Romper el Cerco

Andrea Cegna

Libertad para Abdullah Öcalan

El 15 de febrero de 1999, el líder del PKK, Abdullah Öcalan, fue secuestrado por los servicios secretos turcos en la embajada griega en Kenia y llevado a la isla-prisión de Imrali. Desde entonces, se le ha negado ver abogados y familiares, pero a pesar de la privación de estos derechos básicos, el fundador del PKK está desempeñando un papel de importancia histórica para Turquía y el pueblo kurdo: es hombre y embajador de la paz.

En varias ocasiones propuso y participó en diálogos, sin salir de prisión. Instó al partido/guerrilla a detener el uso de las armas, impulsó el nacimiento del HDP, cambió la perspectiva del pueblo kurdo por una lucha ya no por la independencia, sino por formas de autonomía que no repriman «ser kurdo o kurda». Cuanto más propuestas de paz desarrolló – como el Confederalismo Democrático que lidera la revolución en el noreste de Siria -, más difícil se vuelve su encarcelamiento. Liberar a Öcalan es esencial para desarrollar las condiciones para una posible paz en el Medio Oriente y finalmente pacificar a Turquía.

Exigir la liberación de Öcalan es la defensa de los derechos humanos y el interés de las democracias del mundo entero.

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