Rompecabezas

César Andrés Dottore, para la Red de Solidaridad con Chiapas

Pacientemente se construye el Caracol Rosarino

En este artículo desarrollamos un “diálogo de saberes” entre las Organizaciones Sociales y la Universidad con respecto al Hábitat.

En la ciudad de Rosario, constituida en base a la prestación de servicios para el enclave del “extractivismo agrícola” que la rodea, con un cordón industrial que ha tenido sus oscilaciones, poder acceder a una vivienda digna es dificultoso para los sectores populares.

Partimos del principio en el que un hogar debe ser un bien de uso (tener utilidad) y no un bien de cambio (mercancía, tener valor en un mercado). Teniendo como referencia el artículo 25.1 de la declaración Universal de los Derechos Humanos, consideramos al acceso a la vivienda como uno de ellos y, en un enfoque más amplio, sumamos el concepto de Hábitat:

Hablar de hábitat implica abordar las relaciones (mucho más complejas e interdisciplinarias) entre naturaleza, sociedad y espacio construido en pos de nuevos modos de desarrollo.” (Rosestein).

Sin embargo, se estima que en la Provincia de Santa Fe el déficit habitacional es de alrededor de 130.000 viviendas (Ing. Raúl Álvarez). El sistema capitalista de nuestros días ha generado un proceso de concentración de las soluciones habitacionales, es decir, bienes en pocas manos que adquieren un alto valor de venta, concentración posible basada en el poder político de los sectores inmobiliarios y en un sentido común construido históricamente.

La Sociedad ha tratado de resolver el problema del acceso a soluciones habitacionales de diferentes maneras, estas han sido sistematizadas por la academia como “POLÍTICAS DE VIVIENDA”. Tomamos la línea de la arquitecta Claudia Rosestein en la que describe tres generaciones de estos abordajes:

A- Primera generación: se relaciona a la pobreza y a la vivienda de manera unidimensional, se desarrolla desde una planificación centralizada de las oficinas estatales con “planos tipo”. Ejemplo: FONAVI (1).

B- Segunda generación: “alternativas” basadas en subsidios a la demanda. Se entiende a la vivienda como un proceso social. Se busca la autonomía del usuario en la configuración de su hábitat, una reducción de los estándares.

C- Tercera generación: basadas en la “facilitación” y caracterizada por el financiamiento de la demanda.

En este marco, el objeto de este artículo es investigar experiencias de Producción del Hábitat alternativas a las tradicionales. Para ello, recurrimos a un proceso desarrollado, dirigido y controlado por los propios productores y destinatarios organizados de manera colectiva, a través de la Cooperativa La Creciente, enmarcada dentro de Movimiento Ocupantes Inquilinos (MOI-CTA) (2).

CONTAMOS LA EXPERIENCIA:

La obra consiste en la recuperación y acondicionamiento de un edificio de más de 40 años y en la construcción de un nuevo edificio en Av. Argentina 5720 de la ciudad de Rosario, Argentina, contando entre ambas construcciones un total de 11 viviendas y un Espacio Común abierto a la comunidad. El proyecto arquitectónico fue elaborado por el Equipo Técnico del MOI, debatido y ajustado con la Cooperativa.

Para llevar adelante la construcción, con un intenso trabajo de gestión mediante, se elabora un Convenio entre el Servicio Público de la Vivienda y el Hábitat (SPVH, Municipalidad de Rosario), la Dirección Provincial de Vivienda y Urbanismo (DPVyU) y La Federación MOI. Los estados en sus distintos estamentos financian y la Cooperativa La Creciente administra los recursos. Por su parte, la “Laboral Cooperativa” es quien construye. Esto se complementa con jornadas de Ayuda Mutua, que todos los asociados tienen que cumplir.

En un primer momento y a través del “Programa Argentina Hace” dependiente del Ministerio de Obras Públicas de Nación (MOP) se construirá un espacio comunitario.

Vemos en este caso que los socios de la Cooperativa La Creciente son protagonistas y tienen un proceso de concreción de un propósito más allá de la vivienda. Se repiensan en el espacio como “Hábitat” vinculado al “Barrio”, según sus propios palabras:

La gente se organiza en Cooperativas: La cooperativa es (…) la forma concreta de “sociedad” en que se organiza un grupo de gente para lograr su objetivo de vivienda con la característica particular de que esta sociedad está cimentada en la igualdad y la solidaridad.” (3)

En esta manera de hacer hábitat, se busca la participación comunitaria, son autogestionarios: no autoconstruyen sino que se vinculan con otras cooperativas de trabajo para ello.

Si bien no se trata de una iniciativa del Estado sino de un reclamo de una organización que tomó conciencia de la dificultad del acceso a los ladrillos, aún así podemos enmarcar este proceso en la segunda generación de políticas de vivienda denominada alternativas. Citando a Paulo Freire, podemos decir que se trata de un “Percibido Destacado”.

