Disonancias

Griselda Sánchez

La memoria colectiva VS olvido social

Transitamos por tiempos obscuros…tan sólo los últimos acontecimientos nos los señalan: el asesinato de la periodista Miroslava Brach en Chihuahua, el asesinato de 3 comuneros y un menor de edad en Arantepacua, Michoacán, con la colusión de las fuerzas armadas y de seguridad publica en ese operativo. En estos años, toda una maquinaria de control se ha desplegado para mostrarnos que existe solo un camino y una verdad, como lo dicen las lamentables declaraciones del presidente de la república Enrique Peña Nieto: “La crisis solo existe en sus cabezas”. Hace tiempo que me encontré un texto escrito por Jorge Mendoza García llamado: Exordio a la memoria colectiva y al olvido social, y quiero compartir con ustedes algunos fragmentos de ese análisis ya que me parece nos puede dar pistas del proceso de control social para implantar el olvido, la necesidad de ejercitar la memoria, y en ese sentido porque es importante el papel de los periodistas.

El olvido funcional al sistema.

Jorge Mendoza nos dice que los grupos que desean imponerse sobre otros recurren al olvido social para mostrarse como los más viables, los más adecuados, para mantenerse en las posiciones de privilegio en que se encuentran. Los grupos de poder suelen imponer una versión del pasado de una sociedad, suelen mostrarse como herederos de ese tiempo. Y cuando se les cuestiona al respecto, suelen argüir que no hay que mirar al pasado, sino al futuro, porque ahí está el porvenir, el progreso ( Mendoza, 2005: 11) En el caso mexicano un ejemplo caro y reciente nos lo muestra los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa y el exhorto del presidente Peña Nieto a “superar la etapa de dolor” es decir, a olvidar.

Pero para que el olvido llegue, se elabora toda una estrategia para tener el control sobre el pasado y el presente de una sociedad, es así que nos dice Mendoza: La imposición del olvido social implica el desplazamiento de la memoria colectiva: lo múltiple, diverso y amplio se ve sustituido por el pensamiento único, digno de sociedades y naciones con dominios tiránicos. Por ejemplo, ese pensamiento único también se vuelve un “verdad histórica”, como intentaron hacernos creer el informe de la PGR el 27 de enero de 2015 en donde afirmaban que los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa fueron quemados en el basurero de Cocula, Guerrero. Olvido institucional, nos diría Jorge Mendoza: un olvido impuesto desde los grupos que dominan las instituciones, sean gubernamentales, eclesiásticas o académicas, en donde imponen su punto de vista, en tanto que gozan de poder. Cuando este olvido impuesto es creído, asumido por la sociedad, la desmemoria se presenta y se transita en el camino del olvido social.

Afortunadamente existen múltiples reportajes e investigaciones que echaron abajo ese burdo intento, periodistas y científicos comprometidos éticamente y con gran calidad en sus métodos para acceder a la información y comunicarla. Pero como nos encontramos en una abierta lucha para que el olvido se implante, Mendoza nos índica: los procesos con los que opera el olvido, trabajan en sentido contrario de aquellos con los que se construye la memoria, si con el recuerdo se erige con lenguaje, el olvido se apoya en el silencio. ¿Pero cómo imponer el silencio? Jorge Mendoza nos dice: por omisión, por imposición, por prohibición, por censura, por la aplicación del terror o cualquier otro mecanismo que conduce al olvido.¿Será por esta razón que hasta la fecha tenemos un alto número de periodistas asesinados? La organización Articulo 19 en su reciente informe nos dice que el año 2016 fue el peor año para la prensa en México con un recuento de 11 periodistas asesinados y 426 agresiones a los que ejercen este oficio. Por cierto, periodistas que realizaban la cobertura de feminicidios, corrupción, fosas clandestinas, desapariciones forzadas, despojo de territorios, narco estado.

Y tratando de analizar esta realidad seguimos con el Exordio a la memoria colectiva y al olvido social que nos dice: Contrario a la memoria colectiva que insiste en la multiplicidad de voces, el olvido social se erige sobre la base de una sola versión, la única válida, que según el ritmo de los acontecimientos es supuestamente inevitable y para eso echa mano de la información, contraria a la comunicación. Una información, que fragmenta lo que expone y que satura con una gran cantidad en tan poco tiempo: De tal suerte que poco o nada con significado queda. Efectivamente, la televisión y sus informaciones difícilmente contribuyen a la memoria, más bien le apuestan al olvido, pues atomizan y saturan: lo que narran de lo sucedido no genera sentido y es fugaz. Y entonces nos damos cuenta que existe una absoluta impunidad en los asesinatos a los periodistas pero que a su vez tenemos premiaciones que hacen gala del pensamiento único, entretenimiento vanal y mediocre, y de ideología conservadora, como el que fue otorgado al conductor del programa Matutino Express, Esteban Arce en la categoría de programa especializado en “contenido de orientación familiar” del Premio Nacional de Periodismo entregado por el club de periodistas.

Es así que transitamos por tiempos obscuros y absurdos en donde se vuelve fundamental la labor del periodismo crítico, porque como ya mencionamos anteriormente; la memoria se edifica con el lenguaje, la comunicación y el diálogo, si bien es cierto que es el terror, el miedo y el silencio que nos ofrecen como futuro, también es cierto que existen trabajos de periodistas con distintas narrativas que siguen persistentes en esta batalla contra el olvido en donde se juega el control del pasado y el presente de esta sociedad, y hablo de periodistas no solo alternativos o independientes sino también de aquellos que trabajan en agencias, periódicos nacionales o locales, porque creo que las amenazas, las agresiones y los asesinatos se han generalizado, no hay que dejarlos solos, no hay que dejarnos solos.

Griselda Sánchez

Productora radiofónica mixteca, desde hace años realiza talleres para radios comunitarias. Estudió Ciencias de la Comunicación y la Maestría en Desarrollo Rural, ha obtenido diferentes premios en la Bienal Internacional de Radio. De la locura la han salvado la grabación de paisajes sonoros.

2 Respuestas a “El otro paisaje sonoro de Oaxaca (Nochixtlán no se olvida)”

  1. Rocío Carrillo

    Hola. Estoy haciendo una investigación sobre este tema para teatro. ¿Podrías orientarme sobre dónde conseguir el libro de Rita Segato? Gracias (muy buen artículo)

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