Esquina, bajan

Krizna Aven

Visibilidad trans, hoy somos una comunidad, antes nos llamaban minoría

*Ellas han tenido que poner sangre, sudor y lágrimas para construirse

*No se nace mujer, se llega a serlo

Cada 31 de marzo y desde 2009, se conmemora el día internacional de la visibilidad. Aquí en la Ciudad de México se llevó a cabo su quinta marcha donde se denunció la discriminación y los asesinatos por identidad de género que padece la comunidad de mujeres trans en todo el país y el mundo. Desde inicios de año y hasta la fecha, van más de quince asesinatos contra esta comunidad sin que hasta ahora el Estado les garantice seguridad y justicia.

Emma Jessica Duvali, mujer trans de 63 años y originaria de la Ciudad de México, nos comparte:

No me considero activista, soy una luchadora social. Me arreglo y me visto como me dijeron que no podía hacer, desde el momento que salí a la calle como a mí me gustaba y ser como yo quería comencé a trasgredir las normas. Tengo un negocio que me ayuda a comer, soy cofundadora del proyecto Archivo de la Memoria Trans México, este me ha dado muchas satisfacciones, es difícil porque tratamos de rescatar las historias de mujeres trans de más de 50 años, digitalizamos fotografías de ellas y tenemos un sitio web con el mismo nombre, no tenemos muchos fondos para sacar adelante esta iniciativa, casi todo lo hemos hecho con nuestro esfuerzo, dinero y trabajo.

Mi transición fue a los 13 años, fue un acto revolucionario ir con vestido y maquillaje a la escuela aunque pague la factura porque me corrieron de ahí. No fue fácil, quien se querría vestir de mujer para recibir madrazos, desprecios, piedrazos y terminar taloneando en la calle para poder tragar, claro que no. A los diecisiete ya era una trans de casa pero fui detenida en la esquina de mi casa, y estuve por más de un mes en los separos de la DGI (Dirección General de Inteligencia) fui rapada, violada, violentada. No teníamos derecho ni a una sola llamada, gracias a mi padre salí porque él se dedicó a buscarme hasta encontrarme. No es una irrealidad, tengo maneras de demostrarlo. Ahí conocí a Gabriela y que después nos hicimos grandes amigas. En mis tiempos éramos los putos, las operadas, las kuinas, las vestidas pero ahora, en mi colonia soy muy respetada, ni en el tianguis nunca se han burlado de mí.

Es una vergüenza que en 2024 México sea el segundo lugar mundial en transfeminicidios, esto nada ha cambiado. En los ochentas nos mataba la DGI (Dirección General de Inteligencia), nos mataba el sistema, nos mataba el gobierno. Ahora nos mata su complicidad porque no capturan a los asesinos o si los agarran los dejan libres porque los acusan de crímenes pasionales.

A pesar de que ya hay leyes que nos protegen y contamos con más tecnología, en este sexenio ha empeorado la situación. No debería de faltarnos nada porque los derechos ya están, Lo que les ha hecho falta a los anteriores gobiernos y al actual es tener empatía hacia las personas trans, pueden aceptar a un homosexual, pueden aceptar a una lesbiana pero el machismo que tienen los que imparten la justicia nos ven inferiores por ser mujeres trans.

Este domingo se conmemoró el día internacional de la visibilidad trans y aquí en la Ciudad de México se hizo por quinta vez, salimos como quisimos hacerlo sin importar quienes la organizaron. Estuvieron las que quisieron estar y lo que me gustó más es que no tuvo tintes políticos a pesar de ser época electoral aunque no hay que olvidar que para ellos somos un botín político. Es importante denunciar este estado fallido porque no ha hecho nada por nosotras, ni darnos el respeto ni la justicia a todas las mujeres trans.

Este gobierno de MORENA no es de izquierda, el presidente López Obrador no puede dar el respeto a la comunidad LGBTTIQ, él se dirige a nosotras como hombres vestidos de mujer, así trató a una trans que está en su proyecto de nación, además más del 80 por ciento de su partido desconocen cómo nombrarnos correctamente, por supuesto que hay un retroceso, es un desconocimiento vergonzoso, no les interesa que nos maten, no les interesan nuestras vidas.

