Disputas por el Territorio, Tensiones entre la Guerra y la Paz

Yani Vallejo Duque y Alfonso Insuasty Rodríguez

Las Enseñanzas de Colombia al Proceso Constituyente en Chile

Tomado de parquecultural.cl

El 4 de julio se conmemoraron treinta años de la Constitución Política de Colombia y se celebra en medio de una gran y sostenida movilización social que clama, en esencia, se cumpla lo que allí está consignado.

Debe recordarse que la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente en 1990, violó formalmente la constitución anterior que venía de 1886, pero dicha reforma gracias a dos factores estructurales y coincidentes, se pudo llevar a cabo:

1. Al empuje, empeño y fuerza de la fuerza juvenil del momento, pidiendo abrirse a nuevos consensos para una verdadera democracia y sellar los pactos de paz existentes en ese momento (avances en materia de derechos y participación)

2. La presión internacional por imponer el modelo económico Neoliberal anclado a la estructura misma del Estado.

Avances en materia de derechos y participación.

Estamos conmemorando, posiblemente, el haberle dado vida como acuerdo social a una de las Constituciones más completas y avanzadas en materia de derechos del continente, debido al desarrollo que tiene de los Derechos Fundamentales que detenta directamente cada ciudadano allí descrito, desarrolla un compendio de derechos sociales, económicos, culturales de manera amplia y termina con el reconocimiento de unos derechos colectivos y del ambiente, que de manera visionaria se adelantaría a lo que la Corte Constitucional luego reconocería como nuevos sujetos de derechos: los ríos, animales y la tierra. (Corte Constitucional, Sentencia T-622 de 2016).

Puede decirse entonces que la Constitución de 1991 fue un Pacto de Paz devenido de la posibilidad de superar el bipartidismo que limitada la participación política de sectores alternativos que habían buscado por la vía armada hacer sentir su voz frente a la nula opción de presentar su pensamiento político a la ciudadanía y romper con el poder centralista que dejaba en el olvido las regiones y que solo tenía como centro reconocido la capital del país. (Razón Publica, 2011).

En términos del profesor Jorge Orlando Melo, en tres grandes áreas la constituyente trato de renovar y reforzar el orden político colombiano:

  1. La legitimidad de la democracia y la credibilidad ciudadana en el sistema de representación política.
  2. La capacidad del Estado para enfrentar los desafíos de la guerrilla y la violencia.
  3. La capacidad del Estado para satisfacer las necesidades sociales y económicas de la población. (Razón Publica, 2011).

Neoliberalismo y Constitución del 91. La contracara

Es importante y no menor resaltar que esta propuesta de rediseño institucional era requerida también por la corriente neoliberal. Modelo económico que cambiaría el ordenamiento político y social de los territorios y la nación en toda América Latina y el mundo. Su imposición significará incluso una violenta redistribución geográfica de la población y sus comunidades, y reordenamiento territorial profundo e impondrá una cultura del consumo y el individualismo.

Transitábamos así, como continente desde los años 70 del siglo XX, del modelo de sustitución de importaciones, al modelo Neoliberal que implicaba una profunda re-estructura del Estado, sus normas, formas de producción, otro lugar al Estado, un lugar el libre mercado, entre otras acciones a implementar, todo un reordenamiento social, territorial anclado a una concepción de la economía.

Es así que, existió toda una planeación trazada por los neoliberales y seguidores del Consenso de Washingtoni para lograr dicho rediseño garantizando así para sus apuestas e intereses seguridad jurídica y anclaje institucional, instaurar así todos sus objetivos de manera estructural en una arquitectura Estatal naciente y para ello, era necesario promover la Constitución de 1991.

Es así que, como contracara, la Constitución del 91 también fue el escenario ideal de cambio para la inserción del modelo neoliberal.

Es así que, además de los avances en temas de inclusión, derechos fundamentales, reconocimiento de la diversidad, el medio ambiente, etcétera, quedaron consagrados en la Carta Constitucional de 1991 una serie de principios que promueven aún hoy, la apertura al mercado a la globalización y la privatización de los servicios a cargo del Estado, dejando así a los derechos a merced de la ley de la oferta y la demanda, al amparo de las lógicas del mercado.

Uno y otros objetivos quedaron enmarcados en la expresión “Estado Social de Derecho”.

