Romper el Cerco

Andrea Cegna

La segunda ola en Italia sigue

Los datos oficiales indican una disminución en los pacientes “nuevos” de Covid19 y menos estrés en las terapias intensivas de los hospitales. En víspera de Navidad las presiones del capital, con los rostros de las confederaciones de empresas italianas ConfindustriaConfcommercio y empresarios turísticos, están “jugando” a aliviar las medidas de contención del virus para favorecer la economía. En medio de esto, la salud, la educación y la cultura siguen siendo las grandes olvidadas en el debate político, mientras que el gobierno está discutiendo con el Vaticano sobre la gestión de las misas navideñas, pero los cines y los teatros permanecen cerrados. Evidentemente la cuestión no es la prisa de reabrir las actividades sino la lógica de la equidad que debe regir el proceso de tratamiento y cura. Si una persona va a la misa, ¿por qué no puede ir al cine con las mismas reglas y dispositivos de protección? ¿Por qué puedes ir al centro comercial pero no al restaurante? Preguntas sin respuesta o cuyas respuestas no están justificadas por la lógica o la ciencia, sino que son la síntesis del poder.

Foto: Radio Onda D’Urto

En medio de este valle de lágrimas hay quien no está de acuerdo. Hay médicos y enfermeras que, a pesar de tener una cláusula en su contrato de trabajo que les prohíbe revelar qué ocurre dentro de las estructuras sanitarias, deciden en todo caso protestar. Algun@s con sus cuerpos, otr@s con letras, denuncian lo que no funciona dentro de los hospitales, denuncian que la segunda ola era predecible y no estar preparados para manejarla ha sido un error. Pero, como justamente señala Donatella Albino, delegada de salud en el municipio de Brescia, estas no son faltas sino la elección precisa de gobernanza de la salud dónde la cura es business, donde la salud privada puede especular mientras que la salud pública lucha entre miles dificultades tratando de salvar las vidas de los enfermos de Covid19.

El neoliberalismo, el capitalismo, la lógica de la especulación vuelven a ser el problema, y por tanto el regreso a la “normalidad” no es la solución.

Caminos de autogestión claman y denuncian la necesidad de redefinir el término cura, como el movimiento nacional «Società della Cura», una coalición de asociaciones y redes sociales nacida durante el lockdown; médicos y enfermeros que desafían el poder interno de los hospitales, grupos urbanos que exigen un sistema de salud diferente.

Si estas chispas de lucha, razonamiento otro, esperanza, visión del futuro no se perderán en los riachuelos de las perversas lógicas de la propiedad intelectual y las vacunas, no es excluido que un mundo diferente, urgente y necesario pueda nacer y dar un sentido diferente a la salud.

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