Tengo una teoría, las cuotas arcoíris que son por disposición oficial para ingresar a mujeres trans en las curules como diputadas es una trampa del Estado para de dividirnos, ya lo logró, estamos divididas en la población LGBTTIQ. Hay una diputada trans preparada pero al final se volvió loca de poder, dice que es la perra del presidente, no sé si 60 mil pesos mensuales enloquezcan a cualquiera pero a esta sí. Hay otra diputada trans, ella solo sabe de peluquería y trabajo sexual pero sin preparación académica para estar ahí. Al final ellas no me representan ni a la comunidad trans.

He conocido a varias personas que han estado como diputados. Énoe Uranga hizo mucho al promover las sociedades de convivencia pero los demás que han estado en el poder no han hecho nada como Temístocles Villanueva, como Patria Jiménez, ya sabemos quién es y de lo que es capaz de hacer para beneficio personal pero no a favor de la comunidad. Me han ofrecido aquí en Ecatepec una dirección y una regiduría pero me tendrían tapada la boca con el dinero, no lo hice porque cuando me gusta despotricar lo hago siendo una rebelde con causa.

Seguimos siendo precarizadas en el área de la salud, de las oportunidades laborales y académicas. Me gustaría ver esta nueva generación de mujeres trans que se están preparando para beneficio de todas y aunque la política sea una farsa deseo que esto cambie, si no, no quedara más hacer una verdadera revolución y que las únicas armas sean la preparación académica. Afortunadamente hoy somos una comunidad aunque antes nos segregaban etiquetándonos como minoría. Muchas de mi generación murieron por buscar un cambio de la sociedad y los gobiernos hacía nosotras.

***

Diana Meléndez Rojas, docente a nivel licenciatura y posgrado, también comparte su visión de esta problemática. “En el año 2000 tomé un diplomado para personas portadoras de VIH ya que había visualizado que este grupo moría dos veces, por ser portadoras y por la muerte social a la que eran condenadas. Aquella ocasión conocí a la primera mujer trans muxhe, Amaranta Gómez, una vez haciendo una dinámica de sensibilización ella fue violentada por otro participante porque le jaló su ropa dejando sus pechos descubiertos y con su ropa rota. Amaranta se tapó sus senos y comenzó a llorar por vergüenza y dolor. Por qué a mí no me lo hicieron lo mismo y a ella sí, me pregunté, cuál espacio de poder tengo yo: ¿por ser mujer cis género y casada?”, cuestiona.

Meléndez, acompañante terapéutica de sobrevivientes de violencia sexual, nos confía: “Descubrí que existían otras formas de ser mujer y al mismo tiempo me cuestioné el privilegio y el poder que tenemos las que no somos trans ¿por qué ellas son tratadas diferente?¿Por qué son odiadas, rechazadas y asesinadas?”

“Me di a la tarea de investigar porque sucedía esto ya que en esa época existía un sesgo académico, nadie se había preguntado cómo habían vivido la violencia sexual y las secuelas psico emocionales por abuso sexual infantil las mujeres trans. Después de un tiempo presenteé el proyecto Práctica Trans en la Escuela Nacional de Trabajo Social ya que ahí ya habían egresado varias mujeres y hombres trans, sin embargo, cuando presenté este protocolo una persona que ostentaba poder político en la escuela cuestionó el uso de recursos económicos para una población que no representa la realidad del país además de considerar que esto no tenía ninguna relevancia social, quedé con mucha impotencia”.

Diana, con más de 20 años de experiencia en temas de sexualidad, afirmó: “La discriminación cruza todos los cuerpos que se definen como femeninos aunque nada tenga que ver la reproductividad con la genitalidad de las personas trans. Hay avances en la ley de identidad de género, hoy pueden ir al registro civil y pagar ciento veinte pesos para que rectifiquen una acta de nacimiento pero hacer esto antes costaba alrededor de 250 mil pesos, era pagar el peritaje médico que debía incluir a un especialista endocrinólogo, un psiquiatra, un psicólogo y un abogado para que pudiera tramitar una nueva acta, que pudieran demostrar que no estaban locas al ser diagnosticarlas con disforia de género”.

