Imagin-acción

Sandra Petrovich

Saltó la térmica en la sociedad uruguaya

Subiendo escalando

desafiando

inscribiendo en la superficie porosa de los edificios

símbolos de difícil comprensión

La piel de la ciudad habla al igual que sus calles

¿Vandalismo – ArteɁ

“Propiedad privada invadida”, dicen algunos

¡Salta la térmica de la sociedad uruguaya!

En los primeros días de abril del presente año 2024, aparecieron algunos edificios en la ciudad de Montevideo grafiteados hasta 6 y 9 pisos. Este hecho hizo saltar la térmica en la sociedad uruguaya acerca de la invasión a la propiedad privada y en el medio cultural se pone en discusión si el graffiti es arte o no lo es. Esto nos motivó para hacer una nota en donde intentamos poner el foco en otro lugar como forma de suscitar el hecho de pensar y desentrañar algunos aspectos de una sociedad que hace agua por todos lados.

Interesante cómo se instala el debate sobre la propiedad privada, en una ciudad casi enteramente tapizada de grafitis como Montevideo. Hay todos los estilos y colores, murales, pintadas, tags, publicidad, propaganda política, convocatorias. Pero en este caso los medios hacen foco por el performático hecho de haber escalado seis o nueve pisos, haber visitado los balcones del edificio y haber dejado la marca de alguna tribu urbana. Los calificativos van desde vándalos hasta delincuentes. Los vecinos presentan denuncias y se quejan porqué deberán pagar abultada suma de dinero para limpiar los muros.

El graffiti es uno de los tantos modos de marcar, dejar huella de una existencia, de la pertenencia a otros, grupos, bandas o tribus urbanas.

¿Graffiti invasivo?, no más que la publicidad que se filtra en nuestras vidas sin pedir permiso y que llevamos todos adherida a nuestras ropas de forma gratuita o que se exhibe en las alturas de los edificios, desfigurando violentamente ciudades ya invadidas por la polución de emisión de gases provenientes entre otros, de la circulación automovilística, polución sonora, desechos, producto de una sociedad híper consumista. Estos son fenómenos producidos por la sociedad capitalista, en donde a mayor acumulación de mercancías y de capital mayor desecho, mayor pobreza, mayor marginalidad, mayor violencia. ¿Entonces, quien invade a quién? Causa y consecuencia no nos deberían sorprender. ¿Quienes destruyen, quienes fabrican frustraciones, quienes devalúan la vida en post de la apropiación por despojo? Aquí no nos vamos a ocupar de algunos ladrillos pintados, sino de la vida misma.

¿El graffiti atenta contra la vida? Nos preguntamos qué valores la sociedad les trasmite a los jóvenes con sus guerras genocidas, la valorización a través del dinero, ”tanto teneés, tantos vales”, el culto de objetos del sistema económico capitalista como: el automóvil, la moda, las cirugías, los viajes en cruceros, la alta gastronomía, los smartphones.

Las sociedades se han vuelto complejas y es dentro de esa complejidad que debemos ver el fenómeno del graffiti, como la expresión de una cultura, nos guste o no.

No vemos a la sociedad uruguaya erizarse tanto contra la pobreza, producto de la excesiva riqueza de una minoría, como por algunos pedazos de muros pintados. Lamentablemente estamos ante una sociedad en donde han ganado la indiferencia, el individualismo, el materialismo, la ignorancia. Arriesgamos decir que la ignorancia erigida en verdad ha vencido a la inteligencia, la sabiduría, la empatía, la razón.

La barbarie nos es para mañana, es hoy, estamos inmersos en ella.

A medida que avanzamos en nuestras reflexiones, volvemos a preguntar:

¿Cómo vemos al graffiti de los dos edificios que tanto han dado que hablar en las últimas semanas?

¿Cómo vemos a la invasiva cartelería electoral en ciudades, carreteras e inclusive el campo?

¿Qué pensamos de la invasión de la publicidad en nuestras vidas privadas, que es otra cosa que la invasión a la propiedad privada?

Una consideración en estos temas a tener en cuenta es el rol que cumplen los grandes medios de prensa. Hablan por hablar sin conocimiento ni espíritu investigativo, hacen ruido y estigmatizan. De ese modo crean una opinión pública que en general condena el disenso en la sociedad.

