Pensar en voz alta la justicia y la paz

Pietro Ameglio

Palestinos y Zapatistas: extremos que se tocan en la lucha contra la inhumanidad

«Viva Zapata, Viva Abed al-Qadir al-Husayni» de Burhan Karkutly, 1984.

Para este artículo tomaremos como base las palabras textuales escogidas de momentos particularmente significativos, de protagonistas palestinos y zapatistas acerca de sus luchas, desafíos y sufrimientos, ya que nos parecen en este caso más fuertes y efectivas que cualquier otra reflexión.

1-Genocidio palestino en Gaza: Brújula Moral de la humanidad

Retomamos la pregunta que tituló nuestro anterior artículo en este medio (https://desinformemonos.org/por-que-el-papa-y-el-patriarca-ortodoxo-junto-a-lideres-rabinos-e-imanes-no-estan-acompanando-con-sus-cuerpos-hoy-a-familias-palestinas-e-israelies-en-gaza/): ¿¿¿el Papa y líderes religiosos del judaísmo, islam y otras tradiciones todavía no han ido a “meter el cuerpo” en Gaza, junto a las familias palestinas??? Es una foto brutal del nivel de inhumanidad creciente que atraviesa a nuestra especie, y falta de encarnación viva con las víctimas por parte de los liderazgos de las tradiciones religiosas, no así de sus pueblos y fieles creyente que actúan en numerosos casos de solidaridad. Y también de la indefensión, poca voz en las decisiones claves y falta de desafíos en la acción noviolenta más radical del pueblo de dios en esas tradiciones religiosas, sonde no somos capaces de hacer -como dirían los zapatistas- que las autoridades “manden obedeciendo” al pueblo, y hagan lo que las palabras sagradas de sus textos dicen sin ambigüedad: poner sus cuerpos al lado de las víctimas “hasta dar la vida por ellas”.

Sobre la imposibilidad de arriesgarnos en hacer acciones noviolentas que “obliguen” a nuestros jerarcas religiosos a cumplir con “su deber”, me viene a la cabeza un pasaje del evangelio (Mc. 2, 3-5), donde unos familiares de un enfermo grave que no lograba acercarse a Jesucristo en sus encuentros públicos de sanación para curarse, lo suben al techo de una casa donde estaba Jesús, y lo bajan por el techo para que él lo vea y cure, lo que así sucede. Me parece, con toda ignorancia y simpleza, pero también con audacia y humildad, que este relato evangélico nos podría dar una pista acerca de cómo deberíamos actuar noviolentamente para que el Papa y otros jerarcas religiosos “aterricen” -¡sí o sí!- en Gaza, aunque tuviera que ser removiendo escombros.

El padre Donald Hessler, a quien he citado más de una vez en este medio como ejemplo de noviolencia, solía preguntar a la gente para que se cuestionara sobre el tipo de fe que tenían en su vida: “¿Dónde quieres morir: en la cama o en la cruz?”. Es la pregunta que habría que hacerle al menos al Papa y a las cabezas religiosas cristianas ahora respecto a este genocidio. En el único pasaje del evangelio donde Jesús se refiere al Juicio Final -algo que va más allá de cualquier creencia religiosa, me parece-, él se hace llamar “Hijo de Hombre” (no de Dios), y señala claramente cuál será la medida con la que se medirá nuestra vida: “Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed, estaba preso, desnudo…(Mt. 25, 31-46)”…fui bombardeado. Como hemos dicho, no se trata de buscar ninguna forma de martirio gratuito sino de encarnar la Palabra de Dios y la voluntad de su pueblo sufriente, que es lo único que justifica ejercer ese poder religioso.

Circula desde hace pocos días un video en las redes acerca de una homilía (“Cristo bajo los escombros”) del pastor luterano palestino Munther Isaac, hecha en Belén el día antes de la navidad (https://www.youtube.com/watch?v=CjIG2YZBXpo&ab_channel=PEAPIECUADOR), que me parece muy fuerte, profunda y clara al respecto de este tema y la actual emergencia de la humanidad, con la cual estamos en plena sintonía desde nuestros anteriores artículos.

El pastor empieza diciendo que “Gaza como la conocíamos ya no existe. Esto es aniquilación. Es un genocidio. El mundo mira, las iglesias miran. El pueblo de Gaza manda imágenes en vivo de su propia ejecución…Nos atormenta el silencio del mundo. Líderes del llamado ‘mundo libre’ hacen fila para dar luz verde al genocidio de una población cautiva”. Y agrega: “Si tienen miedo de llamarlo genocidio es tu responsabilidad, es un pecado y son tinieblas que acoges voluntariamente”.