Rojas, quien también se capacitó como defensora de derechos humanos, denuncia: “a pesar de que el protocolo para las mujeres trans se oficializó en el dos mil diecisiete hace un año me contrataron para capacitar el área de oncología del Centro Medico de la Ciudad de México, me pareció increíble que todo el personal médico no conociera este reglamento, esto es violencia medica”.

“Los transfeminicidios han ido en aumento, este es un problema multifactorial como la violencia machista y que amerita una lectura más profunda, el sexo y la genitalidad generan expectativas, como el privilegio del patriarcado al nacer hombre pero quien llegue a renunciar a esto merece ser castigado, te mato con crueldad por renunciar a tu masculinidad. Si los feminicidios no se investigan, con las mujeres trans menos pues el estado y parte de la sociedad las considera una categoría inferior”.

“También existe otro problema, hay mujeres trans que están atrapadas en posturas victimizantes, no logran identificarse como mujeres fuertes, valientes y resilentes, no logran ver las cosas buenas que han logrado por sí mismas y por ende niegan sus propias capacidades, hace falta un trabajo de introinspección donde logren darse cuenta de lo que han logrado desde su narrativa, desde su historia para que dejen de normalizar la violencia contra ellas y contra sus cuerpos, que pudieran saber que las violencias son una construcción social. Las mujeres trans son la exacta representación de lo que afirmó Simone de Beauvoir, no se nace mujer, se llega a serlo”.

“No es real el empoderamiento que les han hecho creer desde las cúpulas del poder, este adjetivo es tramposo, habrá que preguntarse si en realidad se puede cuestionar el poder, si se ejerce el poder y si se tienes el poder, mientras este sistema social niegue oportunidades a las mujeres pero que únicamente las invite a empoderarse solo es en un sentido aspiricional”, aseguró.

“Hace unos meses mataron al Magistrade Ociel Baena y aunque las autoridades afirmaron que fue un crimen pasional hay que leer el mensaje que nos mandó el Estado a la sociedad, la indiferencia institucional, el desprecio, el abuso de poder, la indiferencia colectiva y la impunidad hacen que se incrementen los asesinatos contra las mujeres tras y personas de la comunidad LGBTTIQ”

“Hace unos días que se conmemoró el día de la visibilidad trans tuvo dos vertientes, el mensaje político de las autoridades buscando el voto rosa cobrando la cuota política y por otro lado los actos de exigencia por el acceso a la justicia restaurativa. Es una lástima que la diputada federal de MORENA, María Clemente García Moreno llegara a romper la marcha incitando a la violencia generalizada, tanto ella como la diputada Salma Luevano no son inteligentes ni propositivas quizá por eso no han logrado que se avalen sus propuestas de ley como esta ultima de García que buscaba legislar contra los transfeminicidios además de solo buscar satisfacer sus intereses individuales no importándoles la colectividad”.

“Desafortunadamente este gobierno paternalista ha implementado un odiómetro y desde palacio nacional a diario se promueve a quienes odiar, anular u ovacionar. El mandatario presume su báculo que obviamente representa su gobierno patriarcal, no es de izquierda, es una simulación de socialismo y bienestar social”, concluyó.

Krizna Aven

Desde los 18 años empecé a ejercer el trabajo sexual, y gracias a esto comencé a ser promotora de salud y defensora de derechos humanos de las compañeras trabajadoras sexuales. Desde el 2006 soy adherente a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona propuesta por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional  (EZLN). Debido a la constante represión contra el sector al que pertenezco nos vimos en la necesidad de ser activistas y desde hace más de 15 años periodistas. Para mí es fundamental contar las historias directamente del o de los protagonistas, ser un puente que sirva para dar a conocer historias y denuncias que difícilmente son tomadas en cuenta. El compromiso de escribir sigue latente en mí.

Dejar una Respuesta

Otras columnas