Esquina, bajan

Krizna Aven

Es difícil estar en México

*El gobierno de Nicolás Maduro es autoritario y represor, si alguien protesta es encarcelado, no hay esperanza de nada

*Es difícil estar en México, la policía y migración a cada rato nos extorsionan

*Mis hijos presentan un cuadro de desnutrición, espero que lo que estamos pasando valga la pena”

La realidad que viven miles de migrantes para llegar al Estados Unidos lleva consigo mucha vivencias y que por lo general son muy crudas, como las que nos cuenta una familia venezolana por intentar alcanzar el sueño americano.

Edward Reyes, de cuarenta y dos años originario de Maturín, Estado Monagas, Venezuela, migró el pasado 28 de septiembre de su lugar de origen rumbo a los Estados Unidos junto con su esposa Karina Sáenz, de treinta y ocho, y sus dos hijos, Eduardo, de tres, Victoria, de nueve, y Simón, su hermano.

Hace cinco años, Edward tuvo que dejar su ciudad para radicar en Perú debido a la situación económica que vive actualmente Venezuela. “no tenemos agua, luz eléctrica, combustibles ni ningún producto de importación” “El gobierno que encabeza Nicolás Maduro es autoritario y represor, si alguien protesta es encarcelado” “No hay esperanza de nada” “el gobierno da un apoyo económico y víveres para tener a la gente subordinada y que sigan apoyándolos aunque todos sabemos que con ellos no existe ninguna esperanza de mejorar” “Antes de Maduro teníamos todo para vivir”

Reyes se tituló como Técnico Superior ambiental, ha trabajado en Perú en Santa Mina, y empresas manejando montacargas y como jefe operativo. Estuvo laborando por más de diecisiete años en la alcaldía de Maturín, Venezuela pero la devaluación del bolívar hizo que renunciara a su trabajo porque el sueldo que recibía no alcanzaba para mantener a su familia.

 “Milité en el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSU) y era el coordinador de cuadros de jóvenes para formarlos políticamente en el gobierno de Hugo Chávez” “El país era rico porque él tenía capacidad de mando y no permitía que nadie del gobierno robara” “les regresó las prestaciones sociales a las personas de la tercera edad” “Desgraciadamente, cuando murió Chávez el poder se ramificó entre Maduro, Diosdado Cabello Rondón y Tarek Williams Saab quien fue ministro de economía y entonces mi país cayó en un mal gobierno” “Extraño cuando Venezuela podía cambiar los gobiernos a través de elecciones libres y transparentes aunque no pierdo la esperanza de que esto algún día cambie”.

“Mi papa era profesor en física y química y trabajaba en las plataformas petroleras y mi mama es profesora jubilada” “debido a los trabajos de mis padres, me tuve que hacer cargo de mis hermanos menores, yo los crie” “Mis cuatro hermanos también tienen carrera, Simón es Ingeniero Civil, Érica es Ingeniera Petrolera, Oswaldo es Ingeniero en Producción Animal y Lizet tiene licenciatura en educación” “Simón se vino conmigo pero los demás se quedaron en Venezuela con la esperanza de salir también del país rumbo a Estados Unidos”.

Edward recuerda cuando inició el viaje rumbo a Estados Unidos: “En la frontera entre Perú y Colombia está la selva del Darién, mejor conocido como el tapón de la selva” “pagamos trecientos dólares por persona para que nos llevaran caminando por tres días dentro de la selva” “mi familia y yo nos preparamos llevando alimento enlatado y tratamos de comer lo mínimo para que nos durara durante el viaje” “Ahí hay caminos altos y fangosos, culebras, escorpiones y pumas”.

“Fui testigo de ver morir a nueve migrantes entre ellos un haitiano que fue a beber agua al rio y una víbora lo mordió en el cuello, una haitiana murió ahogada con sus hijos al cruzar un rio y a otro de un infarto” “El miedo es constante para no resbalar y caer en barrancos profundo” “una persona cayó más de quince metros de altura pero afortunadamente sobrevivió, se levantó y siguió caminando”

“Después de salir del Darién llegamos a un pueblo llamado Bajo Chiquito en Costa Rica y tomamos una lancha, nos cobraron cincuenta dólares para llevarnos a un campamento de la Organización de naciones Unidas (ONU) ahí nos hicieron un estudio socioeconómico y solo nos dieron una comida “ellos no hacen nada, tendrían que estar en medio de la selva ayudando a los que pasamos por ahí”

“Llegamos a Panamá y contratamos un bús para que nos llevara a la frontera de Nicaragua pero la policía nos trató como si tuviéramos COVID, ellos nos escoltaron hasta llegar a la frontera, no querían que nos quedáramos” “No tuvimos problemas al atravesar Nicaragua pero al llegar a Guatemala nos fue horrible, cada cuatro kilómetros había retenes y los policías  nos pedían una colaboración de cien a doscientos quetzales (moneda nacional de Guatemala) por persona “Nos quedamos más de cuatro días sin dinero hasta que conseguimos para continuar” “Ahí fue donde nos enteramos que los delincuentes asaltan y violan a las mujeres” “afortunadamente a nosotros no nos pasó”

“Al cruzar la frontera de México llegamos a Chiapas y al principio recibimos la ayuda del Instituto de Migración, nos dieron comida y un permiso provisional para estar ahí” “Nos ayudaron con el transporte para llegar a otro estado porque tienen dos autobuses para que nos lleven donde comienza Oaxaca” “Tuvimos que caminar dos kilómetros para llegar a la siguiente estación migratoria pero a cada rato nos paraban motos o vehículos de policías para quitarnos nuestro dinero” “Primero nos quitaron cuatrocientos dólares luego trecientos, a mi esposa le quitaron mil seiscientos pesos” “En todos los estados fue un martirio”