Esta esfera política se complementa con otra que es el encubrimiento de la “protección teológica” por parte de las iglesias occidentales; en Sudáfrica se creó el concepto de “teología estatal”: justificación teológica del statu quo de racismo, capitalismo y totalitarismo. En Palestina “confrontamos la teología del Imperio que enmascara la opresión bajo el manto de decretos divinos: habla de tierra sin pueblo, divide a la gente entre ‘ellos’ y ‘nosotros’. Deshumaniza y demoniza…llama a vaciar Gaza (váyanse a Egipto, Jordania…al mar)”. Y continúa cuestionando a la teología del Imperio, preguntando: “¿Cómo llega a ser auto-defensa el asesinato de 9 mil niñas y niños palestinos? ¿cómo es autodefensa el desplazamiento de 1.9 millones de personas, el asesinato de más de 20 mil palestinos? Transforman al colonizador en víctima y al colonizado en el agresor”. Y agrega que resulta evidente que “El mundo no nos ve como iguales…Si hay que matar a 100 palestinos para cazar a un militante de Hamas, entonces adelante. No nos ven como humanos. Ante los ojos de dios nadie puede quitarnos la humanidad”.

El pastor Munther dice que el genocidio en Gaza “se ha vuelto hoy la brújula moral del mundo” (del estado moral actual de la humanidad). Y continúa reflexionando autocríticamente: “Si no estás horrorizado de lo que pasa en Gaza…hay algo mal en tu humanidad. Si como cristianos no nos indigna el genocidio y el uso de la Biblia para justificarlo, nuestro testimonio cristiano está torcido”. Luego agrega que “Estamos indignados por la complicidad de las iglesias. Seamos claros: el silencio es complicidad. Un llamado vacío de paz sin demandar un Alto al Fuego y Fin a la Ocupación, y la empatía superficial sin acción directa, todo esto es complicidad”.

Se pregunta asimismo, recordando cómo Jesús fue desplazado por el imperio y debió huir a Egipto -igual que los palestinos hoy-, lo que Jesús exclamó con gran dolor en la cruz: “Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?”. Y se contesta que a través de la gente solidaria, allí cercana, saben que Dios no los ha abandonado, Él está entre los escombros de allí: vulnerable, desplazado, refugiado. Precisamente en eso está la Encarnación: “lo vemos en cada niño y niña asesinados…en cada familia desplazada deambulando desesperada sin hogar”.

Finalmente, concluye el pastor con un mensaje al mundo: “¡Este Genocidio debe Parar Ahora!”. Y agrega que los palestinos, como siempre lo han hecho, se levantarán y continuarán luchando, sin embargo el problema moral lo tendremos los demás que podamos haber sido cómplices con nuestro silencio: “Mírate al espejo y pregúntate: ¿dónde estaba yo cuando Gaza atravesaba un genocidio”.

Esta resistencia y permanente fuerza moral y material en sus cuerpos para luchar contra la inhumanidad e injusticia, une profundamente al pueblo palestino con los zapatistas.

2-Zapatismo: 30 años de construcción de humanidad y un cambio de “raíz común” profundo

El zapatismo ha sido mucho más que una gran y heroica revolución de un pueblo en armas en un territorio principalmente indígena maya muy concreto del sureste mexicano; que un enorme, original e inspirador fenómeno mundial de resistencia cultural, social, económica y política contra el neoliberalismo y por la humanidad. Existe también un inobservable social de la historia de larga duración: un avance humilde y muy concreto, totalmente real, del milenario proceso de humanización de nuestra especie. Una colectividad importante en número dentro de un determinado territorio -también grande- está intentando -con muy precisos resultados y también limitantes- construir un modelo de vida comunitaria desde los principios de igualación y co-operación comunitaria, no capitalista en lo más posible. No sobran ejemplos y resultados -ni siquiera cercanos en cantidad y calidad- en la historia universal humana, para una cantidad de cuerpos y territorio semejantes, con esa temporalidad y continuidad.

¿Cómo se plantea hoy la reorganización estructural de la autonomía zapatista?

