Pensar en voz alta la justicia y la paz

Pietro Ameglio

El exterminio y represión selectivas siguen en México

El pasado 6 de diciembre fueron 4 años del asesinato brutal y artero de don Trino de la Cruz frente a la comunidad de Xayakalan, cerca de Ostula, comunidad nahua de Michoacán, cerca del puerto Lázaro Cárdenas, cuna de Los Templarios.

Don Trino de la Cruz, fue un increíble líder moral y material de una dignidad y valor ejemplares, estaba regresando a su pueblo para testimoniar una Consulta en Ostula acerca de la “recuperación” de más de 1200 hás. Iba acompañado -a solicitud de la comunidad- por una Caravana de Observación de Derechos Humanos del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), con 12 integrantes de organizaciones sociales, periodistas, activistas, académicos de distintas partes del país. Fuimos todos emboscados por paramilitares templarios, y don Trino fue torturado y asesinado en forma brutal; él incluso, con una gran dignidad y valentía, creo, en el fondo, nos protegió a todos, empezando por su comunidad.

Esta lucha por la tierra, por la autonomía, por una forma de seguridad autónoma desde la propia comunidad, ha tenido desde el 2008 más de 34 comuneros asesinados, sin ninguna verdad, justicia y reparación hasta hoy. Pocos días previos al asesinato de don Trino, el 6 de octubre del mismo año, una semana antes del segundo diálogo de Calderón con el MPJD, fue igualmente asesinado Pedro Leyva, un compañero líder de Ostula que había estado en los diálogos con las mesas del gobierno y que iba a estar frente a Calderón. Hoy día está preso -desde julio-, por una emboscada que le tendieron las propias fuerzas del gobierno al engañarlo sobre los motivos de un encuentro, el jefe de la guardia comunitaria de Ostula, Cemehí Verdía, acusado –igual que Mireles y Mora- de delitos que jamás cometió, siendo su única falta la dignidad de la defensa del propio territorio y la vida de las poblaciones.

El mismo día que fue asesinado don Trino de la Cruz, fueron impunemente desaparecidos por paramilitares en la noche, en un autobús de pasajeros poco después de un retén militar cerca de Petatlán (Gro), dos líderes de la Organización de Campesinos Ecologistas de la Sierra de Petatlán, Eva Alarcón y Marcial Bautista; tuvimos el privilegio de conocer a Eva, de que nos acompañara en el MPJD, de que nos enseñara la dignidad de su lucha.

Recodando el 2°Diálogo del MPJD con Calderón -14 de octubre del 2011-, don Nepomuceno Moreno en medio de ese diálogo se levantó –junto a un líder wirrárika- y le entregó a Calderón un expediente sobre la desaparición de su hijo, Jorge Mario, donde se demostraba quiénes eran los asesinos y que estaban profundamente involucrados policías de todos los niveles, diciéndole además que temía por su seguridad. Don Nepo fue también asesinado el 28 de noviembre al mediodía en pleno centro de Hermosillo y a metros de la Procuraduría; pocos días antes de Don Trino de la Cruz, y después de Pedro Leyva.

Hasta el día de hoy estos casos permanecen en la impunidad e injusticia total. Como decía Don Nepo: “No hago esto sólo por mi hijo, lo hago por todas las víctimas de México, para que no le pase a nadie más”; él tenía una frase con la que prácticamente se despidió: “Ni un paso para atrás, siempre pa’delante”. Es la dignidad de estos grandes luchadores victimados, y gente que nos ha mostrado el camino y hoy día están presos: Nestora Salgado, Marco Antonio Suástegui, Gonzalo Medina y Arturo Campos junto a los otros presos de la CRAC, el doctor Mireles, Enedina Rosas de la lucha contra el gasoducto en Morelos, Puebla y Tlaxcala; los presos zapatistas..que nos motivan y dan fuerza para seguir adelante. A la vez, nos recuerdan cómo estamos atravesados en México por un proceso social de guerra, sobre todo con dos caracterizaciones: un “exterminio masivo” (no menos de 102 mil muertos en los últimos años desde el 2007, como señala un documento que un grupo importante de más de 100 organizaciones civiles y no-gubernamentales entregaron al Relator de DDHH de la ONU hace un mes; los familiares de desaparecidos hablan de más de 32 mil desaparecidos y cientos de miles de desplazados); y un “exterminio selectivo” donde, por supuesto, se inscriben los 43 desaparecidos de Iguala y una cantidad impresionante de activistas sociales, defensores de DDHH y periodistas.