Dos intereses en disputa constante.

Estos dos ejes descritos e incompatibles en el terreno de lo real, gestaron una dura batalla en la que al parecer ganó el modelo Neoliberal en tanto las consecuencias así lo reafirman.

A sangre y fuego.

Y claro, es necesario resaltar que, en Colombia, el modelo económico neoliberal se impuso a sangre y fuego, bajo el principio de la eliminación del “enemigo interno” y tierra arrasada al que se unieron élites empresariales, mafias, paramilitares, militares y clanes políticos bajo unas alianzas criminales de gran impacto.

Una alianza que, se tomó el poder Estatal llegando al punto de cumplir, sobre todo en los últimos 20 años, el sueño de cualquier dictador, saltarse de manera legal la separación de poderes y acumularla simulando el cumplimiento de la Constitución y su esencia.

El uribismo y su partido llamado Centro Democrático hoy cuenta no solo con el poder Ejecutivo, sino que ha cooptado con burocracia y corrupción al poder legislativo y aprovecha los cambios de magistrados para hacerse al control del Poder judicial desde la Corte Constitucional, la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado (Valencia Grajales, 2021). Sin olvidar la Fiscalía general de la Nación en manos de un amigo de Universidad, el Ministerio Público en cabeza de una exministra del despacho y la Defensoría del Pueblo entregada a la burocracia más ramplona del congreso. (El Tiempo, 2020).

Hoy en Colombia solo existe una separación de poderes de manera formal, pero en la realidad se cuenta con un Poder dictatorial por parte de un expresidente es en realidad quien gobierna desde una hacienda de 1500 hectáreas, pero deja a un personaje que reciba los ataques directos como lo es el señor Iván Duque que formalmente funge como presidente.

Es así que, 30 años después, la constitución tiene en su haber 56 reformas regresivas aprobadas, de las cuales solo 6 están relacionadas con el proceso de paz con las FARC, haciendo un cálculo general podríamos estimar alrededor de una reforma y media cada año durante estos treinta años. (El nuevo siglo, 2021).

Refiere otra exconstituyente Catalina Botero de manera lapidaria lo siguiente: «El poder político no ha sabido frenar la captura de las instituciones por parte de las clientelas». (BBC NEWS, 2021).

Un nuevo estallido social por cambios, 30 años después.

Al imponerse el modelo neoliberal contra un ideal de derechos, inclusión, democracia, igualdad y mínimos de justicia, se gestó todo una profunda crisis social y ambiental sustento hoy, treinta años después, de una acumulada irá social, una indignación ante el impacto social y ambiental generado: la violencia criminal, política e incluso estatal y la desigualdad de oportunidades, de acceso a los derechos y de distribución de la riqueza (BBC NEWS, 2021), la desindustrialización, la muerte de la producción campesina, la dependencia, el giro hacia una economía extractiva, rentista, el profundo daño ambiental, entre otros múltiples males.

Lo anterior provocó sin duda, un estallido social paulatino, una revuelta popular que se dimensionó en Colombia y fue creciendo luego del paro del 21 de noviembre de 2019 y el Paro Nacional del 28 de abril de 2021. Una indignación y rabia represada que se expresó en las calles de manera contundente, una ira contenida ante tanta injusticia, desigualdad, cierre de oportunidades, vulneración flagrante de derechos y un largo etcétera de males (Vallejo Duque & Insuasty Rodríguez, 2021).

Lo cierto es que, en esta revuelta, no se escuchan propuesta de revolución como tal o, de una Colombia socialista, sencillamente se pide sobre todo por parte de los jóvenes, que se garanticen las condiciones sociales para un futuro mejor, que se cumpla la Constitución del 91.

Algunos constituyentes se han pronunciado y han referido su opinión frente a los tres lustros de conmemoración. “Fernando Carrillo, impulsor de la Constituyente, exministro y exprocurador, dice: «Las constituciones no cambian las realidades como el toque del rey Midas; son como los huesos del Estado: necesitan la musculatura de las instituciones para comenzar a cambiar las realidades». (BBC NEWS, 2021).

