Soberanía o dominación. Riesgos de la Militarización de Estados Unidos en América Latina. Siglo XXI
Analistas alertan sobre los impactos de la creciente presencia militar estadounidense en América Latina y la alineación complaciente de varios gobiernos, poniendo en riesgo la paz, la justicia social y la sostenibilidad ambiental en la región. Hacen un llamado a los pueblos a fortalecer la soberanía, el poder comunitario territorial y la construcción de una red de planes de vida continental.
Durante el reciente Foro Internacional «Militarización o Paz: Perspectivas para Nuestra América», celebrado en Medellín, más de 20 expertos de toda América Latina abordaron las implicaciones de esta militarización creciente en el mundo y en la región.
Entre los participantes destacados figuraron Marco Castillo (EEUU), Raúl Zibechi (Uruguay), David Barrios (México) Lourdes Beltrán (México), Gabriel Aguirre (Venezuela) Johnatan Quirós (Cuba), Ornela Uberti (Ecuador), Alicia Cabezudo (Argentina) entre otros. quienes contribuyeron a un análisis de la militarización como un mecanismo de control que impacta tanto a la democracia como al medio ambiente y los derechos de los pueblos. Organizaciones como REDHER, la Red Interuniversitaria por la Paz (REDIPAZ), Universidades locales como el ITM, UNAULA, USB, colaboraron para hacer realidad este foro.
A continuación, algunos de sus debates y aportes.
Militarización y nuevo orden multipolar.
David Barrio de la UNAM presentó cómo la doctrina militar de Estados Unidos en el siglo XXI ha evolucionado para abordar tanto las amenazas tradicionales como emergentes en un contexto global multipolar, enfocado principalmente en la competencia estratégica con potencias como China y Rusia.
Este enfoque incorpora un sistema de «disuasión integrada», que no solo implica el uso de la fuerza militar sino también de alianzas estratégicas, medidas diplomáticas y sanciones económicas para contener y disuadir adversarios en varias regiones.
Además, el concepto de “operaciones en múltiples dominios” permite a las fuerzas estadounidenses dominar simultáneamente en tierra, mar, aire, ciberespacio y el espacio ultraterrestre, aprovechando tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial y los sistemas hipersónicos para hacer frente a escenarios de alta velocidad.
La doctrina enfatiza la importancia de la guerra de información y cibernética, elementos clave de la llamada «guerra híbrida», que utiliza herramientas digitales para influir en la opinión pública y desactivar infraestructuras críticas de adversarios.
Las alianzas globales, como la OTAN, y las asociaciones regionales son esenciales en el marco de la llamada “interoperabilidad”, permitiendo así que EE. UU. fortalezca su presencia mediante ejércitos de países aliados, formados a la medida y financiados con recursos públicos de dichos países.
Este enfoque se complementa con inversiones en innovación tecnológica, asegurando una ventaja competitiva mediante desarrollos en robótica, biotecnología y sistemas de respuesta en tiempo real.
América Latina así, en estos últimos años se ve cada vez más empujada y/o presionada para alinearse con la agenda militar de EE. UU., no solo como aliado estratégico sino también como territorio para el despliegue de operaciones de contención.
Programas de entrenamiento militar en la que países latinoamericanos participan de manera activa, es el caso del RIMPAC (2024), “Southern Seas 2024” en aguas del Pacífico, así como la inclusión de Ecuador y Colombia en el Polígono de seguridad de EEUU en Asía Pacífico, acuerdos con el Comando Sur de EE. UU. que se aceleran en Ecuador, Perú, Chile, Argentina, así lo reafirman.
La militarización en todas sus formas.
La militarización ya no se limita a la presencia militar directa, sino que ha evolucionado hacia una «guerra híbrida», que incluye apoyo a fuerzas paramilitares y al crimen transnacional para controlar territorios, así como una refinada “caja de herramientas jurídico mediáticas” para desestabilizar países y alinearlos a sus intereses.
Golpes de Estado en Bolivia y Perú, el caos inducido en Haití, la negación de resultados electorales en Bolivia y Venezuela, el inhumano e ilegal bloque económico que busca asfixiar sociedades como el caso de Cuba, Venezuela y Nicaragua, son apenas unos ejemplos.
Este enfoque ha sido descrito como una «diplomacia del caos» que busca mantener el control sobre gobiernos y pueblos que desafían sus intereses.
El informe Ríos de hierro, presentado por Marco Castillo (Global Exchange) documentó el flujo de armas desde EE. UU. hacia América Latina, una práctica que alimenta el crimen transnacional en áreas estratégicas.
