Historias de vida en las luchas de México

Rocío Moreno

Ayotzinapa. ¡Nos faltan 43!

Para el próximo domingo 26 de septiembre, serán siete años de la desaparición de 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa. ¡Cuánto dolor! Y, sobre todo, ¡cuánta Rabia! Desde aquella noche de septiembre en 2014, estos jóvenes nos han mostrado un escenario de horror, uno donde el ejército, el Estado y el crimen organizado trabajaron juntos. La necropolítica que inunda a nuestro querido México lo vemos en todos los espacios y rincones del país.

43 estudiantes

43 familias

43 sueños

43 desapariciones

Si tuviéramos que caracterizar a Ayotzinapa, tendríamos que decir que es rural; que existe una escuela normalista, donde se preparan cientos de jóvenes para ser los futuros maestros que van hacia las comunidades lejanas, pobres de México; En sus paredes están dibujadas los rostros de Lucio Cabañas, Emiliano Zapata, Marx y cuantos más pensadores y activistas que han desafiado lo impuesto; Además de prepararse para trabajar en el mundo rural, hacen comunidad; saben de la importancia y el poder del pueblo. Después de la desaparición de los 43 estudiantes, parece que más jóvenes han buscado este espacio para fortalecerlo y caminarlo como lo estrían haciendo los 43 estudiantes.

¿Qué nos está enseñando Ayotzinapa?

A organizarnos: Ante la desaparición de los jóvenes normalistas, comenzaron a organizarse cientos de marchas masivas en todos los estados de México. La indignación y dolor que se sentía, movilizo a millones de personas en México. Estas marchas tumbaron fronteras y hubo también movilizaciones en Estados Unidos, Europa, América Latina. La indignación y la organización se extendió.

A denunciar y exigir: Estas marchas contienen consignas claras “FUE EL ESTADO”, “VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS”. La razón por lo que no hay forma de no exigir justicia para Ayotzinapa es por que quien se llevó a los jóvenes, fueron uniformados de gobierno que los subieron a vehículos oficiales, no se trataba de la historia donde llega un auto sin placas con gente encapuchada ¡No!, ahora veíamos en un video como eran patrullas oficiales los que tenían a los 43 jóvenes. Es por eso, que la única petición ha sido que los regresen con vida, ya que así se los llevaron.

A romper el silencio y la indiferencia: El largo recorrido que han hecho las familias de los 43 estudiantes para comunicar los hechos que hizo el Estado, el ejercito y el crimen organizado a sus hijos, ha sido fundamental para eliminar la indiferencia que nos paraliza como sociedad. Después de siete años, ellos siguen hablando y denunciando este crimen. Este recorrido lo han logrado con la ayuda de cientos de personas y colectivos que saben que es importante que el silencio y la indiferencia se derribe.

A sembrar: En estas reuniones que han sido desde un auditorio de alguna universidad, hasta la plaza publica de una comunidad pequeña, es que han salido las voces de personas que están en la búsqueda de sus familiares. Las familias de Ayotzinapa han cobijado y han sido voz de cientos de familias anónimas que no sabia nombrar la ausencia de sus seres queridos. Las familias de Ayotzinapa son sembradores de la digna rabia.

A trasformar el dolor en digna rabia: Las marchas, foros, reuniones, plantones por la aparición de los 43 normalista, han sido dolorosas. Las lagrimas de las madres, padres, abuelos, hermanos, familia son inevitables. No solo las familias lloran, llegue a presenciar marchas y auditorios donde los que escuchábamos llorábamos junto a ellxs. El dolor y llanto colectivo están ahí siempre, aún después de siete años. Pero también esas familias nos enseñaron que el dolor lo tenemos que cargar y utilizar para encontrarlos y buscar la justicia que necesitamos.

¡Que digno es Ayotzinapa!

Lo mínimo que podemos hacer, es no olvidar las lecciones que nos están dando estas familias y sumarnos a la exigencia de la aparición de los 43 estudiantes.

¡Nos faltan 43!

Rocío Moreno

Historiadora y defensora indígena coca de Mezcala, Jalisco, interesada en mostrar cómo las historias de vida están totalmente vinculadas a los proyectos que abanderan las resistencias en México, pues ¿qué son las resistencias sin la infinidad de historias de vida que las constituyen?

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