“Cuando logramos llegar aquí, a la Ciudad de México fuimos a la Central de Autobuses del Norte y compramos tiket para ir a Tijuana pero no llevábamos ni una hora de camino cuando nos paró migración y nos llevaron a un centro de migración en Villahermosa Tabasco” “Tristes y con depresión tuvimos que regresarnos caminando a  la Ciudad de Arriaga, Chiapas, teníamos los pies hinchados por caminar varias horas” “Migración y la policía nos han tratado mal” “es difícil estar en México, la policía y migración cada rato nos extorsionan” “La terminal de migración tiene nada más el nombre pero en realidad esta privatizado por los que nos roban”

“Hay dos formas de cruzar México pero nosotros elegimos la más segura” “otros migrantes nos han contado que por el otro camino el narco les ha ayudado con comida, dinero y transporte pero también a otros los han secuestrado y han pedido dinero a su familia para liberarlos” “Nuestra meta es llegar a Estados Unidos para tener un buen trabajo y una mejor calidad de vida” “Estamos esperando calificar la aplicación que nos pide Estados Unidos, CBP ONE (aplicación en línea para programar citas en la frontera del suroeste y solicitar asilo político en EU) para darnos permiso de entrar a su país de una forma legal”.

Por su parte Karina con voz entrecortada y a punto de llorar nos confía: “pensé que migrar era muy diferente, no esperé dormir con mis hijos y mi esposo en la calle, con frio y sin comer por días, caminar a diario varios kilómetros con mucho sol y lluvia” “Cuando llegamos a la Ciudad de México el primer día salí a conseguir trabajo para que mis hijos comieran” “encontré uno en una cocina donde me ofrecieron doscientos cincuenta pesos de siete de la mañana a las cinco de la tarde pero en realidad salía después de la siete de la noche”.

“Me daban de desayunar un café y un pan y el almuerzo pero yo le pedía a la señora que me lo diera para llevarles  a mis hijos, prefiero que ellos coman antes que yo” “creí que me iba a dar un poco más para ellos pero siempre me dio raciones pequeñas, eso me hizo sentir muy triste” “El esposo de la señora era muy comprensivo conmigo pero creo que la señora se puso celosa y comenzó a exigirme más cosas, las ollas las tenía que lavar más de dos veces porque decía que no las lavaba bien, desayunaba parada, no me decía que me sentara para comer, a cada rato usaba un vaso para que me pusiera a lavarlo” “Preferí salirme”

“Estoy buscando trabajo pero hasta ahorita no me han querido contratar” “sin embargo, la mayoría de las personas de aquí han sido muy solidarias conmigo, me ven con mis hijos y me han dado un atole o un pan para que coman ellos”

“Quiero ir a Estados Unidos con mi familia para darles un mejor futuro a mis hijos” “A Victoria le gusta dibujar y colorear, me gustaría que fuera diseñadora, a Eduardo lo veo muy ágil, le gustan los deportes quizá será un futbolista profesional” “También quiero ayudarle a mi familia porque están mal, mi mama está sola y tiene que vender a diario lo que pueda porque si no lo hace no come, vive al día” “No le dije que me iría y cuando se enteró, ya estaba aquí en México, ella se puso triste y me dijo “no te hubieras ido, al menos aquí no te haría falta arepita con mantequilla para comer” “pero ya no estás aquí, ten fuerza y aguanta”

Sáenz, con un nudo en la garganta continua “Mi país está mal por el gobierno, esta caro todo, ningún sueldo alcanza, no hay alimentos, no hay gasolina, no hay producción de nada pero si nos descubren hablando mal del gobierno nos apresan” “El gobierno da una beca mensual llamada Patria que equivale a cuatro dólares para comprar comida y gasolina” “también nos dan una caja con alimentos que se llama CLAP, trae un kilo de arroz, azúcar y un kilo de caraotas (frijoles)”

“En el fondo no me arrepiento de todo esto porque estoy con mi familia, todo sea por darle a mis hijos una buena educación y un hogar digno” “Tengo fe en que llegaremos a Estados Unidos pero tengo que ser fuerte para seguir pasando por todo esto”

“Por el momento requerimos de un teléfono para descargar la aplicación  CBP ONE también me gustaría poder alquilar un cuarto de cuatro paredes para ya no estar pagando hotel” “a diario pagamos más de trecientos pesos por la habitación” “nos ha pasado varias veces que preferimos pagar el cuarto del hotel que comer” “Conocimos a una persona que nos está ayudando, le ha regalado cosas a mis hijos que los ha hecho muy felices por un buen rato, le doy todo mi agradecimiento y bendiciones”.

Antes de concluir tanto Edward como Karina coinciden en recomendar a los demás migrantes que apenas inician su recorrido: “Si van a venir no pasen por la selva del Darién, es más seguro sacar una visa y llegar en avión” “no pierdan la esperanza y sigan adelante mientras cambia nuestro país y el gobierno en Venezuela”.

“Mis hijos presentan un cuadro de desnutrición por las constantes infecciones intestinales que les ha dado y porque no han podido comer bien pero espero que lo que estamos pasando valga la pena”.

Krizna Aven

Desde los 18 años empecé a ejercer el trabajo sexual, y gracias a esto comencé a ser promotora de salud y defensora de derechos humanos de las compañeras trabajadoras sexuales. Desde el 2006 soy adherente a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona propuesta por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional  (EZLN). Debido a la constante represión contra el sector al que pertenezco nos vimos en la necesidad de ser activistas y desde hace más de 15 años periodistas. Para mí es fundamental contar las historias directamente del o de los protagonistas, ser un puente que sirva para dar a conocer historias y denuncias que difícilmente son tomadas en cuenta. El compromiso de escribir sigue latente en mí.

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