Estas armas, adquiridas legalmente por las fuerzas de seguridad, terminan en manos de organizaciones criminales internacionales. La falta de regulación permite que el comercio ilegal prospere, incrementando la inseguridad y alentando a los gobiernos a depender del gasto militar y de la compra de equipo y entrenamiento de EE. UU, una encrucijada que solo beneficia al país del norte. (Global Exchange, 2024).
Los Estados han transitado hacia formas subordinadas y a la medida de los intereses extranjeros y corporativos, Colombia un ejemplo puntual. La evolución de una política de seguridad contrainsurgente impuesta por EEUU devino en un Estado también contra insurgente, leyes, instituciones, formas de relacionarse que, niega la diversidad, concentra poder y criminaliza, invisibiliza o elimina a sectores populares (Tribunal Permanente de los Pueblos, 2021).
Un cambio impulsado por la doctrina del «enemigo interno» de EE. UU. y reforzado en las últimas décadas por el Plan Colombia y Plan Patriota y cuyo fondo es la Doctrina Monroe. Este legado se ha consolidado especialmente bajo los gobiernos de Uribe Vélez, Santos, Duque y, en algunos aspectos, continúa en la administración de Gustavo Petro. Un modelo que hoy, se exporta.
El paramilitarismo y sus nuevas formas de expansión y copamiento territorial (urbano-rural) como en el caso de Colombia con las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y otros grupos emergentes, igual el rol de la Mafias-carterles en México quienes también cumplen funciones de control territorial y gobernanza criminal.
Raúl Zibechi advierte en este sentido del papel del crimen organizado y transnacional que hoy tienen una función de panóptico en tanto ejercen un control efectivo en los barrios y comunas, conteniendo siempre toda capacidad organizativa, generando presiones, amenazas, todo un ejercicio de gobernanza criminal de manera abierta y efectiva.
Este nuevo escenario deja por fuera la aplicación y respeto por el ordenamiento jurídico internacional o la llamada gobernanza global, el Derechos Inernacional Humanitario, los derechos humanos, derechos de los pueblos, instituciones como la ONU incluso dejan ver su inoperancia.
Cambio climático, transición energética y militarización.
Advierten los expertos que, la militarización no es solo una estrategia de seguridad, sino que también está vinculada con la crisis climática y la explotación de recursos naturales.
Y es que, la industria militar es reconocida por su considerable huella de carbono. El Departamento de Defensa de EE. UU., uno de los mayores emisores de carbono del mundo, emitió 58.4 millones de toneladas de CO2 en 2017, una cifra mayor que las emisiones de algunos países europeos (Hendricks, 2019; Cachola, 2021).
Por su parte, el Banco Mundial advierte que la transición hacia tecnologías limpias exige un notable incremento en la producción de minerales como litio, cobalto y grafito, cuyo consumo podría aumentar hasta en un 500 % para 2050(Hund et al., 2023). La extracción de estos minerales genera ya, tensiones ambientales y pone en riesgo los territorios de comunidades indígenas, negras y campesinas
La militarización en “todas sus formas” se ha convertido en un complejo instrumento de control al servicio de intereses económicos y corporativos que se acelera en medio del surgimiento de un nuevo orden mundial multipolar, perpetuando un círculo vicioso en el que el cambio climático y la explotación de recursos se alimentan mutuamente acelerando el colapso de la civilización occidental.
¿Qué hacer?
Esta realidad compleja exige que los gobiernos de América Latina reconsideren los acuerdos militares que subordinan sus políticas a intereses externos y que históricamente han traído tragedias, caos, muerte, dolor.
Las relaciones con el Comando Sur y aún más complejo con la OTAN no deberían ser, y en su lugar, impulsar políticas de seguridad basadas en el Buen Vivir, priorizando el bienestar de los ecosistemas y los derechos de las comunidades, la autonomía y la ya mancillada soberanía.
Eliminar toda forma de “diplomacia del caos” que incluye los ilegales bloqueos, establecer relaciones fraternas fortaleciendo la región como un bloque compacto, una sentida necesidad ante un nuevo orden multipolar global.
La Paz Regional es central, hacer realidad y coherente la declaración firmada por la CELAC hacer de nuestra América una Región de Paz.
Las universidades y centros educativos también juegan un rol crucial en el desarrollo de un conocimiento que fomente sujetos conscientes y actuantes frente a estas realidades, que apuesten por una paz participativa, activa, transformadora y por la justicia social, ambiental y territorial. Para ello es imperativo superar la lógica neoliberal que atrapó a las universidades al servicio de las corporaciones y de un estado capturado (Espinosa, N & Insuasty, A, 2021).
