Pensar en voz alta la justicia y la paz

Pietro Ameglio

Familiares de Desaparecidxs en México: Unificación Nacional para mayor Poder Social y Político

México es un país donde oficialmente la Secretaría de Gobernación reconoce -desde marzo- a 99.729 personas desaparecidas, mientras las familiares hablan de más de 112.000 (Comunicado “Llamado a la Unidad Nacional contra la Desaparición”, 21-3-24). Actualmente, la red de Enlaces Nacionales, con presencia en más de 25 estados del país y con al menos 250 colectivos de familiares buscadoras, está entrando en un proceso de toma de conciencia colectiva acerca de la necesidad de convertirse en un actor político nacional e internacional con mayor fuerza y peso social en las acciones, políticas y tomas de decisiones al interno de su organización y ante la autoridad. A este proceso le han llamado de “Unificación Nacional de Colectivos y Familiares de Personas Desaparecidas”, no confundiendo unificación con homogeneización.

Este proceso está teniendo una serie de hechos sociales públicos -ya que primero se fue tejiendo en reflexiones, contactos y reuniones privadas- a partir de una campaña importante en abril y mayo, denominada “Unidad Nacional contra la Desaparición”: culminará en una gran marcha nacional en la capital el día de las madres -10 de mayo-, e inició con la “Jornada Nacional de Búsqueda Humanitaria” durante el 18, 19 y 20 de abril. Allí se realizaron búsquedas en muchos estados, donde por primera vez salieron juntos colectivos que a veces no tenían un trabajo interrelacionado, realizando acciones de búsqueda en campo, en vida, forense, de derechos en las familias, también acciones artísticas, religiosas, en escuelas, volanteo y pegas de fichas de personas desaparecidas por todo el país. En total fueron 5 búsquedas en vida, 12 búsquedas en campo con hallazgos de dos “tesoros” -como ellas les llaman- en la comunidad de Santa Bárbara de la Cueva, en Querétaro. En esta Jornada se unieron agrupaciones buscando -según palabras y documentos de las propias organizaciones- construir un proceso de unificación nacional de colectivos y familiares de personas desaparecidas para lograr la unión de las familias de todo el país, sin líderes ni coordinadores, sin protagonismos, sin banderas ni colores partidistas, respetando la enorme pluralidad así como sus metodologías de trabajo. Asimismo algo muy importante es que todo este proceso que llevará un tiempo, tiene que ser encabezado y direccionado solamente por las familias, sin ningún tipo de intervención estatal o partidista.

Así, se está buscando un acuerdo por encima de las diferencias de cualquier tipo porque resulta demasiado importante la construcción de un actor político fortalecido, que permita aumentar la presión hacia las instituciones estatales de búsqueda de personas desaparecidas y de atención, que permita también articular los trabajos de los colectivos en todas sus formas de búsqueda, creando la institucionalidad y legalidad necesarias de protección y apoyo de todo tipo. La toma de conciencia ha llevado a que no basta con la existencia de una gran cantidad de colectivos dispersos por todo el país, fruto no sólo de los movimientos sociales que ha habido sobre todo desde el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad iniciado en el 2011, sino también de la necesidad de una reflexión estratégica mucho mayor que es la construcción de un actor social con más peso social político y organizativo en todo el país. Nos parece algo muy importante esta toma de conciencia, que primero arrancó en el 2011 con el agrupamiento disperso de familiares de todo el país en su toma de conciencia de que “No estaban solas y solos” y su lucha por la dignidad y no criminalización de sus seres queridos desaparecidos o asesinados; luego se pasó a la creación de una enorme cantidad de colectivos y redes por todo el país, con sus múltiples acciones de no-cooperación con el silencio y complicidad criminales estatales -y luego ahora de cooperación en algunos estados- en las búsquedas sobre todo en fosas clandestinas.

Nos parece central tomar en cuenta que desde el Estado mexicano en los últimos meses se han ido desmantelado instancias que había costado mucho esfuerzo a las familiares construir, y que sin consultarlas a ellas se han desmantelado y anulado en varios sentidos, como la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) y las estatales, la Comisión de Atención a Víctimas (CEAV) y el Centro Nacional de Identificación Forense en Xochitepec, Morelos. Estas acciones han sido muy graves, deteniendo o retrasando procesos de institucionalidad y de avance en las búsquedas, haciendo a las familias cada vez más tomar conciencia de la necesidad de tomar acciones más fuertes en todo sentido, para no quedarse mirando pasivamente cómo el Estado toma medidas unilateral y arbitrariamente, que no se ven lógicas ni coherentes desde el principio de realidad de la experiencia de los procesos de lucha y construcción de paz de las familiares.

