Romper el Cerco

Andrea Cegna

Lazos para construir un presente de justicia climática y liberación

Del 12 al 15 de octubre se celebrará en Milán el primer congreso mundial por la justicia climática y contra el capitalismo fósil. La oportunidad es crear una red global, dándonos herramientas, prácticas y objetivos comunes. Así presentan los organizadores la iniciativa que se desarrollará entre la Universidad Estatal y los espacios ocupados de la ciudad.

El objetivo de esta convocatoria es reunir movimientos de todos los continentes en Milán para elaborar estrategias interseccionales contra el capitalismo fósil. La sequía que ha quemado Europa, China, América del Norte y la inundación que ha sumergido Pakistán han puesto de manifiesto la amenaza mortal a la que nos enfrentamos colectivamente en esta emergencia climática.

Nunca esta amenaza de crecimiento sin restricciones ha sido tan extrema. No obstante, no es fácil para las alternativas sistémicas al capitalismo fósil emerger en la lucha en contra de la doctrina neoliberal, el clericalismo suprematista y el etnonacionalismo autoritario, todas formas ideológicas nefastas unidas por el negacionismo climático.

Desde el 2018 los movimientos de justicia climática han entrado en una nueva fase de masas, sobreviviendo al congelamiento de la movilización social impuesto en muchas regiones del mundo por la pandemia, y han compartido camino con los movimientos de justicia racial contra la violencia policial en 2020, así como con movimientos feministas y queer contra el patriarcado reaccionario, y hoy se suman a las protestas por la justicia social y contra los altos precios de la energía en varios países.

A partir de la urgencia dramática y de esta trayectoria de conflictos, queremos abrir un espacio de debate entre movimientos climáticos explícitamente anticapitalistas, activistas e intelectuales de todo el planeta, con la ambición de definir una agenda común y un horizonte ideológico en el espacio transnacional compartido de las luchas ecosociales del presente.

La guerra desatada por Putin al invadir Ucrania ha dividido al mundo en dos campos enfrentados: el euro-estadounidense (con Japón, Corea, Australia, Nueva Zelanda) y el ámbito chino-ruso en el otro. Pertenecemos al tercer campo, el de los movimientos antiautoritarios, poscoloniales, solidarios, que luchan por un mundo donde la extracción capitalista y la competencia nacionalista quedarán obsoletas. Estamos del lado de los anarcoautonomistas y antifas en Ucrania, Bielorrusia,  Rusia. Estamos del lado de las víctimas de la guerra, especialmente las mujeres y los niños ucranianos, y esperamos que el neozarismo de Putin sea derrotado.

Sin embargo, abandonemos la carrera por el militarismo en Occidente. Una carrera útil solo para los mercaderes de la muerte al servicio de los caciques del capitalismo fósil. No hay nada moral en este horizonte. 

Ante el apocalipsis climático, Europa y Estados Unidos se arman para defender su primacía como consumidores globales de la biosfera. Y, para hacerlo, aumentan los poderes represivos de la policía en sus países y en política exterior otorgan legitimidad a gánsteres reaccionarios como Erdogan, respaldan sistemas políticos basados en el trabajo esclavo, el apartheid y la deportación como en el Medio Oriente y África del Norte, o toleran guerras genocidas como las que se están librando en contra del Rojava y Tigray.

El Congreso Mundial por la Justicia Climática quiere responder a la urgencia de la lucha actual contra el capitalismo fósil y abrir un espacio de intercambio y debate transnacional con el objetivo de llegar a deliberaciones sobre resoluciones y propuestas de acción para alianzas y movilizaciones internacionales. Nuestro objetivo es volver a infundir un sentido de esperanza y un horizonte de liberación en los múltiples movimientos en todo el planeta que defienden los ecosistemas, el derecho a las ciudades y actúan contra las instalaciones e infraestructuras fósiles del capitalismo global. Y para ello, consideramos fundamental y prioritario reconectar las luchas por la justicia climática con las de justicia social y sindicalización contra los oligopolistas y oligarcas, cada vez más obscenamente ricos. Lazos transnacionales y alianzas interseccionales para construir un presente de justicia climática y liberación, a partir de las prácticas de movimientos feministas y queer, campañas sindicales radicales y frentes antirracistas, construyendo sobre nuevas prácticas de organización y conflicto, estilos de vida opositores, modos de energía y producción y consumo de alimentos, acceso universal a ingresos, salud y vivienda, a información y conocimiento: una cultura para muchxs precarixs, no para pocos ricos.

Imaginamos un fin de semana de tres días en Milán en octubre de 2023, en el que delegadxs de movimientos, colectivos, sindicatos, territorios y espacios sociales en lucha, de barrios y campos, aulas y oficinas, de todos los géneros y de todo el mundo, puedan discutir estos temas y llegar a estrategias comunes, aprovechando la experiencia de protestas ambientales a gran escala y zonas autónomas. Estamos pensando en muchas sesiones paralelas en torno a una gran variedad de temas, desde la ciencia del clima hasta lxs trabajadorxs esenciales, además de algunos momentos deliberativos comunes, pero dejamos abierta a todxs vosotrxs la posibilidad de sugerir los temas de discusión para el congreso en Milán.

Luchemos por la liberación de la Tierra de la codicia capitalista y la depredación fascista.

¡Amor y revolución! (WCCJ.online)

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