Podríamos agregar que más que las solas instituciones se necesita de una sociedad organizada, atenta a vigilar el estricto cumplimiento de lo pactado en la Constitución, que utilice las herramientas legales establecidas pero que nunca prescinda de la movilización social como principal termómetro frente a la extralimitación de poder de las instituciones, sea cual ella fuere.

Lo que se había observado en Colombia era precisamente la desconexión de la sociedad con la Constitución y su articulado, se le dejo la vigilancia de lo allí establecido a la Corte Constitucional y se pensó que todas las instituciones creadas en realidad trabajarían de manera armónica, pero ese alejamiento generó desinterés y en tal sentido se hizo creer que lo allí plasmado correspondía a otros y no a cada ciudadano, por lo que las instituciones se convirtieron en verdaderos órganos de corrupción por burocracia estatal, solo utilizados para pagar favores, sin que interese al poder ejecutivo su eficaz funcionamiento.

Proceso Constituyente Chileno, una nueva esperanza

Hoy Chile tiene electa y sesionando su nueva Convención Constituyente, que dará pie a una nueva constitución con un enfoque moderno y que incluya los mandatos del poder popular que volcó las calles y exigió con su fuerza el cambio de la Constitución de 1980 herencia de la Dictadura de Pinochet.

Gilberto Aranda, profesor del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile refirió lo siguiente: «La Constitución de 1980 fue obra del régimen militar y entonces para un sector muy relevante de la sociedad chilena tiene un origen ilegítimo». (BBC News, 2021).

Cabe recordar que la Constitución de 1980 fue redactada por la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución Política de la República de Chile (CENC), que se conoció como la Comisión Ortúzar designada por la junta militar, esta comisión presento el anteproyecto el cual fue revisado por el consejo de Estado y la junta de Gobierno para luego ser sometida a plebiscito y aprobada. Es de anotar que al constituyente primario solo se le pregunto si el texto de la junta militar era aprobado, mas no participo de su construcción existiendo una suplantación muy propia de las dictaduras.

Dicha Constitución tuvo dos modificaciones sustanciales en 1989 y 2005, la primera de ellas derogó la parte que establecía un pluralismo político limitado ya que suponía que ciertas ideologías políticas como el marxismo, estaban prohibidas.

En 2005, bajo el gobierno de Ricardo Lagos, se llevó a cabo una reforma constitucional que terminó con la figura de los senadores designados, es decir, congresistas elegidos por instituciones como las Fuerzas Armadas o la Corte Suprema, que claramente era una imposición autoritaria sin más sustento que la imposición de cargos sin apelar a elecciones. (BBC News, 2021).

La movilización popular que comenzó en octubre 2019, conllevó a que la mayoría de los partidos políticos suscribieran un acuerdo para la creación de una Nueva Constitución Política. Convocando primero la realización de un plebiscito nacional en el cual la ciudadanía debía decidir entre estar a favor o en contra de la realización de una nueva constitución y además en caso de definir estar de acuerdo pronunciarse frente al mecanismo por medio del cual se redactaría, decidiendo si señalaba una Convención mixta Constitucional compuesta por el 50% de legisladores y 50% de ciudadanos electos o una Convención Constitucional donde el 100% estaría compuesto por ciudadanos electos.

El resultado no fue otro que la refrendación en las urnas de las demandas populares, por una mayoría de un 78% de decidió elaborar una nueva constitución y con un 79% se definió que el órgano elegido para su redacción sería una convención Constitucional, con paridad de género la cual sería la primera en el mundo.

Es así como entre el 15 y 16 (2021) de mayo fueron elegidos los 155 convencionales constituyentes, contando con 78 hombre y 77 mujeres como se había prometido; existen varios bloques compuestos por una diversidad de partidos asi: Vamos por Chile con (37) escaños donde se agrupan los partidos de derecha, Aprueba dignidad con (28) escaños de corte más social demócrata, la lista del pueblo (26) escaños donde están los independientes de lo surgido de las movilizaciones de octubre, lista del apruebo Dignidad con (25) escaños de tendencia de izquierda, independientes por una constitución con (11) escaños se identifican como independientes no neutrales, independientes con (11) escaños de diferentes tendencias y pueblos originarios con (17) escaños. (France 24, 2021).