El EZLN en su vigésimo y último comunicado-parte de hace unos días, titulado “El Común y la No Propiedad” (https://enlacezapatista.ezln.org.mx/2023/12/20/vigesima-y-ultima-parte-el-comun-y-la-no-propiedad/), ahonda en la explicación acerca de una “nueva etapa que han decidido las comunidades zapatistas”: “Digamos que los primeros 10 años de autonomía, es decir, del alzamiento al nacimiento de las Juntas de Buen Gobierno en 2003, fue de aprendizaje. Los siguientes 10 años, hasta el 2013 fueron de aprender la importancia del relevo generacional. Del 2013 a la fecha fue de constatar, criticar y autocriticar errores de funcionamiento, de administración y de ética”.

En noviembre del año pasado ya habían adelantado los puntos principales de su reorganización estructural política descentralizada del proyecto de autonomía, en su IX comunicado-parte (“La Nueva Estructura de la Autonomía Zapatista”, https://enlacezapatista.ezln.org.mx/2023/11/12/novena-parte-la-nueva-estructura-de-la-autonomia-zapatista/), donde señalaban que la base serían los Gobiernos Autónomos Locales (GAL): “Hay un GAL en cada comunidad donde habitan bases de apoyo zapatistas. Los GAL zapatistas son el núcleo de toda la autonomía. Son coordinados por los agentes y comisariados autónomos y están sujetos a la asamblea del pueblo, ranchería, comunidad, paraje, barrio, ejido, colonia, o como se autonombre cada población. Cada GAL controla sus recursos autónomos organizativos (como escuelas y clínicas) y la relación con pueblos hermanos no-zapatistas vecinos, si antes había unas decenas de MAREZ, o sea de Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas, ahora hay miles de GAL zapatistas …”, y también controla toda forma de corrupción que pueda presentarse.

A su vez, según la realidad de la zona, “varios GAL se convocan en Colectivos de Gobiernos Autónomos Zapatistas, CGAZ, y aquí se discuten y se toman acuerdos sobre asuntos que interesan a los GAL convocantes. Cuando así lo determinen, el Colectivo de Gobiernos Autónomos convoca a asamblea de las autoridades de cada comunidad. Aquí se proponen, discuten y se aprueban o rechazan los planes y necesidades de Salud, Educación, Agroecología, Justicia, Comercio, y las que se vayan necesitando…Cada región o CGAZ tiene sus directivos, que son los que convocan a asambleas si hay algún problema urgente o que afecta a varias comunidades…es decir que, donde antes habían 12 Juntas de Buen Gobierno (JBG), ahora habrá centenares”.

En otra escala, están “las Asambleas de Colectivos de Gobiernos Autónomos Zapatistas (ACGAZ), que son lo que antes se conocían como zonas. Pero no tienen autoridad, sino que dependen de los CGAZ, y los CGAZ dependen de los GAL. La ACGAZ convoca y preside las asambleas de zona, cuando sean necesarias…Tienen su sede en los caracoles, pero se mueven entre las regiones”.

De esta manera, en este profundo cambio político y social hacia un proceso de descentralización y más control directo del poder y las decisiones desde las bases comunitarias y sus asambleas, “el Mando y Coordinación de la Autonomía se ha trasladado de las JBG y MAREZ a los pueblos y comunidades, a los GAL. Las zonas (ACGAZ) y las regiones (CGAZ) están mandadas por los pueblos, deben rendir cuentas a los pueblos y buscar la forma de cumplir con sus necesidades en Salud, Educación, Justicia, Alimentación y las que se presenten por emergencias ocasionadas por desastres naturales, pandemias, crímenes, invasiones, guerras, y las demás desgracias que depare el sistema capitalista”.

¿Cómo será el Común y la No Propiedad?

En el muy reciente comunicado-parte número XX (“EL común y la No-Propiedad”, https://enlacezapatista.ezln.org.mx/2023/12/20/vigesima-y-ultima-parte-el-comun-y-la-no-propiedad/), se explica que se buscará “establecer la extensión de la tierra recuperada como del común. Es decir sin propiedad…sin papeles…de ‘nadie’, es decir ‘del común’”. Para lograr tamaño avance revolucionario en su orden social y organización comunitaria, en cuanto a la propiedad de la tierra, su uso, trabajo y las relaciones sociales entre quienes la ocupan y trabajan, “tiene que haber un acuerdo entre los pobladores sin importar si son partidistas o zapatistas…que se trabaje en común por turnos”.

¿Por qué llegaron a esta decisión para enfrentar la actual “tormenta”, que es de sobrevivencia?

