Sangre de color tanino
Yo ya había escuchado varias veces hablar de La Gallareta, por Lisandro mi compañero, en uno de esos (tantos) viajes que había hecho andando y andando.
Y allí se habían conocido y hermanado con Camilo, en eso cruces y enlaces. Llegada a Rosario, a unos centenares de kilómetros del histórico pueblo pero en la misma provincia, era mi deseo conocer el mentado poblado. Pandemia de por medio dicho horizonte se alejaba al futuro, pero en su cumpleaños número 116 no solo fuimos a festejar sino también a participar, con cuentos, música y danza. Y el enfrentamiento con la torreta fue ineludible.
Cuando unx llega a la entrada de La Gallareta, se encuentra con una especie de portal de fierros (muy típicos de Santa Fe) con un cartel que sentencia al pueblo como “capital provincial de la amistad” y de ahí una larga carretera asfaltada hacía el monte, hacia el silencio y el calor y los perros maltrechos (¿no nos habríamos equivocado y en realidad estábamos en Macondo?).
Camilo y su compañera Flor, quienes desde hace un tiempo investigan hondamente sobre la historia de su lugar, me contaron que el progreso acecha a este pueblo, y también como en el Macondo de García Márquez sufrieron la impunidad de los de arriba y los derrames de sangre y savia. ¿Savia dije? Claro, porque en La Gallareta no solo han sido víctimas del capitalismo las mujeres, hombres y niñxs, sino también los árboles, principalmente el quebracho colorado, protagonista de esta historia.
Entonces dejemos que sus voces nos cuenten sobre su pueblo y que nos arropen los fantasmas de los bandidos rurales1.
Unx tiene que saber en dónde pisan sus pies
“La primera vez que figura el nombre de LA GALLARETA es en 1906, en un archivo provincial, en un documento público que pide una extensión de una línea telefónica de Las Margaritas a La Gallareta.
La Gallareta está ubicada al norte de la Provincia de Santa Fe, en el depto Vera, a unos 250 km al norte de la capital, Santa Fe. Unos 400 km de Rosario.
Geográficamente te podemos decir que está ubicada adentrándose a lo que le llaman la cuña boscosa, parte de lo que fue en algún momento el Chaco Santafesino.
La particularidad de la cuña era que estaba cubierta por estos montes centenarios, de este árbol tan preciado, el quebracho colorado con una potencialidad tánica muy importante. La más potente era la mimosa en África, que no se explotaba porque no tenían garantías jurídicas para establecer las fábricas. Pero acá, después de la organización del estado-nación al final del siglo XIX, 1870-1880 se empieza a investigar la potencialidad tánica del quebracho colorado cuando ya estaba bastante avanzada la organización nacional. Recordemos que cuando se da la guerra con el Paraguay se apropian del quebracho del Paraguay y le roban mucho territorio. En el norte de Santa Fe, La gallareta es el pueblo más sureño de los cuatro pueblos forestales fundados.
El asentamiento de una bestia
El momento que se asienta La Forestal es un proceso bastante complejo. A fines del siglo XX la provincia de Santa Fe toma un empréstito en la firma MURRIETA Y CIA. Y en los primeros vencimientos no los puede pagar, entonces Murrieta decide ejecutar esa deuda. La provincia había sacado eso para hacer el ferrocarril de las colonias del este y del banco Provincia. El Estado había puesto de garantía 2 millones de hectáreas en la zona y se negocia. Murrieta y cía ejecuta la deuda y se hace de las tierras.
Hay una particularidad en esa transacción, el apoderado de la firma en Argentina es Lucas González y que también era garante de las tierras representando al Estado. Simulan una venta… origen fraudulento de la venta de las tierras y la deuda. Murrieta empieza a vender las tierras e inmediatamente se duplican y triplican los valores de aquella deuda. Las tierras eran de una firma y la fábrica era de otra firma, así es el origen de La Gallareta, enmarcado en esa deuda, venta fraudulenta y las compañías que con el correr de los años se transformaría en LA FORESTAL.
