Memoriando

Colectivo Híjar

Desde abajo y a la izquierda

Argelia Guerrero Rentería, La Casa de los Pueblos, enero 2022.

Ante la certeza de la destrucción del planeta Tierra reportada como catástrofe del día, habría que descubrir oportunidades de fortalecimiento popular, así como hacen los empresarios voraces que no cesan en contener el más mínimo deterioro de sus intereses. Su constancia es digna de reconocimiento, como en el caso del odiado exrector Barnés, defenestrado por el movimiento estudiantil de entresiglos que impidió imponer la paga de la educación superior. Barnés estima como retroceso de sesenta años la reforma eléctrica, que es el lapso en que el neoliberalismo procuró el desmantelamiento de la CFE para beneficiar a empresas como Iberdrola, causante del encarecimiento extremo de la energía eléctrica en España. Zedillo, en cuanto terminó su cargo como presidente, advirtió en su conferencia magistral en el Foro de Davos: no hay que hacer caso de las protestas populares, hay que seguir adelante. 

La oportunidad la plantean gobiernos del lado del pueblo, a sabiendas de sus límites impuestos por el imperialismo en sus formas variadas: financieras y crediticias apoyadas en contratos planteados como irrevocables, confusión ideológica de la democracia y la libertad como condonación de impuestos, pagos de energía y ocupaciones territoriales a los grandes consorcios y sus cómplices infiltrados en las cámaras de diputados y senadores, por lo que todo proyecto de internacionalismo solidario exige ser desprestigiado. Por ejemplo, Chávez primero y Maduro luego, han intentado un banco de crédito bajo para pequeños estados débiles y dependientes, suministro de petróleo a quienes no lo tienen y son forzados a sujetarse a los operadores de la acumulación financiera por despojo: el BM, el FMI, las bolsas de valores. El ALBA es proyecto necesario, la OEA es la oficina de colonias del Imperio. Crece en el Cono Sur la construcción del pueblo en lucha con triunfos contra el Estado opresor: Chile, Perú, Bolivia, la sucesión en Brasil, los núcleos de resistencia en Nicaragua, Honduras, El Salvador. Un grupo dirigente de coalición da lugar a líneas de radicalización democrática como ha ocurrido en Chile con exigencia de nueva constitución, en Perú y Bolivia con los gobernantes indígenas atacados con intentos de golpes de Estado, como los bloqueos yanquis contra Cuba pese a todos promotora de la salud integral y la memoria histórica antiimperialista con Martí “responsable intelectual del Asalto al Moncada”, como lo plantea Fidel en su célebre discurso de defensa legal luego de la derrota convertida en victoria años después. 

Es tarea principal el fortalecimiento de los movimientos obreros, campesinos, estudiantiles y de autodefensa comunitaria y de los pueblos indígenas. A partir de sus reivindicaciones concretas como la defensa de los contratos colectivos de trabajo, la elección democrática en los sindicatos con el repudio consiguiente a los charros envejecidos en las secretarías generales y seccionales, para descubrir la urgencia de condiciones de producción seguras y dignas tenazmente rechazadas por los consorcios mineros pese a crímenes como el de Pasta de Conchos, donde el Estado es cómplice del rescate de los 63 sepultados. 

Más que la combinación de Estado benefactor y controlador de la economía política acompañado por la postulación de la soberanía “depositada” en el pueblo pese a las deficiencias parlamentarias, la proclamación contra la corrupción se detiene en la impunidad de los “capos” invictos, incluyendo a los dirigentes sindicales multimillonarios, levemente estremecidos por la reforma laboral que amenaza el control de sindicatos estratégicos como el de los petroleros, electricistas, mineros, ferrocarrileros, trabajadores de la educación, la salud, la burocracia. La CTM ya no figura y a cambio, el primer trimestre de 2022 es tiempo de grandes movilizaciones de partidarios de la reforma eléctrica, de opositores por la defensa de comunidades afectadas por termoeléctricas, de trabajadores de la educación opuestos a la torpe reforma educativa, a la exigencia de justicia para las víctimas de desapariciones forzadas, feminicidios, de las disputas de plazas del narcotráfico y del tráfico de armas, personas, alcaldías, municipios, comisarías. Las migraciones forzadas no tienen fin, los ataques a las comunidades autogestivas son constantes, el asesinato de periodistas valientes bate marcas mundiales. 

Dos tendencias disputan el poder social. La política institucional con movimientos inhabilitados como partidos y, por tanto, sin formación de cuadros y asambleas para construir proyectos de nación, de pueblo, de sujeto histórico más allá de la sucesión presidencial. Crece la audiencia y movilización de sociedades civiles politizadas, las que anuncian movilizaciones nacionales reconociendo lugares ejemplares de resistencia popular: Cherán, el ayuntamiento Juan C. Bonilla en Puebla donde la planta desocupada a Bonafont es sede de la Casa de los Pueblos; las secciones de la CNTE más activas en Oaxaca, Michoacán, Chiapas; las enfrentadas a las oficinas migratorias y los traficantes trasnacionales de personas en las fronteras y el tránsito de migrantes atajados por la Guardia Nacional incapaz de ir más allá de la instrucción del día y del control de los megaproyectos a cargo de las fuerzas armadas. 

