¿Qué significa la victoria del Partido Colorado para el Paraguay?
El Partido Colorado una vez más ha salido victorioso de la contienda electoral llevada a cabo el pasado 30 de abril en el Paraguay. Con 63% de participación, los ganadores les sirvió conseguir 1.292.000 (42,7%) votos para quedarse con una amplia victoria ante sus opositores. La Concertación Nacional obtuvo el 27,4%, la tercera opción más votada fue la figura de Paraguayo Cubas (ultraderecha) con el 22,9%, las otras 10 candidaturas que participaron obtuvieron menos del 5% de los votos.
En las elecciones anteriores (2013 y 2018) el Partido Colorado había ganado con el 46% de los votos, en el 2023 le alcanzó obtener el 43% del total de votantes, es decir el 25% del padrón electoral para una nueva victoria. Los votos de la oposición reflejaron una campaña electoral que estuvo marcada por el bajo entusiasmo, la falta de un verdadero proyecto de oposición. Los votos cautivos o voto duro de los Colorados que se viene construyendo desde hace varias décadas no puede sufrir una derrota mientras no exista un proyecto que aglutine a las fuerzas políticas opositoras. Esos votos cautivos son votos secuestrados, que dependen de favores políticos y que usa el chantaje como forma de hacer política, esto por ahora, le es suficiente al coloradismo para alzarse con una victoria tras otra.
En este marco de cosas surgen dos aspectos muy preocupantes, una es la creciente figura de Paraguayo Cubas, un personaje de ultra derecha que ha utilizado las redes sociales para llegar a diferentes estratos de la población y ha logrado conquistar a un segmento de los votos populares , haciéndoles creer que él representa una opción de cambio al modelo de opresión en el que viven, cuando en realidad la figura mesiánica, xenofóbica y autoritaria de Cubas está muy lejos de representar aspiraciones democráticas que conlleven mejores condiciones de vida para la población paraguaya. El otro aspecto preocupante, tiene que ver con la participación del progresismo o la izquierda en el proceso electoral, que no ha logrado convencer ni acercarse a los/as votantes, un proyecto que ha descansado desde el 2008 a esta parte sobre el liderazgo de Fernando Lugo, que al padecer una grave situación de salud lo ha alejado del escenario electoral, significando una catastrófica derrota en la urnas, que, en el caso del Frente Guazú apenas ha logrado ganar una banca en el Senado de las las seis que tenía. Esto nos lleva a observar con preocupación que mientras figuras autoritarias y de ultraderecha crecen electoralmente, el espacio del progresismo baja su pequeño poder en las urnas.
Pero ante esta situación, intentemos visualizar qué podría significar cinco años más del Partido Colorado en el gobierno.
El capitalismo paraguayo seguirá siendo administrado por el mismo partido y su cúpula, con mayor cada vez mayor preponderancia del crimen organizado nacional e internacional, según Martens, con la victoria del Partido Colorado también ha ganado el Primer Comando Capital1.
Esta administración significa que un grupo de familias seguirá acumulando riquezas, vinculadas con grandes negocios extractivistas de las multinacionales, generando las condiciones para mayor despojo de los bienes naturales y explotación de la mano de obra.
El Estado seguirá asumiendo deudas, tal como lo han hecho los sucesivos gobierno colorados de forma impetuosa desde el 2013, de unos 2.600 millones de dólares trepó en el año 2022 a más de 13.000 millones de dólares, que actualmente representa más del 35% del PIB, vale mencionar que la mayor parte va al Ministerio de Obras Públicas (MOPC) para justificar las infraestructuras realizadas para la cadena de los agronegocios2. Mientras tanto todo indica que la presión tributaria seguirá intacta, sin impuestos a la riqueza y una bajísima tasa a la exportación de soja, es decir seguirá injusta, y aumenta el riesgo de “políticas de austeridad” en un contexto de mayor exclusión, que se puede visualizar en el crecimiento de la pobreza extrema que en las áreas rurales afecta al 10% de la población3.
El próximo gobierno no centrará su esfuerzo en resolver la problemática de la concentración de la tierra, las tierras malhabidas no serán recuparadas, al contrario se buscarán mecanismos para blanquear o legalizar el robo de esas tierras. Hay que recordar que la Comisión de Verdad y Justicia informó en el año 2008 que alrededor de 8 millones de hectáreas fueron entregadas por la dictadura y los gobiernos colorados de forma fraudulenta e ilegal entre los años 1954 al 2003, entre los que se beneficiaron con esta irregulaidad se puede mencionar por ejemplo al ex dictador nicaraguense Anastacio Somoza, Mario Abdo Benítez (padre del actual presidente de la república del paraguay), el pastor evangélica Emilio Abreu, el ex canciller Eladio Loizaga y el mismo Alfredo Stroessner entre otros4.
Para hacer frente a los graves problemas de la gente y la imposibilidad cada vez más de acceder a los alimentos, de tener un trabajo digno, de acceder a tierras, de recuperar territorios de las comunidades indígenas y campesinas, de contar mínimamente con atención médica, el crecimiento de las desigualdades serán tratadas desde un carácter más represivo y punitivo, antes que un Estado Social de Derecho, se priorizará seguir construyendo un estado represor, que persigue, reprime y criminaliza las protestas y los conflictos sociales.
De hecho, ya inmediatamente finalizada las elecciones las personas que salieron a protestar por un supuesto fraude electoral fueron víctimas de detenciones y represiones masivas, golpeadas por agentes de la Policía Nacional, incluso se mencionan casos de torturas que no han sido denunciados aún por temor de represalias5,
La sensación es que la gente quedó sin nada, un acto electoral más, el acto electoral ha terminado y dió el triunfo a las élites de siempre, en el cual el Partido Colorado con su ejército de votantes salió a aplastar la oposición electoral, pero, queda por construir una oposición real, una oposición a la profundización del modelo extractivista, y allí entran en juego las fuerzas de los movimientos y de las comunidades para oponerse a que el saqueo siga vigente en Paraguay, es necesario rearticular, tejer unidades y solidaridades desde abajo, con organización, con diversidad, con diálogos y acuerdos estratégicos que puedan resistir pero también avanzar en un contexto que se presenta hostil para los sectores democráticos y populares.
1 Juan Martens, 3 de mayo 2023 en diario abc https://www.abc.com.py/politica/2023/05/03/el-pcc-ingresara-a-la-camara-de-diputados-y-a-gobernaciones-alerta-investigador/
2 Sarah Zevaco, 2022. Decidamos en https://www.latindadd.org/wp-content/uploads/2022/11/Deuda-publica-en-Paraguay-pdf.pdf
3 Instituto Nacional de Estadística (INE) https://www.ine.gov.py/publicacion/4/pobreza
4 Se puede revisar el informe completo en el siguiente enlace http://www.dhnet.org.br/verdade/mundo/paraguai/cv_paraguai_tomo_04_parte_1.pdf
5 Diario Última Hora, 7 de mayo de 2023 https://www.ultimahora.com/codehupy-expresa-preocupacion-reaccion-del-estado-manifestaciones-n3061458.html
Abel Irala
Director e investigador de Base Investigaciones Sociales. Licenciado en trabajo social, posgrado en Ciencias Sociales, docente universitario.