Esquina, bajan

Krizna Aven

Pedir perdón por no pedir perdón

La criminalización de los movimientos sociales y las resistencias organizadas en México no es nueva en este país; son décadas de represión, asesinatos y de desapariciones forzadas por parte del Estado que se han agudizado más con el gobierno actual que se dice de izquierda. A propósito y retomando la pregunta que hizo el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) hace poco tiempo, y que creó eco en muchos de nosotros y nos llevó a la reflexión colectiva ¿de qué nos tienen que perdonar?, recordé y enumeré algunos de los “crímenes” de los cuales “debemos pedir perdón”

¿Perdón porque nos hemos organizado de forma horizontal, apartidista, autónoma y sin depender del gobierno ni de ningún personaje político? ¿Porque salimos a las calles a protestar y a exigir justicia? ¿Por evidenciar las políticas de represión que ejercen sobre quienes creemos que no existe ese cambio que tanto alardean y que a diario lo repiten desde las mañaneras para controlar la sique colectiva? ¿Por qué hemos sido solidarios con otros movimientos que resisten ante un gobierno que solo regala desprecio y muerte?

¿Perdón por denunciar públicamente que el narco es quien realmente gobierna? ¿Por crear campañas para evitar que más jóvenes los envuelvan las drogas? ¿Por evidenciar que todos los megaproyectos de este gobierno tienen como objetivo favorecer a empresarios y trasnacionales y no a los más pobres como pretenden hacer creer? ¿Perdón porque no permitimos que la cultura, los usos y costumbres de los pueblos originarios y de comunidades indígenas las conviertan en productos mercantiles?

¿Por difundir las trampas legales que usan para despojar de sus tierras a quienes por derecho legítimo cuidan y defienden el medio ambiente? ¿Por no callar cuando matan o encarcelan a activistas y defensores de la tierra? ¿Por defender los recursos naturales y darle más importancia al agua, a los bosques, a las selvas, al mar y no a los caprichos presidenciales? ¿Por señalar que la escasez de agua se debe en gran parte a que los ríos, cascadas, lagunas y depósitos naturales de agua son desviados a fábricas y empresas extranjeras y que la regresan contaminadas haciendo un daño irreversible a la tierra y a sus habitantes?

¿Perdón por seguir estudiando e investigando sin que a veces no sea en una escuela o universidad? ¿Por aprender a usar la tecnología y usarla para difundir lo que quieren callar? ¿Por saber su intención de controlarlos digitalmente y no permitirlo? ¿Por crear redes de apoyo con más personas que como nosotros no esperamos nada de los gobiernos sedientos de poder? ¿Por tener acciones inmediatas ante cualquier represión que tengan algún grupo, colectivo o compañero? ¿Por qué aprendimos a utilizar las mismas armas jurídicas que usan para fabricarnos delitos y encarcelarnos para que no sigamos siendo los detractores y críticos de su mal gobierno?

¿Pedir perdón por acompañar y dar difusión a la búsqueda incansable de los familiares de desaparecidos y a las madres buscadoras de sus hijos? ¿Por afirmar que este gobierno ha permitido que todo el territorio nacional se haya convertido en la fosa común más grande del mundo? ¿Por dedicarnos a investigar donde están y quienes fueron los que los mataron? ¿Por llevar un registro de desaparecidos a nivel nacional y que no concuerdan con los datos oficiales de presidencia? ¿Por alertar a nivel nacional e internacional que nos siguen matando ante la indiferencia del estado?

¿Pedir perdón por seguir ejerciendo el trabajo sexual de forma consiente y por ser muchas veces la única opción para generar recursos económicos? ¿Por no permitir que quieran gobernar nuestros cuerpos, nuestra sexualidad y no dejar que decidan por nosotras en que trabajar? ¿Por cambiar el concepto de prostitución para quienes por dinero venden ideales y traicionan a quienes dicen defender? ¿Por denunciar que el estado sigue siendo el proxeneta mayor del país? ¿Por no cambiar el rumbo de la lucha y no centrarnos en mendigar “apoyos” económicos del gobierno a cambio del silencio y la conformidad? ¿Por no aceptar el término “empoderadas” porque solo busca fingir un reconocimiento a quienes todavía desprecia y que solo quiere utilizar para fines electorales?

¿Pedir perdón por exigir acceso universal a la salud porque no hay medicinas ni mucho menos atención médica integral? ¿Por contabilizar a los muertos de VIH – SIDA? ¿Por recordarles a los miles de muertos por la pandemia del COVID 19 porque no supieron manejar, esto porque no tenían la mínima idea de cómo implementar mecanismos de contención inmediata para evitar que se propagara este virus? ¿Por qué denunciamos que los más pobres no tuvieron la oportunidad de ser vacunados al menos una vez para inmunizarlos contra el virus?

Vergüenza que todavía quieran que pidamos perdón a ustedes que han destrozado el país, a ustedes que siguen matando, encarcelando y desapareciendo personas por no estar en el fanatismo guinda. Vergüenza que sigan militarizando el país cuando sabemos que el brazo represor de cualquier gobierno es el ejército, los verdugos que torturan y asesinan bajo órdenes del estado.

Vergüenza que mientras ustedes pelean por el poder malgastando millones de pesos en campañas electorales que son una simulación y donde lo único que saben hacer es mentir y hacer promesas vanas a costa de la miseria de millones de pobres que existen en el país y que desafortunadamente todavía creen en ustedes por sus discursos mesiánicos.

¿Pedir perdón por no callar? ¿Pedir perdón por ser insurrectos? ¿Pedir perdón porque no sabemos obedecerlos ni arrodillarnos a sus pies? ¿Pedir perdón por ser congruentes, dignos y rebeldes? ¿Pedir perdón porque a pesar de todo, seguimos resistiendo y existiendo a pesare de ustedes? ¿Pedir perdón por no pedir perdón? ¡Jamás!

Krizna Aven

Desde los 18 años empecé a ejercer el trabajo sexual, y gracias a esto comencé a ser promotora de salud y defensora de derechos humanos de las compañeras trabajadoras sexuales. Desde el 2006 soy adherente a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona propuesta por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional  (EZLN). Debido a la constante represión contra el sector al que pertenezco nos vimos en la necesidad de ser activistas y desde hace más de 15 años periodistas. Para mí es fundamental contar las historias directamente del o de los protagonistas, ser un puente que sirva para dar a conocer historias y denuncias que difícilmente son tomadas en cuenta. El compromiso de escribir sigue latente en mí.

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