Por eso nada puede ser considerado fuera de su contexto.

Algunas referencias históricas sobre el Graffiti

La Real Academia de la lengua española lo define como firma o texto público normalmente no autorizado. Pero resulta que el graffiti existe antes de la palabra que nos remonta a los trazos del homo sapiens de las cavernas.

El artista BLEK LE RAT dejó el primer esténcil en el mundo, pero es en Filadelfia en los años 60 cuando un joven, DARRYL MCCRAY firmó, todos los lugares posibles en Filadelfia con el TAG CORN BREAD, su apodo. El fenómeno se extendió luego a Nueva York llenándose con la firma de TAKI 183, joven de origen griego, LLAMADO DIMITRAKI. Es en los años 70-71 que habría una verdadera explosión del movimiento grafitero encontrando así un modo de expresión identitario. Estos grafiteros se llaman así mismos WRITERS. A partir de los 70 el graffiti se torna más complejo dando lugar a nuevos estilos tales como: el DOUBBLE, PHASE 2, O EL WIDSTYLE. En los 80 surge la cultura del HIP HOP, comprendiendo en sus modos de expresión, TEXTO, DANZA Y MÚSICA. Surgen algunas galerías de arte interesadas y algunos grafiteros son pagos por su arte. Así el GRAFFITI pasa a formar parte de la cultura urbana, que es más abarcativa aún. En ella se destacan artistas como JEAN MKICHELO BASQUIAT, KEITH HARING, entre otros como CRUSH, DONDI, FUTURA LADY PINK, COPE 20, o RISK y GEN. Existen abundantes análisis e investigaciones sociológicas sobre los espacios urbanos y el GRAFFITI, estos solo se refieren al ambiente físico y las características de corte simbólico, pero esto requiere igualmente observar los comportamientos y las acciones que dichos espacios promueven o censuran, incluyendo los aspectos emocionales y de percepción.

HENRI LEFEBVRE filósofo francés, consideraba el espacio como el cruce de distintos planos de la realidad social: Espacio percibido

Espacio concebido

Espacio vivido

De la comunicación entre estos tres planos pueden surgir nuevos territorios y experiencias clandestinas, sublevaciones y alternativas.

Todo depende de las lecturas acertadas que se puedan hacer, de las correlaciones sociales de clase y de una consciencia de qué es lo que está en juego en el espacio urbano. Mientras en la sociedad del consenso subyace la idea de uniformidad y orden, la idea es la seguridad; tenemos entonces que los espacios urbanos son espacios en disputa. Digamos por otra parte que la apropiación de los espacios urbanos no son necesariamente prácticas criminales sin sentido, al contrario, pueden ser considerados como actos de desobediencia civil, transgresión o protesta. Estas son algunas razones que nos invitan a considerar el fenómeno del GRAFFITI como un fenómeno urbano en su totalidad.

Por otro lado, al pronosticar lo “urbano generalizado”, Lefebvre anunciaba las condiciones dominantes de producción del espacio urbano, las cuales estaban vinculadas al modelo de acumulación capitalista. Así, señalaba que el espacio urbano era el resultado de la interacción asimétrica (en términos de relaciones de poder) del espacio concebido, practicado e imaginado.

Recordemos a PLEF

En febrero de 2019 fue asesinado en el barrio de Punta Gorda en Montevideo, el artista callejero Felipe Cabral, conocido como PLEF. Este crimen de neto corte clasista ha quedado hasta el día de hoy impune.

Para cerrar esta nota, regresamos al inicio; hace algunas semanas fue noticia el hecho de que dos edificios de 6to. y 9º. piso aparecieron grafitados. Es entonces que saltó la térmica en la sociedad uruguaya, invasión grafitera, vandalismo, ataque a la propiedad privada. Resulta paradójico que no se utilicen los mismos términos a la hora de hurgar en las causas y consecuencias de un sistema social excluyente y desigual. Hasta ahora solo se habla de más cárceles y represión. Cuando la propiedad privada vale más que la vida, como sociedad estamos perdidos.

* https://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/gt/20200519104921/Derecho-a-la-ciudad.pdf

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