Se dio un gran mensaje al elegir presidenta a las académica y lingüista Elisa Loncón Antileo, representante del pueblo mapuche; mostrando el carácter alternativo de los convencionales que incluso retrasaron la instalación hasta constatar que luego de las manifestaciones convocadas no había ni lesionados ni detenidos. Es claro que este nuevo proceso constituyente tiene unas nuevas formas y sobre todo atiende el llamado de su pueblo como constituyente primario. (DW, 2021).

Se prevé un plazo de 9 meses, prorrogables por tres más, para elaborar el proyecto del nuevo texto constitucional, lapso que se estima suficiente pues disponen de tiempo completo para dedicarse a dicha construcción; el escoyo puede hallarse en la consecución del quorum necesario para lograr acuerdos en puntos cruciales que es de dos tercios. (France 24, 2021).

A mediados del año 2022 una vez se cuente con el proyecto del texto constitucional se tiene que someter nuevamente a plebiscito la decisión final de aprobar este texto o rechazarlo, en total sintonía con lo que se ha exigido en las calles que no es otra cosa que ser verdaderamente escuchados al momento de tomar las decisiones más cruciales para el destino de la nación.

En resumen asi están planteadas todas las etapas del proceso Constituyente chileno:

15 de noviembre de 2019: Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución
24 de diciembre de 2019: Reforma constitucional que modifica la Constitución vigente para incorporar el itinerario y reglas del proceso constituyente.
29 de marzo de 2020: Presidente convoca, vía decreto, al plebiscito de entrada del 25 de octubre de 2020.
25 de octubre de 2020: Plebiscito Nacional donde el país decidió que aprueba la opción de redactar una Nueva Constitución y el órgano para redactarla será la Convención Constituyente.
15 y 16 de mayo de 2021: Elección de convencionales constituyentes.
4 de julio de 2021: Instalación de la Convención Constituyente.
Hasta 9 o 12 meses después: Convención aprueba un nuevo texto constitucional.
Aproximadamente 60 días después: Plebiscito para aprobar o rechazar nueva Constitución.

Tomado de Gob.cl

Elementos para tener en cuenta y aprender del caso colombiano en Chile

Luego de esta descripción de los 30 años de la constituyente de Colombia que dio como resultado la Constitución de 1991 y el proceso de convención constitucional chileno que apenas comienza a sesionar pero que entregara una nueva constitución, es necesario plantear algunos elementos que luego de 30 años podemos recomendar como aprendizaje del caminar colombiano.

  1. El texto sin pueblo se convierte en letra muerta.

Una vez aprobado el nuevo texto constitucional el pueblo chileno tiene que permanecer en las calles exigiendo el cumplimiento de las instituciones, tiene que hacer suya esa constitución y vigilar el estricto cumplimiento de esta. En Colombia dicho acatamiento y supervisión se le dejo a las instituciones que claramente toman rostros humanos con intereses personales y mezquinos que llevaron a la pérdida de credibilidad y que luego de tres lustros sigamos en las calles exigiendo su cumplimiento, como si fuera lo mínimo desde 1991. El ejercicio de veeduría popular tiene que ser fundamental, porque un pueblo vigilante difícilmente es engañado y sobre todo denunciando cualquier acto de corrupción del poder político.

  1. Nunca entregar un cheque en blanco a los partidos políticos.

La realidad colombiana demuestra que no hay representación política alguna, nadie representa a grupos organizados de personas; existe una atomización por sectores que termina facilitando la cooptación por parte de los que detentan los factores reales de poder que siempre están plegados a las instituciones que toman las decisiones que definen el futuro empezando por el poder ejecutivo, pasando por el legislativo y concluyendo en el poder judicial. Sin olvidar su connivencia con las mafias y el narcotráfico. La forma como está conformada la Convencía Constitucional chilena da muestra de unos bloques muy interesantes de representación de intereses de la sociedad, deben permanecer y fortalecerse, porque es claro que en este momento la representación supera con creses a los partidos políticos. Resulta clave siempre tener presente el ejercicio de una democracia participativa superando la clásica participación representativa.

  1. El modelo económico no es compatible con un estado social de derecho.

La Constitución de 1991 tiene en su parte inicial un componente o bloque de derechos de primera, segunda y tercera generación; muy adelantada para la época de su promulgación.

