Cotidianidades

Leonel Rivero

Huelga de hambre. Su vigencia y/o caducidad como medio de presión

El documental Cesar’s Last Fast ( El último ayuno de César, 2013), dirigido por Richard Ray Pérez y Lorena Parlee (+), describe la última huelga de hambre que en el mes de agosto de 1988 llevó a cabo el célebre líder sindical César Chávez, para denunciar el uso indiscriminado de plaguicidas en los campos agrícolas del California y los efectos nocivos que esos productos químicos producían en la salud de los trabajadores del campo y sus familias (varias clases de linfomas cancerígenos, malformaciones genéticas en los recién nacidos, irritaciones cutáneas, etcétera).

El activismo de César Chávez a favor de los trabajadores agrícolas es altamente reconocido en los Estados Unidos de América y a nivel global; su incansable labor en defensa de los derechos laborales de la clase más vulnerable es respetada por la comunidad hispana e inmigrante y es un ejemplo para otros dirigentes hispanos.

El film narra pormenorizadamente cómo la acción emprendida por César Chávez con el paso de los días fue sumando apoyos de diversos sectores progresistas de la sociedad norteamericana. En las imágenes se aprecia la presencia de Ethel Kennedy (viuda de Robert F. Kennedy), del reverendo Jesse Jackson, de los actores Martin Sheen; Edward James Olmos, del director de cine Luis Valdés, y de un sinnúmero de simpatizantes que, a través de acciones de protesta (marchas, mítines, boicots, actos ecuménicos etcétera), lograron que el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América prohibiera o limitara el uso de los plaguicidas.

A través de la película, el espectador puede apreciar cómo la salud del líder sindical va deteriorándose vertiginosamente, ya que durante los treinta y seis días que duró la huelga de hambre, César Chávez sólo consumió líquidos. Era evidente que de prolongarse el ayuno, el organismo del dirigente sindical hubiera sufrido daños irreversibles. Es claro que César Chávez estaba consciente que la huelga de hambre era el último recurso para conseguir que las autoridades norteamericanas cambiaran la regulación sobre el uso de plaguicidas, por lo que el líder hispano estaba decidido a llevar su protesta hasta las últimas consecuencias.

Si bien en el film no se hace ningún tipo de referencia, es evidente que la huelga de hambre y su nivel de impacto para movilizar la conciencia y el apoyo de la colectividad norteamericana estuvo inspirada en la histórica acción que emprendieron los militantes del Ejército Revolucionario Irlandés (IRA) y que cambió para siempre el conflicto entre Inglaterra e Irlanda del Norte.

El 5 de mayo de 1981, Bobby Sands, líder del IRA en la prisión de Maze, a las afueras de Belfast y nueve voluntarios más realizaron una huelga de hambre hasta morir. Esa acción marcó un punto de inflexión en el conflicto de Irlanda del Norte, facilitando la ruta para que el ala política del IRA, el Sinn Fein, se convirtiera en el principal partido de Irlanda del Norte.

En un reportaje publicado por El País (1) se menciona que “desde un punto de vista médico, una huelga de hambre total puede eliminar la actividad total de un organismo humano en un tiempo comprendido entre quince días y un mes, según las reservas energéticas de que disponga cada organismo. Si de la huelga de hambre no se excluye el agua, la muerte tarda aún unas cuantas semanas en sobrevenir. Y si se le suministran alimentos por procedimientos médicos (normalmente paraenterales) el organismo puede vivir unos dos meses más”.

La reseña del diario español también menciona que “el agua, durante una huelga de hambre, evita que la muerte se produzca por deshidratación al ser necesaria hasta para las funciones respiratorias. A los cinco días de iniciada una huelga de hambre empiezan a dañarse dos órganos claves: riñones e hígado. A partir de la primera semana comienza la degradación del sistema circulatorio. La acidosis (descenso del ph de la sangre) empieza a dificultar las funciones del corazón. A partir de los veinte días esta insuficiencia puede producir paros cardíacos. El cerebro empieza a perder parte de sus funciones vitales. Como este órgano no puede funcionar si no es con una aportación de glúcidos, y aunque al cabo de los primeros ocho días existe ya una adaptación del cerebro que reduce el consumo de proteínas para utilizar en su lugar las sustancias que fabrica el hígado a partir de las grasas, la pérdida de sus funciones vitales se hace patente a partir de la tercera semana. Empiezan a hacerse ostensibles los mareos, pérdidas de memoria y de visión y fuertes sensaciones de vértigo”.

El reportaje concluye señalando que “el deterioro completo de las grasas del organismo humano se puede realizar en menos de cincuenta días en una persona que pese setenta kilos (si esta persona es mujer la destrucción total de los tejidos adiposos puede durar una o dos semanas más, dado que tienen mayor número de tejidos de esta índole). A partir de este tope, lo normal -salvo casos realmente excepcionales- es la inmovilidad absoluta y la pérdida del conocimiento, para entrar posteriormente, en estado de coma. La muerte por inanición se produce en días, y generalmente es por causa del no funcionamiento del cerebro o por fallo cardíaco”.

La huelga de hambre de los militantes del ERI demostró que esa medida extrema puede ser efectiva si es llevada hasta las últimas consecuencias. La protesta de los independentistas generó un hito fijando un estándar altísimo para las personas que decidieran emprender una huelga de hambre.

En México el uso abusivo de la huelga de hambre y la simulación sistemática en la que han recurrido la inmensa mayoría de personas que emprenden esa acción han propiciado su devaluación hasta minimizarla como medida de presión para las autoridades. Incluso el hecho extremo ha sido ridiculizado al ser utilizado por individuos corruptos, basta recordar que el ex presidente Carlos Salinas de Gortari recurrió a la huelga de hambre alegando ser un perseguido político de su sucesor Ernesto Zedillo Ponce de León.

Las imágenes de César Chávez que exhibe el documental y las imágenes de Bobby Sands y demás activistas del ERI que en su momento difundieron diversos medios internacionales son concordantes con el punto de vista médico sobre los estragos a la salud ocasionados por la huelga de hambre, por lo cual resulta poco creíble que una persona con más de cuarenta días en huelga de hambre pueda estar realizando activismo político (entrevistas, comunicados, discursos, etcétera).

Estas líneas no buscan denostar a ningún activista que en México ha recurrido a la huelga de hambre, -en todo caso la trascencencia de su acción, el apoyo de la sociedad civil y la consecución del objetivo que persigue, estarán basados en la credibilidad del acto extremo-. El único propósito de estas líneas son generar conciencia para rescatar el enorme valor de esta forma de lucha.

COMPORTAMIENTO JUDICIAL

Se avecina una grave crisis en el interior del Poder Judicial de la Federación; el exceso de secretarios en funciones de Jueces y Magistrados está propiciando la emisión de una infinidad de resoluciones que vulneran la seguridad jurídica de los justiciables, al no reunir los requisitos de exhaustividad y congruencia que exige la ley.

Si bien existe una cantidad considerable de secretarios que cumplen de forma eficiente la función que les fue encomendada, también hay una importante porción de secretarios cuyo trabajo raya la mediocridad. Lamentablemente parece que a los consejeros del Consejo de la Judicatura Federal poco les importa el estado de las cosas; normativamente corresponde al ente fiscalizador la designación de Jueces y Magistrados, que deben cubrir los espacios que se encuentran vacantes, muchos juzgados y/o tribunales llevan meses sin titular.

  1. https://elpais.com/diario/1977/08/27/ultima/241480801_850215.html

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