Las razones son variadas: “inconformidad de la naturaleza” ante la actual explotación; “rompimiento del tejido social porque la violencia”; a los capitalistas “no les importa ya qué pasa mañana”; la “civilización occidental” sólo trae guerras y crímenes.

¿Cómo construyeron el conocimiento necesario para este nuevo camino?

Por años se desarrolló un proceso comunitario, desde los ancianos y la memoria colectiva, donde “Recordamos a cómo era antes…y lo vimos que (la tormenta) vino con la propiedad privada…en todos los casos es el mal gobierno el que da los papeles”. Los campesinos tienen que desvivirse para conseguir sus papeles y aparentes derechos de propiedad enfrentándose entre ellos, dividiéndose violentamente las familias, siendo sometidos y engañados por caciques y partidos…”todo por un pinche papel”. Y agregan cómo los recursos naturales son una mercancía “como lo fueron tus padres, abuelos, bisabuelos…como eres tú, y lo serán tus hijos”. Este nuevo planteamiento cuestiona de raíz una de las principales bases del sistema capitalista como es la propiedad privada, y toda la maquinaria de su aparato y burocracia legalista, que parte en mucho desde una “fetichización” de la firma y el papel, antes que del reconocimiento de la justicia e igualdad social.

¿Cómo será la “base material” en esta nueva etapa de lo común?

Se combinarán el trabajo individual-familiar (pequeña propiedad personal) con el trabajo colectivo (la tierra pertenece a un colectivo) -existentes hasta ahora-, y lo que ahora se plantea como trabajo en común o no propiedad: “Una porción de las tierras recuperadas se declara como de ‘trabajo común’. Es decir, no está parcelada y no es propiedad de nadie…de acuerdo con las comunidades cercanas, se ‘presta’ mutuamente esa tierra para trabajarla. No se puede vender ni comprar. No se puede usar para producción, trasiego o consumo de narcóticos. El trabajo se hace por ‘turnos’ acordados con los GALs y los hermanos no zapatistas. El beneficio o ganancia es para quienes trabajan, pero la propiedad no es, es una no propiedad que se usa en común”.

¿Qué dicen las jóvenes generaciones del nuevo cambio en su proceso revolucionario autonómico?

En la reciente celebración de los 30 años del levantamiento en el caracol VIII de Dolores Hidalgo, reflexionaron -en medio de música de grupos- jóvenes nacidos libres, nuevas generaciones construidas en estas décadas a través de proyectos de autonomía, autogobierno…sobre todo en áreas de salud, educación, buen gobierno, producción y alimentos…Retomamos aquí textualmente algunas frases que consideramos significativas para entender este proceso social revolucionario en las tierras chiapanecas zapatistas: “Hoy 30 años después, seamos los guardianes de la madre tierra, hacer de este mundo la compartición de trabajar la tierra y el agua de manera común…El futuro de nuestras generaciones les dejaremos una vida mejor. Nosotros y ustedes sembramos vida, juntos cosecharemos la vida en común”.

Y profundizando agregaban: “La comunidad es la herencia más sabia que dejaron nuestros abuelos y abuelas. En la comunidad somos todo y sin la comunidad no somos nada….La unión nos ha hecho resistir. Con la organización avanzamos en la autonomía, podemos destruir al que nos oprime”. Y a su vez, “Yo, la madre tierra, soy de todos y para todos, no soy propiedad de nadie. Nueva es la vida en común, donde no exista el amo y el patrón”.

Asimismo, respecto a la educación autónoma señalaron que: “Entre las sombras de los árboles gigantes, entre viento y calor, entre las montañas se hace un volcán de imaginación, así nace la educación…Niños y niñas ya preparados de una década, buscamos otro camino y lo encontramos. Es hora de formar una historia sin retorno. Construir ahora una nueva forma de educarnos en común…Somos los hombres y mujeres de raíz maya, nosotros somos la ceiba de la historia…anhelamos un sueño de otro mañana sin distinciones”.

Hacia el final, un joven declamó una poesía muy significativa de la lucha actual titulada “No es tiempo de llorar”:

“No es tiempo de llorar…

Es tiempo de despertar y preparar en común

Es tiempo de desafiar en común al enemigo principal

Es tiempo de unidad y de salvar a la humanidad

Es tiempo de cultivar y defender a la madre tierra

Es tiempo de resistir y de rebeldía ante la gran tormenta que vamos a enfrentar”.

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