Movimiento No Tav Valle de Susa, Italia

No Tav

Tav = Mafia

Cualquiera que haya atravesado Valsusa al menos una vez no habrá podido dejar de notar el gran lema blanco que destaca en la cresta de Musinè, una de nuestras montañas. El texto dice TAV = MAFIA y expresa la conciencia del movimiento No Tav respecto a la colusión de intereses de los partidarios de la gran obra con intereses de tipo mafioso.

En este mes de abril tuvimos una nueva confirmación de ello cuando las noticias locales y nacionales sacaron a la palestra una reciente investigación de la justicia piamontesa en la que se señalaba una mayor participación de la ‘Ndrangheta en los trabajos preparatorios para la construcción de la línea de alta velocidad. Se demostró el Torino – Lyon.

Esta investigación es, por orden cronológico, sólo la última de las operaciones de las direcciones antimafia de distrito y del ROS (Grupo Operativo Especial) que han sacado a la luz este arraigado mecanismo de colusión entre el sistema político local, los partidos, las empresas directivos y bandas mafiosas que operan, de forma irregular, en todo el territorio nacional.

Hasta la fecha, la única respuesta que ha dado el mundo político-institucional a tan probadas y sistémicas connivencias ha sido, paradójicamente, la decisión del Ministerio del Interior, en febrero de 2023, de querer cerrar la guarnición territorial colocada con fines preventivos. Control de las infiltraciones mafiosas en las obras de la línea TAV Turín Lyon. A pesar de la presencia demostrada del inframundo en las obras del TAV, todavía hay quienes miran la NLTL (Nueva Línea Turín-Lyon) como un simulacro al que se unen los ecosistemas, el dinero público, los acuíferos, los bienes comunes y las viviendas de quienes, Después de una vida de sacrificios, se alcanzaron los primeros actos de expropiación.

Las investigaciones y las condenas son sólo una prueba del pantano en el que el sistema TAV y, más en general, el sistema de las grandes obras en Italia, han decidido entrar para transformarlo en su hábitat. Tememos que de este pantano sólo salgan a la superficie aquellos que han cometido errores, descuidos o que, simplemente, representan a esos sinvergüenzas que pueden ser sacrificados, quizás en nombre de nuevas estructuras electorales.

No son los resultados judiciales de las numerosas investigaciones los que cambiarán las cosas, el movimiento No Tav lo sabe bien. La gran obra inútil representa claramente el modelo de desarrollo que hace de Italia un ejemplo de atraso, despilfarro de dinero público, de dependencia de los países europeos que dictan de manera más incisiva la dirección a seguir. Precisamente contra este modelo de desarrollo ecocida el valle que resiste ha optado por enviar una señal importante durante las jornadas de movilización con motivo del G7 Medio Ambiente, Clima y Energía que se celebró la última semana de este mes en Venaria, un municipio cercano a la ciudad de Turín. El futuro que perfilan las grandes potencias mundiales reunidas en esta cumbre no se corresponde en absoluto con la imaginación, las necesidades y las peticiones que el movimiento No Tav ha puesto en el centro del debate público a nivel nacional durante décadas.

El gobierno actual no hace más que alimentar la propaganda sobre las grandes obras, desde el TAV hasta el puente sobre el Estrecho de Mesina, tan deseada por el Ministro de Infraestructuras, Matteo Salvini, señalándolas como una necesidad compartida. Para todos está claro que esta necesidad es exclusivamente de gobiernos y partidos que ven en el modelo TAV la posibilidad de hacer negocios y mantener vivo un sistema que garantice ganancias a costa de los territorios. El G7 Medio Ambiente y Energía representa exactamente estas características: el Ministro de Medio Ambiente y Seguridad Energética habla una y otra vez de la energía nuclear como una alternativa limpia a los combustibles fósiles, sin siquiera preocuparse por el hecho de que su propuesta sea inadmisible. En Italia, sobre todo en Piamonte, aún no se ha encontrado el lugar adecuado para almacenar los residuos del Depósito Único Nuclear y a nivel institucional se habla de querer centrarse en la energía nuclear de cuarta generación. En el «Bel Paese» el dinero del PNRR (Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia) que debería utilizarse para asegurar los territorios, para el mantenimiento ordinario de todo lo que concierne a su buena gestión, se utiliza para las obras más ridículas con falso disfraz ecológico, impuestas desde arriba sin discusión alguna con la población local, sin responder a ninguna necesidad sino contribuyendo a destruir aquellas pocas áreas en las que queda un ecosistema natural por preservar y proteger.

Así lo demuestran las decenas y decenas de comités territoriales espontáneos que surgen en nuestras zonas, desde los valles hasta las ciudades, que, algunos desde hace años y otros recientemente, vienen tomando medidas para cuidar los territorios en los que vivimos. Mientras tanto, las tierras agrícolas, recientemente puestas en escena por las protestas de los tractores, se están utilizando para enormes campos agrivoltaicos, con vistas a una falsa transición ecológica que hace de las energías renovables la única solución tecnológica para mantener el mismo sistema de producción, sin prestar atención a garantizar la biodiversidad, la posibilidad de cultivar la tierra de forma sostenible tanto económica como ecológicamente, pero concibiéndola únicamente como un recurso para ser consumido. Es el emblema del choque entre un modelo de desarrollo que quiere definirse en sintonía con las necesidades del progreso pero que en realidad sólo pretende preservar los intereses habituales, y un modelo que surge desde abajo y se alimenta de peticiones reales con la objetivo de cuidar y defender lo que aún es posible proteger de la devastación ambiental. Una paradoja ante la conciencia de que el cambio climático y el actual modelo productivo son dos aspectos completamente vinculados y a los que los famosos ministros y jefes de Estado no prestan atención, de hecho está claro que no tienen ninguna intención de intervenir. Se anuncia la cara de un desastre.

Este G7 también fue en nombre de la guerra, como lo demuestra la intención de seguir financiando la industria bélica y apoyando al Estado de Israel, convirtiendo a nuestro país en cómplice de un genocidio.

El movimiento No Tav siempre ha tenido la prerrogativa de forjar relaciones con todos los pueblos oprimidos, con todas las luchas que se reconocen en el objetivo común de una sociedad más justa y sostenible y esta era la oportunidad para reiterarlo en voz alta. Hemos atravesado estos intensos días de movilización en el valle de nuestros territorios, en la ciudad para hacer oír también nuestra voz junto al pueblo palestino, y con la convicción de que dondequiera que luchemos, ahí es donde debemos estar.

Dejar una Respuesta

Otras columnas