Imagin-acción

Entre luces y sombras

Se desploma el gris sobre

algodonadas hileras de nubes

Sangre negro rojo

Conversaciones de árbol a árbol

respirando desde la raíz

Caminar en la noche

soñar el día

Madera y tiento

Corre el agua

en su fluir el mensaje

amor y furia!

En el hemisferio sur, apenas el verano comienza su lenta retirada, el carnaval ya pasó por calles y teatros, pero en el pequeño país con la capital más austral del continente de Abya Yala, Uruguay, aún se prolonga, tanto que ya el año escolar comienza junto a la campaña preelectoral de cara a las próximas elecciones nacionales en noviembre del presente año. Tras las bambalinas, los mega conciertos, las ferias, se esconde en las semisombras una realidad muy distinta a la que se nos pretende mostrar y o vender. Entre las sombras se oculta la pobreza, marginalidad, explotación laboral, la falta de recursos para la salud, la educación y la entrega del territorio a los intereses del capitalismo verde; claro ejemplo de ello es el proyecto de explotación de producción de hidrógeno verde, utilizando el agua del Acuífero Guaraní en el norte del país. Como si fuera poco el actual gobierno se ha visto envuelto en importantes redes de corrupción que toca desde ministerios, parlamentarios, policías y militares.

¿Pero, qué pasa con el pueblo?

Hay ciertas voces que se dejan oír en sectores populares y son preocupantes.

¿Qué nos dicen esas voces?

Expresan odio a la gente en situación de calle, dicen que están así por vagos, que no están de acuerdo en financiar gente que no quiere trabajar, que habría que hacer como Bukele y llevarlos a un cuartel, donde fueran a aprender cosas con los policías. En un país en donde casi la mitad de los votantes son progresistas, esto está señalando una clara fractura dentro de la sociedad, por un lado, los conservadores con apoyo social de las capas más desfavorecidas y por otro lado la pequeña burguesía que se expresa dentro de la estructura del Frente Amplio en las instancias electorales. No sería de extrañar que cualquier candidato que presentara medidas de erradicación de la delincuencia con métodos represivos compulsivos, cuente con un apoyo importante de la población.

Esperemos que no, pero es algo que debería alarmarnos buenamente, es decir, sería pertinente pensar en otros modos de incidencia en la sociedad, en las redes sociales, en las iniciativas barriales.

El sistema hace agua por todos lados y no hay ninguna alternativa articulada desde el campo popular, en esta situación solo tenemos en perspectiva el avance de las derechas y la progresiva militarización de la sociedad, con el desborde inevitable hacia la instauración de un autoritarismo, que lo sufrirá el conjunto de las organizaciones populares.

Los discursos sobre la seguridad se van alineando a lo largo de todo el continente al tiempo que las políticas económicas ultra neoliberales se van aplicando con el apoyo de los gobiernos, con leyes que habilitan el despojo y la concentración del gran capital.

La miseria, la marginalidad, tienen un origen casi endémico, no se ha logrado combatirlo con el asistencialismo, es más, crece proporcionadamente a la expansión de la sociedad de consumo. Es viejo y conocido que el problema es la riqueza, la cultura del materialismo y la destrucción de todos los valores. Son años en que se fueron acumulando generaciones de excluidos y ahora se escucha la amenaza de las botas nuevamente. Nadie propone tocar a los poderosos e invertir en la construcción de una sociedad con justicia social. Sólo va quedando la resistencia de la sobrevivencia.

¿La salida?

Nadie tiene la bola de cristal, así que, para mirar para adelante, habrá primero que mirar para atrás, saber de dónde venimos.

No obstante esta triste situación, hay acontecimientos que sorprenden positivamente. Hace algunos días tuvo lugar una protesta en el río Santa Lucía. «Gota a Gota», un centro de educación infantil junto a otras organizaciones sociales celebró el carnaval del río con una marcha de barcas en el Santa Lucía. Estas voces fueron otras, manifestaron con arte y cantos, denunciando los proyectos contaminantes y en defensa del agua para toda la comunidad.

Hermoso ejemplo de lo pequeño creciendo, surgiendo entre luces y sombras.

¿Cómo suscitar sentidos de urgencia colectiva comprometidos con resistir a la normalización de la brutalidad y la crueldad? ¿Puede el mundo del arte ir más allá de la representación y optar por la solidaridad?

Diego del Valle Ríos

(Arteinformado)

https://www.facebook.com/comisionnacionalendefensadelaguaylavida

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