Anteriormente a la finalización de la Primera Guerra muchas tierras estaban en manos de capitales alemanas y francesas que habían comenzado con algunas fábricas y aserraderos, pero cuando estalla la Primera Guerra Mundial, el mercado el que absorbe todo son los capitales de origen inglés.
Originariamente eran dos compañías: Murrieta y Portalis, que con el correr de los años se va transformando en la Compañía de Tierras y Maderas de LA FORESTAL, eso 1915 y 1916, pero se termina de configurar después de la Segunda Guerra y de las grandes huelgas.
Hay dos procesos paralelos y enfrentados que es esa conformación del capitalismo financiero del principio del siglo XX y el desarrollo de la clase obrera. Estas tierras eran habitadas por indígenas abipones y mocovíes, que con las campañas militares los van corriendo con las líneas de fortines, y esto queda deshabitado y quedan esas tierras que luego son dueños privados y que tienen que traer manos de obra. Así empieza a configurarse aquí en el norte santafesino la lucha obrera”.
Trabajando duramente trabajando
“Hay que distinguir las condiciones de trabajo en la fábrica y en el monte. Eran trabajos casi esclavos, en el pueblo, los obreros de la fábrica vivían en ranchos con precarias condiciones de salud, alimentación e inexistencia de verdaderos servicios públicos en condiciones muy pobres y falta de higiene”, registrados por el anarquista Luis Lotito2, quien hizo un relevamiento en la zona. Con baños sin agua, con todo tipo de alimañas. Trabajaban los niños y las mujeres, 12 horas y en condiciones deplorables. Muchos venían corridos por el hambre traídos desde Paraguay, Corrientes, Santiago del Estero. Y así se fue conformando La Gallareta. En cambio, los jerárquicos gozaban de otras condiciones.
Así describía Luis Lotito lo que vió en La Gallareta: “Las habitaciones construidas para albergar a los obreros de la fábrica de tanino son bastante malas y su aspecto desagradable. (…) Su construcción es de empalizadas de troncos revestidas de barro y paja. Techo de zinc o paja, muy bajo, siendo causa de toda clase de molestias. En verano, las chapas de zinc se calientan, convirtiendo la habitación en un horno (…) Los muros, llenos de grietas, no abrigan contra el frío, ni el viento. Son covachas insanas, sin piso ni aberturas para la luz”.
Ahí tenemos que separar a los que trabajaban en el monte: hacheros, boyeros, labradores, leñadores, carreros, guincheros, vivían aún en peores condiciones, de sol a sol, soportando todo tipo de bichos del monte, víboras, mosquitos, animales salvajes. Pero La Forestal se lavaba las manos, dando hectáreas a contratistas y que ellos se responsabilizaran de sus trabajadores. El trabajo era desbastar esos bosques, hacha contra corteza, hasta el fin de la jornada.
Como estaban a cargo de los contratistas, la empresa Forestal no tenía responsabilidad sobre ellos. Hasta que se conforman los sindicatos que aúnan a los obreros del pueblo con los del monte. Venían los hacheros en los trenes para las comisiones de fomento para mejorar las condiciones de vida e ir conformando el sindicato.
Hacia diciembre de 1919 se hacen huelgas en el pueblo y en el monte. Es la primera huelga general en territorio de La Forestal, planificada y coordinada con gran anticipación.
¿Te preguntarás como aparecen los anarquistas en La Forestal? (una siempre pregunta por lxs anarquistas). Pues eran expulsados de Europa por sus ideales. Y de algunas organizaciones como la FORA3, como eran mano de obra calificada les consiguen trabajo aquí. Aparece entonces un factor nuevo, una clase obrera empezando a organizarse y aparece también el elemento revolucionario. No solamente tenían la organización para que mejoren las condiciones de trabajo sino también luchar por una revolución. En La Forestal antes de 1921 la situación era una y luego de 1921 otra.”