Sin duda alguna lo más importante es fortalecer el poder popular, comunitario, colectivo, territorial. Propiciar encuentros, intercambios, espacios de conversa sobre estos temas para la toma de decisiones, movilizar acciones tejidas en nuestra américa, los gobiernos no harán los cambios de fondo, suelen decepcionarnos cada vez más, es imperativo construir incluso una mirada común popular, étnica, campesina de seguridad, fraternidad y paz, desde los pueblos. Una red de planes de vida comunitarios para la defensa de nuestro territorio continental.
En definitiva, el futuro digno y sostenible de América Latina dependerá de la capacidad de los pueblos para resistir frente a la injerencia externa y las políticas de militarización.
La tradición de lucha y resistencia en la región, expresión del poder popular, sigue siendo un faro de esperanza para la construcción de un modelo más justo y en armonía con la madre tierra.
–LEER DECLARACIÓN FINAL DEL FORO INTERNACIONAL: https://acortar.link/8Cfn6J
–VER ENTREVISTA A DAVID BARRIOS UNAM MÉXICO: https://youtu.be/tSy31dF6M8g
*Docente investigador Universidad de San Buenaventura Medellín, docente de cátedra Maestría en Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación (ITM) parte de REDIPAZ e integrantes grupo autónomo www.kavilando.org
Referencias bibliográficas.
Banco Mundial. (2020). Minerals for Climate Action: The Mineral Intensity of the Clean Energy Transition. Washington, DC: The World Bank.
Cachola, C. (9 de noviembre de 2021). Cómo los ejércitos del mundo ocultan sus enormes emisiones de carbono. Obtenido de theconversation.com: https://theconversation.com/how-the-worlds-militaries-hide-their-huge-carbon-emissions-171466
Castillo, M. (2021). Estrategias de control territorial y militarización en América Latina. Global Exchange.
Espinosa Menéndez, N. ., & Insuasty Rodríguez, A. (2021). ¿Universidad para quién? la expropiación neoliberal del sentido de la Universidad: el caso de las instituciones privadas en Colombia. El Ágora USB, 21(1), 12–32. https://doi.org/10.21500/16578031.5471
Global Exchange. (julio de 2024). El Río de hierro de armas de EEUU a Mëxico. Obtenido de Global Exchange: https://stopusarmstomexico.org/wp-content/uploads/2024/07/Rio-de-hierro-de-armas.pdf
Hendricks, S. (17 de junio de 2019). El ejército de Estados Unidos emite más gases de efecto invernadero que Suecia y Dinamarca. Obtenido de bigthink: https://bigthink.com/the-present/us-military-greenhouse-gasses/
Hund,, K., Arrobas,, D., Fabregas, M., & Thao , P. (25 de 05 de 2023). .Minerals for Climate Action : The Mineral Intensity of the Clean Energy Transition (English). Washington, D.C. : World Bank Group. Obtenido de Banco Mundial: https://documents1.worldbank.org/curated/en/099052423172525564/pdf/P16627806f5aa400508f8c0bdcba0878a3e.pdf
Insuaty Rodríguez, A. (30 de septiembre de 2024). América Latina. ¿En el teatro de operación Asia Pacífico? Obtenido de Kavilando: https://kavilando.org/lineas-kavilando/conflicto-social-y-paz/9993-america-latina-en-el-teatro-de-operacion-asia-pacifico
Golinger, E. (2006). Bush vs Chávez: Washington’s War on Venezuela. Monthly Review Press. Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI). (2022). Análisis anual sobre el gasto militar global. Stockholm International Peace Research Institute.
Vallejo Duque, Yani, Insuasty, R., A. (2021). Juicio histórico contra el Estado colombiano: genocidio político, crímenes contra la paz y la impunidad 2021. En https://kavilando.org/lineas-kavilando/observatorio-k/8368-juicio-historico-contra-el-estado-colombiano-genocidio-politico-crimenes-contra-la-paz-y-la-impunidad-2021
Weisbrot, M., & Sandoval, L. (2020). The Bolivia Coup and the OAS: Why the Electoral Fraud Narrative Is False. Center for Economic and Policy Research.
Zibechi, R. (2017). Descolonizar el poder: Comunidades indígenas y movimientos sociales en América Latina. Editorial Txalaparta.
Grupo Kavilando
Kavilando (http://www.kavilando.org/) es una apuesta colectiva y autónoma que busca aportar a los procesos de transformación social hacia una vida digna, fortaleciendo el empoderamiento de los sujetos y colectivos a través de la investigación, la formación, y la comunicación, con una perspectiva crítica y emancipadora.