Pero esto se convierten en letra muerta cuando los intereses económicos direccionados por el consenso de Washington en su momento, se vieron reflejados en el segundo componente de la carta magna cuando ingresan en el articulado todo un bloque de políticas neoliberales en lo que respecta a privatizaciones y entrega del estado a particulares incluso trasnacionales. Razón por la cual existe el derecho en la constitución pero no los recursos para hacerlos efectivos.

En este caso es un gran reto para Chile que desde hace varias décadas y desde la dictadura se han implementado las políticas más neoliberales de la región. Si dichas políticas no son modificadas, se tendrán derechos pero solo en el papel porque sin recursos para inversión social su garantía es solo sofistica y discursiva.

  1. Conocer la Constitución principal campaña pedagógica

Una vez se tenga la Constitución es fundamental una campaña sencilla y pedagógica para enseñar el contenido y sobre todo la importancia de esta, acercarla a toda la población y de manera didáctica enseñar como se puede hacer efectiva en todos los componentes de la vida cotidiana.

En Colombia por su extensión y componente técnico – o leguleyo- se torna muy complejo su enseñanza, incluso los mismos abogados no conocen bien todo su contenido. Las personas se han apropiado de figuras muy expeditas como la acción de tutela, el derecho de petición o las acciones populares y de grupo; pero su contenido la ciudadanía lo siente ajeno y sobre todo que, aunque existe no se aplica o se cumple.

Aun hoy luego de 30 años existen figuras que el congreso no ha reglamentado, demostrando el poco interés del poder político representado en el congreso de la república.

Lo que está claro de la gran movilización social de Colombia y Chile es que las instituciones arcaicas anquilosadas en el estado, van a ser cambiadas por la presión popular y el constituyente primario y los privilegios del poder van a ceder ante el estallido social que apenas comienza y se consolidara de manera regional con el triunfo de los gobiernos progresistas de nuevo.

Referencias

BBC News. (16 mayo 2021). “Elecciones en Chile: por qué es tan polémica la Constitución de Pinochet que 155 representantes van a sustituir”. Obtenido de BBC News: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-57072119

BBC News. (02 julio 2021). “30 años de la Constitución de Colombia: ¿Por qué la celebrada carta política del 91 no ha logrado resolver los problemas más graves del país?”. Obtenido de BBC News: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-57690929

Corte Constitucional, Sentencia T-622 de 2016, Magistrado Ponente: Jorge Iván Palacio Palacio. Obtenido de: https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2016/t-622-16.htm

DW. (04 julio 2021). “La mapuche Elisa Locón presidirá la Convención Constituyente chilena”. Obtenido de DW: https://www.dw.com/es/la-mapuche-elisa-lonc%C3%B3n-presidir%C3%A1-la-convenci%C3%B3n-constituyente-chilena/a-58157180

Economipedia.com. Ana Cabello. Consenso de Washington. Obtenido de Economipedia.com: https://economipedia.com/definiciones/consenso-de-washington.html

El Nuevo Siglo. (19 marzo 2021). “A la Constitución de 1991 se le han hecho 56 reformas, una y media por año: Novoa”. Obtenido de elnuevosiglo.com.co: https://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/03-19-2021-la-constitucion-de-1991-se-le-han-hecho-56-reformas-una-y-media-por-ano-novoa

El Tiempo. (29 agosto 2020). Los caminos ante la concentración de poder presidencial. Obtenido de ElTiempo.com: https://www.eltiempo.com/politica/congreso/ivan-duque-los-caminos-ante-la-concentracion-de-poder-presidencial-534874

Gob.cl (2021). Proceso Constituyente. Obtenido de Gob.cl: https://www.gob.cl/procesoconstituyente/

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i “Se conoce como Consenso de Washington a un conjunto de diez recomendaciones de política económica formuladas en 1989 por el economista inglés John Williamson, que tenían como objetivo orientar a los países en desarrollo inmersos en la crisis económica para que lograsen salir de la misma.” Tomado de Economipedia.com

*Abogado, especialista en derecho penal, defensor público e investigador Grupo Kavilando. Contacto: yaniw6@gmail.com

**Docente Investigador Universidad de San Buenaventura Medellín, Integrante Red Interuniversitaria por la Paz, actual consejero de Paz Conpaz Medellín sector Universidades, e Integrante grupo Autónomo Kavilando. Contacto: Alfonso.insuasty@gmail.com

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