Y esta semana, nuevamente, es un ejemplo claro de este proceso de espiral de guerra y represión que nos atraviesa, que el gobierno está acelerando y provocando, bajo muchas formas de complicidad, impunidad o ataque directo. El pasado 4 de diciembre fue asesinado Aniceto Guzmán, integrante del MULT triqui, en el centro del municipio oaxaqueño de Santiago Juxtlahuaca; el 5 de diciembre fue asesinado el dirigente de la Unión de Comunidades Indígenas de la Cañada y Sierra Mazateca, Avelino Martínez, cuando estaba con su familia en el municipio oaxaqueño de Ejutla de Crespo; el 8 de diciembre el maestro David Ruiz murió atropellado en un enfrentamiento con fuerzas de seguridad de todos los niveles en Ocozocoautla (Chis); el 5 de diciembre amenazaron de muerte a Mirna Medina, fundadora del grupo Las Rastreadoras para buscar desaparecid@s en Sinaloa; el 8 de diciembre personas armadas y encapuchadas tocaron a la puerta de la casa del presidente del Patronato de la UAEM (Morelos), Mario Caballero, siendo que el rector de esa universidad ha estado muy comprometido en el esclarecimiento de las fosas oficiales clandestinas de Tetelcingo.

En medio de enfrentamientos armados de fuerzas de seguridad de todos los niveles y maestr@s en todo el sur del país, de gran represión a los normalistas de Cherán, con el asesinato de un maestro en Chiapas, la SEP declara que la evaluación se realizó en “completo orden y eficiencia tecnológica”, que “vencimos”. Nos preguntamos si el “orden” al que se refieren implica usar el dinero de nuestros impuestos para esta simulación y farsa evaluadora, con tamaño despliegue militarista y represivo, con semejante compra y coacción de maestros, pagando días de hoteles de lujo a miles de maestros en el país, como forma de amenaza y compra de conciencias. Queda así evidenciada la idea de “orden” que manejan las autoridades ejecutivas y educativas nacionales: “cumplir” con el porcentaje de evaluaciones por encima del conocimiento e incluso la misma vida humana. Son los tecnócratas en el grado extremo de deshumanización y guerra, con una incompetencia moral e intelectual increíbles. Se trata de una educación que privilegia la “obediencia ciega a la autoridad y a sus órdenes inhumanas e incultas”. Por ello, hacen bien los maestr@s en promover la “desobediencia debida a esas órdenes inhumanas” y la “no-cooperación a la prueba de evaluación”, más allá que podamos reflexionar acerca de los medios usados.

Para “cerrar esta tenaza” de militarización y espiral de guerra y provocación a la que nos están llevando el gobierno y sus aliados, está una batalla central por la acumulación de “fuerza moral” que no tienen: el presidente llama al ejército “la gran fuerza para la paz, la estabilidad y el desarrollo del país”, y el titular de la SEDENA nos recuerda “que tenemos las mejores tropas del mundo destinadas a entender los problemas del país y de su sociedad”.

Los padres y madres de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa nos han dado un ejemplo de “firmeza permanente” en estos días, con el plantón que instalaron cerca de Los Pinos, al decir: no nos vamos hasta que nos reciban; y efectivamente los recibieron. Esta acción refleja esas formas de lucha más radical y continua en el tiempo que se basa en la idea de la no-cooperación. No podemos seguir co-operando con esta clase político-militarista-bélica, impune y corrupta hasta niveles inimaginables que nos tiene a todos de rehenes y objetos de la violencia que desata y permite contra la sociedad civil, y de la represión hacia los luchadores sociales. Ojala pudiera darse una “toma de conciencia” y unión grande de una porción importante de los maestros y decir todos: ninguno se va a evaluar hasta que se consense el sistema; sería un boicot civil masivo, pacífico y noviolento radical. Con esa unión y determinación moral, intelectual y material hace rato que la evaluación no existiría, ni el INEE y ni siquiera estaría en su puesto el mismo Secretario de Educación.

Para concluir, en la misma línea de reflexión, seguimos preguntándonos acerca de:

¿qué órdenes dieron el presidente y el secretario de SEGOB entre las 17:30 y las 23:30 hs. del 26 de septiembre del 2014, respecto a la “acción genocida” que estaba sucediendo en Iguala, de la que estaban totalmente informados por el C4, según confirmó el Informe del GIEI?

¿qué responsabilidades de omisión y complicidad de funcionarios gubernamentales, de todos los niveles, hay en cada renglón del Informe del GIEI? ¿Qué consecuencias habrá?

Pietro Ameglio
Desinformémonos
10 diciembre 2015

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