En palabras de las y los futuras/os usuarias/os:

Nuestra ciudad está atravesada por una lógica especulativa muy fuerte -relacionada directamente con los excedentes producto del monocultivo de soja transgénica en la región-. Mientras 50 mil familias necesitan un techo, existen 80 mil viviendas vacías”. (Cooperativa La Creciente).

ACTORES SOCIALES INVOLUCRADOS EN PRODUCCIÓN DEL HÁBITAT.

Mercado Inmobiliario: a través de sus Cámaras manejan la mayoría de las viviendas en venta o alquiler, orientadas a la población que puede pagarla (clases altas y sectores medios de altos ingresos). Un mercado concentrado y dolarizado, ejerciendo presiones al Estado y a sus administraciones para poder concentrar tierras en las que emplazar sus emprendimientos Privados o Público-Privados, obteniendo altísimas Plusvalías Urbanas y generando procesos de gentrificación (4).

A este actor social no le interesa relacionarse con una concepción colectiva del hábitat.

Estado: para sectores medios en el gobierno de la ex Presidenta Cristina Fernández de Kirchner se lanzó una política de viviendas denominada PROCREAR (2012-2016). Con la asunción del gobierno de Mauricio Macri, los préstamos comenzaron a ajustarse por medio del índice UVA, vinculado a la inflación, lo que generó importantes desventajas debido a los incrementos de la misma. Con la actual asunción del presidente Javier Milei, sólo se continúan las obras ya licitadas, dando de baja toda obra pública, lo que augura un futuro con menos acceso a un hogar propio.

Para Sectores bajos el estado creó en 2018 el PISU (Programa de integración SocioUrbana) que en Rosario se pudo implementar en Nuevo Alberdi. Dando, en general, respuestas infraestructurales que no atienden a las viviendas en sí. Por lo tanto, no existen políticas públicas que piensen la vivienda como un bien de uso.

Organizaciones Sociales: podemos decir en este caso que la Cooperativa La Creciente forma parte de este sector de la sociedad, teniendo como aliados: sectores de otras organizaciones sociales que han conformado partidos políticos, Ciudad Futura, Propuesta Sur. Organizaciones sociales no institucionalizadas como Vecinas de la Sexta, Vecinas y Vecinos de Barrio Magaldi. Organizaciones de DDHH (Casa de la Memoria) y de Educación Popular (Pañuelos en Rebeldía), entre otras. Siendo un actor pequeño que se ha ido articulando progresivamente.

Siendo que “La Creciente”, es un actor pequeño, el hecho de estar organizados y tener apoyo técnico político de una organización a nivel nacional ha llevado a un logro impensado (inédito viable de Freire), considerando que al mercado no le interesa ese sector de la ciudad y que el Gobierno Municipal tenía un problema con ese edificio abandonado.

Los dos problemas más importantes que podemos ver son:

1- falta de una legislación que apoye a estas iniciativas:

La propiedad colectiva implica el ser usuarios y no propietarios. Significa concebir la vivienda como un bien social, y no como mercancía.” Es necesaria una ley que encuadre estas iniciativas.

2- desigual correlación de fuerzas entre los sectores populares y las iniciativas del Mercado.

DESAFÍOS PARA ESTAS EXPERIENCIAS POPULARES:

Campañas de sensibilización y concientización sobre la importancia de una vivienda digna y hábitat sostenible.

Incremento de alianzas con sectores del Campo Popular.

Diálogo más sostenido con las Administraciones Públicas.

Podemos afirmar que la experiencia descrita es original y novedosa en la Ciudad de Rosario y que, de concretarse, será un escalón para nuevas iniciativas. En Latinoamérica, un ejemplo similar al MOI es FUCVAM (5). A pesar de vivir en un sistema individualista, lo colectivo sigue existiendo y pueden lograrse objetivos.

Referencias

(1) FONAVI: Fondo Nacional de Vivienda. Recursos monetarios que se crean por ley para la construcción de viviendas en Argentina.

(2) MOI-CTA: Movimiento de ocupantes Inquilinxs – Central de Trabajadores Argentinxs.

(3) Escuela Nacional de Formación en Cooperativismo, MATERIAL DE APOYO PARA LA GESTIÓN COOPERATIVA, COMISIÓN DE EDUCACIÓN, FOMENTO E INTEGRACIÓN COOPERATIVA.

(4) Gentrificación: sucede cuando un proceso de renovación y reconstrucción urbana se acompaña de un flujo de personas de clase media o alta que suele desplazar a los habitantes más pobres de las áreas de intervención.

(5) Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua.

Red de Solidaridad con Chiapas de Rosario-Argentina

Intentamos compartir con los zapatistas ese camino de dignidad y esperanza, a través de las Brigadas Civiles de Observación, testimoniando las violaciones a sus derechos y difundiendo su lucha desde nuestros territorios. Buscamos una nueva forma de hacer política y caminos de encuentro.

Imagen: Mural a cargo de China del Río, Rosario 2019

Una Respuesta a “Había una vez en Rosario, a 100 metros de la casa del Che, un volquete que hizo historia”

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