Nos tocó participar recientemente en las acciones del 19 y 20 de abril en Morelos, particularmente el 19 de abril en la protesta en el ex Centro Nacional de Identificación Forense en Xochitepec. Fue una situación absolutamente indignante y deprimente por el estado de abandono estatal en el que se encuentra ese elefante blanco, donde se ha despedido a una cantidad enorme de trabajadores especializados que costó mucho formar y capacitar desde ángulos de la antropología forense y de la identificación. Es una profunda tristeza ver cómo todo el complejo está en el abandono total completamente cerrado y árido, destruyendo algo que en agosto del 2022 se creó como una gran esperanza de verdad y justicia -con el valioso apoyo de Alejandro Encinas-, y que iba a ser una de las grandes soluciones para la búsqueda forense, misma que representa uno de los mayores dramas que existen en el país con más de 52000 cuerpos sin identificar en muchos lugares forenses. Esto se ha convertido en una vergüenza e irresponsabilidad total, de un Estado que parece estar queriendo volver a centralizar la búsqueda forense en las fiscalías, que además desapareció las brigadas de tomas de muestras de ADN. Particularmente, las familiares apuntaron que Morelos es un estado con más de 2840 personas desaparecidas.

Asimismo, antes también en febrero de este año se había desaparecido el Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense, creado en 2019 por la lucha fundamental y heroica de las familias, encargado de realizar peritajes independientes en las fosas comunes; en Morelos también, por ejemplo, hay aún 85 cuerpos sin identificar en la fosa de Jojutla.

Unidad de Atención a Víctimas en cada municipio

La experiencia de las últimas 2 Brigadas Nacionales de Búsqueda de Familiares Desaparecidos, la sexta y séptima de los años 2021 y 2022, logró en Morelos por la presión de las y los familiares la aprobación de una ley -a partir del Congreso local- que obliga a la creación de oficinas municipales de “Atención a Víctimas, de Derechos Humanos y Búsqueda de Personas Desaparecidas”. Esta ha sido una situación muy importante y original que actualmente sólo existe en Morelos, pero que ha costado mucho implementar más allá del municipio de Yecapixtla, donde sí opera con resultados muy positivos. Existen aparentemente oficinas en otros municipios morelenses, pero prácticamente casi no funcionan, siendo por tanto ésta una de las tareas más importantes para presionar al Congreso y a la autoridad pública para que se aplique realmente esa ley -destinen presupuesto, personal capacitado- y se pongan en operación estas oficinas municipales, a partir del trabajo integrado y coordinado desde las familias.

La oficina de Yecapixtla es un verdadero ejemplo para el país, con cuatro áreas que son la jurídica, la de trabajo social, la criminalística y la psicosocial. Inicialmente realizaron un gran trabajo de sensibilización en las comunidades y en la población, hacia las policías municipales y locales; así los resultados en las búsquedas inmediatas de las primeras 72 horas fueron muy importantes. También realizaron acciones de vinculación muy importantes con institutos de la mujer, con instituciones de prevención del delito y de justicia, con el sistema DIF local y estatal. A su vez, efectuaron complementariamente un trabajo clave para conocer el territorio, para vincularse con enlaces locales y vecinales, para difundir boletines de búsqueda, y así poder acercarse más a las pequeñas comunidades locales y construir células de búsqueda con los vecinos, llegando incluso a plantear la posibilidad de crear comités vecinales de búsqueda por calle.

Este llamado a la unidad y unificación nacional en forma de campaña, constituye una vuelta de tuerca importante para la red de Enlaces Nacionales en la resistencia civil y en la acción noviolenta, también en la organización, como sujeto de “poder social y político”. Las y los familiares de desaparecidos y asesinados son la parte central de la reserva moral nacional en la construcción de paz, pero ahora el desafío es reforzar y visibilizar más a esa reserva moral ante el Estado y los diferentes poderes fácticos, misma que ha avanzado mucho en su organización desde el 2011, y que ahora pretende articularse con más fuerza y claridad, ante sí misma y ante los poderes estatales e institucionales nacionales e internacionales.

El llamado de las familias de la Red de Enlaces Nacionales a la sociedad civil, para apoyarles en este Proceso de Unidad y Unificación Nacional, es para “no sólo ayudarnos a encontrar, sino como una medida de prevención para evitar que las familias se sumen a esta tortura en la que nos tienen. Estamos convencidas de que con la ayuda de todas las personas podemos lograr detener la crisis en la que estamos, necesitamos reconocer la importancia de las personas por arriba de las filias partidistas”. Por eso, ¡sumémonos todas y todos a la gran marcha nacional de las familias el 10 de mayo! Y al proceso de Unificación Nacional.

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