La politización necesaria va descubriendo en las asambleas los consensos distintos a las apresuradas votaciones de los grupos del poder del Estado. Comisiones exigidas de informar los recursos, los obstáculos y las tácticas, incluyen la revocación de mandato y la programación de agitación y propaganda conjunta. Las movilizaciones consiguientes con sus consignas, sus estandartes, sus boletines y volantes, procuran una agitación y propaganda efectiva pese a la campaña de televisoras y la prensa corrupta. “No es noticia”, dicen los jefes de redacción que orientan la desinformación con reportajes del cierre de carreteras y vías férreas, enfrentamientos y marchas “irrespetuosas” de monumentos históricos. Vieja recomendación de la CIA es usar el control de televisoras, radiodifusoras, prensa corrupta y recursos electrónicos, para reducir la información cotidiana a accidentes mortales, balaceras, capturas de capos y operadores como reductos que exigen considerar el uso legítimo de la violencia por el Estado para la obvia descalificación de las autodefensas comunitarias.

Argelia Guerrero Rentería, La Casa de los Pueblos, enero 2022.

La memoria histórica adquiere sentido de clase con la reducción de espectáculo teatral para conmemorar la caída de Tenochtitlan, la consumación política de la Independencia o el inicio de la Revolución de 1910 con la construcción de una épica que reduce a Leona Vicario a una más de las estatuas ignoradas de los liberales en Paseo de la Reforma, sin hacer mención alguna a su incorporación guerrillera que la obligó a parir en una cueva y a organizar con señoras de la “alta sociedad” en matrimonios liberales, al grupo Los Guadalupes con el clandestinaje necesario para transportar imprentas y armas a la par de construir las bases programáticas de un proyecto republicano nacional y popular. Mejor la República Juarista la reconoció como Madre de la Patria. Es más fácil ponerla con falda larga y un libro en la mano en un prometido paseo de las mujeres en la emblemática Avenida de la Reforma. El Estado propone y las izquierdas callan, como también ocurre con el año de Ricardo Flores Magón abandonado y muerto en una prisión yanqui sin que los “gobiernos emanados de la Revolución” hicieran acto alguno para liberarlo. El retorno de su cadáver dio lugar a grandes movilizaciones en las estaciones de ferrocarril más grandes como evidencia de una cultura popular alimentada por las tradiciones anarquistas. En noviembre habrá que celebrar a la familia Serdán de anarquistas revolucionarios y reflexionar sobre la infame muerte de Ricardo Flores Magón.

Los antimonumentos, la perdurable sustitución del monumento a Colón en la avenida Reforma, las estructuras de autodefensa comunitaria, están construyendo al pueblo en lucha bien distinto a la grey manipulada por la industria del espectáculo y los acarreos políticos. La política va adquiriendo su sentido profundo de lucha de clases por el poder, hasta el punto de dar este sentido a la proclama presidencial de “primero los pobres”. Aquel pobrismo repudiado por la izquierda partidaria derrotada en sus proyectos de frentes amplios en los setenta y ochenta, es ahora reivindicado desde abajo y a la izquierda. El arraigo comunitario de la soberanía está, por ejemplo, en la emoción frente a los contingentes de los normalistas, las jovencitas en especial luciendo sus trenzas y gritando las consignas con canto diferenciado de las porras vulgares. 

La patria es “el pasado del futuro”, dice Coco Manto al convocar a hacer viva la historia de las luchas populares donde no más se menosprecian a los indígenas sino se les escuche porque son la raíz de la patria amenazada por las mineras, los banqueros, los contratistas, los sindicaleros charros, los escritores cuidadosos de servir a sus amos dueños de televisoras, futbolistas, estrellas del espectáculo, lectores de noticias que no son periodistas.

Así como al paso de los migrantes forzados hay quien les ofrece alimentos, ropa y albergue, hay que crecernos en la solidaridad con quienes marchan concretando el amor al pueblo, sus urgencias, su futuro ya presente, su pasado memorable. Bien lo dijo Lucio: “ser pueblo, hacer pueblo, estar con el pueblo”. 

Es cosa de vida o muerte de la especie humana y del planeta. Por la vida, Jorge Mansilla Torres, Coco Manto, concretó todo al final de su poema al retrato de María de Jesús en blanco, obra magistral de Pablo O’Higgins: “una mitad amor, la otra, memoria de un siglo atroz. Falta que el pueblo lleve conciencia del mural y se subleve”. 

Despolitizar a la sociedad civil, desmemoriarla, orienta, por ejemplo, la convocatoria oficial Pinta tu Barrio con plantillas y proyecciones de rostros y flores, justo en el año en que cumplen 100 años los murales de la Escuela Nacional Preparatoria como parte de una revolución educativa necesaria para procrear el sujeto del Estado-nación. De aquí la urgencia de reivindicar a la memoria que entonces y ahora trabaja por la transformación nacional, popular, abajo y a la izquierda.

Colectivo Híjar

Colectivo cultural y político dedicado a la elaboración de mantas y gestión de acciones por la memoria en México. Participa en actividades y publicaciones sobre la crítica y la memoria históricas y la praxis estética necesaria.

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