Imagin-acción

Sandra Petrovich

¿Qué pasa en el pequeño país del Abya Yala, Uruguay, con los sindicatos?

Foto portada: 1908, Huelguistas tumban un tranvía durante la huelga ferroviaria en Montevideo. Fuente: Orígenes del movimiento obrero en el Uruguay, Gastón Carlos M. Rama, 2009

Caerse en el mundo

revolcarse en el polvo de la duda

deslizarnos y volver a caer

Caerse en el mundo levantarse

levantarse siempre!

Antes de esbozar el presente que vivimos en el ámbito sindical en Uruguay, citaremos muy puntualmente algunos momentos importantes en la historia del movimiento obrero de las sucesivas organizaciones sindicales en Uruguay, a manera de poder entender algunas derivas del sindicalismo actual.

«En 1865 surge un emprendimiento de organización de los tipógrafos, quienes por la naturaleza propia del trabajo que les tocaba desempeñar se encontraban en permanente contacto con las ideas renovadoras y los acontecimientos internacionales más que cualquier otro sector de trabajadores. Sin embargo en esta primera etapa lo que surgió fue “una sociedad de socorro mutuo…” (1), la cual estaba claramente influenciada por las ideas mutualistas de Proudhon, que para ese entonces se estaban difundiendo en nuestro continente. Pero no es la única de su tipo en esos años, surgirán varias experiencias similares en otros sectores de trabajo. “A las sociedades de socorro mutuo les siguieron pronto -también la creación de- sociedades de resistencia… cuya meta era la defensa de determinados intereses de la clase obrera…” (fuente ;Hemisferio Izquierdo) Pero será en 1870 que se pudo cristalizar el surgimiento del primer sindicato: la Sociedad Tipográfica Montevideana.

En 1905 se funda la Federación Obrera Regional Uruguaya (FORU), de tendencia anarquista, predominan sectores de artesanos y pequeños medios de producción con un carácter urbano.

En 1929 con el golpe conservador del Presidente Terra, el sindicalismo tuvo tres pequeñas «centrales», la FORU, la USU y la CGTU, que no pudieron constituir una fuerte resistencia al régimen dictatorial instalado desde marzo de 1933.

En 1964 queda conformando la Convención Nacional de Trabajadores, la CNT, como organismo permanente de coordinación y de lucha.

En 1983 en plena dictadura, un grupo de sindicatos organizaron el primer acto por el 1º de Mayo, con las banderas de «Libertad, Trabajo, Salario y Amnistía» y nació el Plenario Intersindical de Trabajadores (PIT); en 1984 el 1º de Mayo es la unión simbólica entre el PIT y la CNT, bajo la consigna «un solo movimiento sindical».

Si nos adentráramos en la historia del movimiento sindical en Uruguay veríamos cómo en sus inicios el mismo estuvo impregnado de ideas de justicia social, de la fundación de las sociedades de ayuda mutua; librando siempre una férrea oposición a los desmanes de las patronales, respondiendo con huelgas, manifestaciones y solidaridad. Luego en la medida que el mundo del trabajo fue cambiando también fueron cambiando las reivindicaciones, las plataformas, las características mismas de los trabajadores afiliados a los sindicatos. En la línea de tiempo podemos ver que vamos llegando a estos tiempos modernos y post modernos después de un proceso que dejó atrás muchos principios clasistas del sindicalismo originario, devaluando las reivindicaciones, inclusive la solidaridad internacionalista. Lo que más se ha reforzado es la estructura vertical y patriarcal, se han multiplicado las comisiones de todo tipo, los paros parciales de algunas horas y el apoyo formal para algunas manifestaciones pero sin convocatoria a los afiliados, lo que produce como resultado el aislamiento de ciertos sectores de trabajadores y la entrega de muchos conflictos. En resumidas cuentas se consolida la burocracia sindical y con ello es toda la clase trabajadora la que pierde. Estamos lejos de los sindicatos de principio del siglo pasado que eran además verdaderos centros de cultura, con sus bibliotecas y representaciones teatrales en sus locales. La palabra que más se escucha en la actualidad por parte de los dirigentes es «negociación». Por tanto vivimos tiempos de flexibilización laboral, de emprendedurismo, de las unipersonales, de los diálogos con el mundo empresarial. Todo ello refuerza al gran capital, es decir a una minoría precarizando cada vez más a amplios sectores de trabajadores.

Claro, ya no está más en el imaginario colectivo la idea de una vida por fuera del sistema neoliberal, sino que hoy como dice el filósofo Byung Chul Han, todos nos explotamos a nosotros mismos sometiéndonos voluntariamente a la servidumbre moderna.

Hoy, ahora se concreta lo que podemos nombrar como una traición a los trabajadores por parte de las cúpulas sindicales. Lo que vamos a transcribir relata hechos en un sector de la salud en Uruguay, que ilustra muy bien hasta donde se ha llegado en este proceso de conservadurismo y entreguismo, donde hay negociaciones a puertas cerradas, silencios y omisiones que van erosionando la moral de los trabajadores.

«5 MILLONES DE DÓLARES QUE SE INVERTIRÁN EN TECNOLOGÍA»

Nos dicen ahora y sin esfuerzo que todo está bien, con la justificación de que todo puede empeorar, este desayuno de sinceridad aparente, va de la mano con el miedo que desde siempre han instalado los gobiernos de turno y las patronales. En definitiva gane quien gane la «martingala» hace rato está definida, porque cuando no es la inundación, será la sequía y cuando no: «le estás haciendo el juego a la derecha» o a la patronal ,y en este periodo: «¿acaso no viste la clase de gobierno que tenemos?».