Tanino, economía y otras hierbas
“El proceso de obtención del tanino comenzaba con los hacheros talando los quebrachos colorados que eran transformados en rollizos, sacándoles todas las ramas y quedando sin corteza. En carros se llevaban a los obrajes, y el ferrocarril lo llevaba hasta la fábrica (La Forestal poseía ramal propio) y allí comenzaba la molienda, hecho aserrín y por un sistema de difusión y cocinado con lo que quedaba del quebracho en polvo convertido en cristal se extraía el tanino con lo que curtían los cueros.
La economía de los pueblos pasaba totalmente por La Forestal. Era la dueña de la casa, de las calles, de los almacenes. No respondían al gobierno nacional, no había elecciones, todo se organizaba y se pasaba por La Forestal; lo que se comía, lo que se vestía, todo, dónde se bailaba. Al principio se pagaba con bonos, luego hubo libretas para el fiado, hasta que desarrollan su moneda propia de metal. Pagaban el sueldo y los trabajadores sacaban de antemano fiado todo: la vestimenta, la carne, la bebida.
Esto hizo que mucha gente que iba a trabajar una temporada quedara, “atrapada” como si de un campo de concentración se tratase, pues al endeudarse, ya no podían salir.”
El que manda y los de abajo
El poder máximo dentro de un pueblo forestal lo tenía el gerente, que vivía cerca del establecimiento industrial, como la del ingeniero y el químico. El gerente decidía todo, los sueldos, sobre la escuela, sobre toda la población. En los pueblos, los empleados4 jerárquicos tenían más status que los obreros, y vivían cerca de la del gerente y tenían reservados cada uno sus lugares (hasta en los clubes sociales y de futbol). Había muchos lugares donde los obreros no podían ingresar. Los empleados eran como una mini-oligarquía…
No existía la casa propia, los obreros estaban distribuidos a lo lejos, en ranchos de materiales precarios; por ejemplo estaban las casas de los solteros en una zona llamada “la soltería”. Si había algún militante, le quemaban la casa, lo subían al tren y lo dejaban fuera de la zona de La Forestal. También sucedía con los enfermos, que se generaban por las malas condiciones de vida y el polvo de los vapores que despedían en la producción del tanino.
No había comuna y todo dependía de la “sección pueblo” una especie de subcontratación de una empresa que limpiaba las oficinas. Se ocupaban de las calles, de arreglar algún rancho, y hasta de los cajones de muertos. Era como un Estado dentro de otro Estado.
Si consideramos este escenario, podemos imaginar que tantas injusticias iban sembrando un espíritu de lucha, avances y retrocesos que explotarían de un día para otro.”
El relato hace una pausa para respirar, y como después de cada exhalación le prosigue una inhalación, continúa…
(finalizando así la primer parte).
1 Los bandidos rurales en estas latitudes eran especies de “Robin Hood”, generalmente de ideas anarquistas; robaban a las grandes empresas que expoliaban estas tierras y el fruto de estos atracos, generalmente volvían al pueblo. Siempre perseguidos por el poder de turno, pero protegidos por los de abajo. En la zona de La Forestal el más conocido es “Mate Cocido.”
Para saber más sobre ellos te recomendamos que escuches:
2 Era un hombre del sindicalismo revolucionario, delegado de la FORA IX, quien visitó los poblados de La Forestal y plasmó todo cuanto vio en extensos informes, llenos de análisis, anécdotas y detalladas descripciones de los paisajes sociales y de la organización sindical en aquella región, que fueron publicados en el periódico La Organización Obrera
3 Federación Obrera Regional Argentina, una organización principalmente anarquista sindical.
4 Empleados nos referimos a todo el personal puesto por La Forestal, recordemos que los obreros del monte y de la fábrica eran cuestión de los contratistas.
Red de Solidaridad con Chiapas de Rosario-Argentina
Intentamos compartir con los zapatistas ese camino de dignidad y esperanza, a través de las Brigadas Civiles de Observación, testimoniando las violaciones a sus derechos y difundiendo su lucha desde nuestros territorios. Buscamos una nueva forma de hacer política y caminos de encuentro.
Imagen: Mural a cargo de China del Río, Rosario 2019