Nos cobija la rabia
La corrientada enfria
De este lado juega la niña
sin temor ni anhelo
oro dice, y levanta una piedra de luz
Allá ruge la empresa
un ojo fusil vigila
fusil ajeno, Joven nuestro
Los muertos siguen de este lado
Del otro se dinamita la
madremontaña
Se funde la sangre hondureña en
hierro
El río enferma y las mujeres conspiran
Nos cobija la rabia
Desde que nací esto ya estaba
No caducan los patrones
No termina la infamia.
Y aún se cosecha los cocos y a ratos se
se canta, se ama, se esperanza
Rebeldía viva de esta tierra ocupada
Melissa Cardoza
Escritora, activista feminista integrante de la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras y la Asamblea de Mujeres Luchadoras de Honduras.