Podríamos decir a esta altura que vemos con preocupación la nítida conciliación de clase.

Ahora bien queridos y allegados compañeros:

¿para qué existe un sindicato? y este ¿para qué? no es un abanico tan amplio de posibilidades: defender las condiciones de trabajo y salarios, la seguridad laboral de las y los compañeros y en este caso también defender al usuario, es decir a nuestras familias, a nosotros mismos, en definitiva proteger la salud del pueblo.

Otra de las funciones del sindicato es pronunciarse frente a problemáticas de interés, denuncias, reclamos sociales, nuevamente esta directiva se mantiene pasiva, incluso habiendo votado por mayoría en la Asamblea del 31 de octubre una moción presentada por 2 compañeros haciendo la solicitud de apoyo por parte del gremio al pueblo palestino, de lo cual se habló nuevamente en el consejo directivo, sin tener ninguna acción al respecto. Esta directiva pasiva tampoco convoca, no adhiere ni participa en las movilizaciones realizadas por este motivo.

La sensación generalizada producida por la empresa nos ha conducido a la inestabilidad en los equipo de salud, a la incertidumbre diaria. Los miedos inducidos y las presiones que se ejercen, la amenaza constante de la ley del mercado, la fila del desempleo, las nuevas oportunidades para seguir precarizándonos alienan cada vez más; la perversidad de este manejo, es el mal uso del seguro de desempleo como herramienta de ahorro.

Esta es la mano de la empresa apretando el cuello del sindicato y la parálisis colectiva.

UNA VEZ MÁS SE EMPARCHA LA CRISIS DE LA EMPRESA CASMU

Se inyecta una vasta suma de dinero sin discusión alguna, 5 millones de dólares serán destinados a la ya tan mencionada modernización. Esta aventura de tecnologización no es más que una continuidad del avasallamiento hacia la deshumanización, proceso que se justifica por parte de la empresa como forma de ahorros, los cuales son sinónimo de recortes de personal y perdida de condiciones de trabajo.

Se seguirá entonces con nuevas embestidas de paquetes al seguro, naturalizándose éste mecanismo, que implica la multitarea, la sobrecarga de trabajo, el estrés laboral, generando el síndrome, lastimosamente conocido como Burnout, manifestado a través de un estado de agotamiento físico y mental que se prolonga en el tiempo y llega a alterar la personalidad y autoestima del trabajador.

Esta sencilla reflexión encierra una contundente conclusión, no van a existir puestos laborales para todas y todos los trabajadores Casmu, si las tercerizaciones continúan. Ya existen situaciones alarmantes al respecto, una cantidad de porteros y porteras fueron cambiadas hacia administración, lo mismo está sucediendo con auxiliares de farmacia, ¿qué va a pasar cuando no hayan más seguros de paro?

No podemos cegarnos a estos hechos que se forman del conjunto de variables verificables, no podemos ni debemos permitir una sola tercerización más.

Concluimos en que este nuevo préstamo, una vez más, lo pagaremos trabajadores y usuarios.

¿Cómo repercute éste escenario en nuestro entorno laboral y su salud?

¿Cómo lo percibe en términos asistenciales el usuario?

Una vez más de espaldas al pueblo se hace ésta nueva entrega millonaria, sin tener en cuenta la opinión de los trabajadores y usuarios.

Una vez más se insiste con la modernización entonces y desde nuestro lugar de opinión, insistimos en que es fundamental la participación en las decisiones a tomar, sobre el destino de esta nueva suma millonaria, ya que estas reestructuras nos involucran, para llevar a hechos concretos y defender el Sistema Integrado de Salud y no esta fachada.

Apuntamos a la democratización de la información, a la debida y necesaria socialización de los recursos en salud, como interés de todos y todas

AGRUPACIÓN 18 DE ENERO DE 1984

TRABAJADORES MILITANTES DE AFCASMU»

FACEBOOK: Agrupacion18deenerode1984 https://www.facebook.com/Agrupacion18deenerode1984

INSTAGRAM: afcasmuagrupacion18enero https://www.instagram.com/afcasmuagrupacion18enero/

Este es un ejemplo entre tantos que nos conduce a algunas conclusiones a la vez que abre muchas interrogantes acerca de por dónde empezar a cambiar las cosas.

¿ Y si el sindicalismo hoy ya no le sirve a los trabajadores, desde que otros lugares crear lo nuevo?

¿Podemos pensar en espacios horizontales, en donde circule la palabra, espacios anti patriarcales que deshabiliten los dirigentismos?

¿Qué cosas serían posibles si se fisura la malla de la burocracia?

Capítulo aparte es hablar de las estéticas del poder, donde en las grandes concentraciones se monta un estrado en altura, en donde se instalan los dirigentes para leer las proclamas a un conjunto de personas ubicadas más abajo del escenario en donde la primera parte está ocupada por sillas de invitados entre los que se encuentran por lo general líderes de distintos partidos políticos. La clase trabajadora está abajo como siempre, es nada más que masa, número. Las estéticas casi nunca deberían ir separadas de la ética. El texto que transcribimos más arriba de una agrupación de trabajadores es todo un testimonio de como se fraguan las derrotas de los trabajadores dejando al desnudo el actual rol de las cúpulas sindicales.

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