, están dos empresas: una es un preescolar privado de nombre Mission Kids y una empresa de internet llamada Monkey Brains, ambas empresas quieren ese espacio de vida para los coches de sus clientes y trabajadores.

¿De quién es la tierra? La ciudad ha mencionado que no se ha podido ubicar a un dueño, y que no puede impedir que ese espacio sea utilizado como un estacionamiento privado. La Supervisora del Distrito de la Misión Hilary Ronen no ha hecho nada al respecto, por el contrario, apoya a los negocios ya que según ella son negocios que proveen servicios necesarios en el barrio.

El espacio de vida que han consolidado los Jardineros de la Vía Verde, junto con el Comité de Madres Latinas de La Misión, ha generado talleres de agroecología, conversatorios, talleres de historia, música, elaboración de jabones con las plantas que se siembran y cosechan en ese espacio, han recibido a estudiantes de escuelas del barrio para invitarlos a cultivar, convivios donde comparten alimentos y charlas.

El pasado miércoles 24 de mayo se encontraban los voluntarios del jardín trabajando, dos personas mayores jubiladas, una joven de 35 años que es maestra, y otro jardinero que imparte los talleres; cuando en la noche llegó el CEO de Monkey Brains, Rudy Rucker, y golpeó a Elizabeth Creeley, la persona mayor, quien reaccionó y contestó a la agresión. Existe un video del incidente, donde se observan sus golpes y escuchan las agresiones verbales. No contentos con esto, interpusieron una orden de alejamiento a las cuatro personas que cuidaban y trabajaban el espacio de la vía. Es importante mencionar que en pocos días llegó esta orden en contra de los cuatro jardineros.

¿Qué intereses cuida el Estado?

Es muy poco racional que un espacio verde, que además la comunidad lo está construyendo y utilizando, se les arrebate cínicamente para un estacionamiento privado de dos empresas que son respaldadas por la ciudad, el gobierno, el Estado y por el mercado. Con este tipo de hechos, nos damos cuenta, que al sistema actual que nos gobierna en el planeta, no les interesamos en lo más mínimo. Vivimos y enfrentamos cotidianamente este sistema de muerte.

Este acto violento, no ha sido el único. En el mes de enero de 2023 volcaron las camas de cultivo, en muchas ocasiones han intentado dividir a la organización ofreciéndoles trabajo como sus jardineros y también los han insultado cuando están trabajando porque alegan que les estorban para realizar trabajos de mantenimientos en sus empresas.  En el mes de marzo, al tener visita de los alumnos de la escuela Elemental Moscone fueron hostigados por la directora del preescolar privado. Todo es problemático si las empresas no son las protagonistas, las que controlan el espacio y las personas. También la empresa Monkey Brains ha hecho amenazas de llamar al ICE (la migra) ya que al ser mayoritariamente gente latina la que acude, cuida y disfruta del lugar ,su arma es la amenaza de llamar a la migra. Lo que hay es un desprecio y racismo profundo a las personas que buscan impulsar espacios de convivialidad. Luchar por tener vida digna, es ahora una de las grandes banderas con las que los pueblos, colectivos e individuos resisten y trabajan para a pesar de los tantos problemas que nos habita, se pueda hacer la vida.

La lucha de estos jardineros y madres latinas por ganar y habitar un corredor, una esquina, un parque y gozarlo con los distintos miembros del barrio, es su único propósito. Considero que es muy fácil comprender los motivos por los que se movilizan, pero solo por si alguien tiene dudas, también hay otras razones por mantener este espacio para la comunidad de La Misión, mencionan: 

“Después de 3 años de experimentar los impactos de las políticas implementadas por la pandemia, sentimos una necesidad urgente de crear espacios de sanación y aprendizaje y ofrecer recursos que nos ayuden a mejorar la salud mental, emocional y ofrecer oportunidades de aprendizaje para los niños y jóvenes latinos del barrio. Una encuesta reciente realizada por el CDC (enero a junio 2021) reveló que el 44% de los adolescentes se sienten persistentemente tristes y desesperanzados, y en las comunidades más pobres donde los niños ya experimentaban más adversidad antes de la pandemia, esta crisis es aún más aguda. La salud mental de los adolescentes continúa deteriorándose, por lo que nuestros programas que apoyen el bienestar físico y mental son extremadamente importantes para su crecimiento y desarrollo. Ante la falta de apoyo por parte de la Supervisora de nuestro Distrito pese a sus ofrecimientos en el 2021, nos vimos en la necesidad de crear el programa y la vía verde nos ha brindado ese espacio para talleres, reuniones y actividades educativas y recreativas.

Uno de los objetivos de los jardineros es construir un paisaje comestible en esa vía, y por supuesto seguir haciendo de ese espacio uno para la convivialidad ¿a quién le estorba eso?

En esta crisis civilizatoria que enfrentamos, las diferencias entre los capitalistas y las sociedades en movimiento, son extremistas; unos quieren un corredor verde comestible, mientras que otros un parking para los autos de sus clientes y trabajadores. Las razones y justificaciones de los capitalistas cada vez suenan más estúpidas y huecas. Necesitamos seguir indignándonos cada vez que aparezcan situaciones ridículas e injustas, pues esa será la única manera en la que poco a poco transitemos a los nuevos mundos que necesariamente deberán de ser lo que todxs decidamos y no lo que unos pocos impongan.

Rocío Moreno

Historiadora y defensora indígena coca de Mezcala, Jalisco, interesada en mostrar cómo las historias de vida están totalmente vinculadas a los proyectos que abanderan las resistencias en México, pues ¿qué son las resistencias sin la infinidad de historias de vida que las constituyen?

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