Mujeres Transnacionales

Instituto para las Mujeres en la Migración, AC

Por la defensa de los derechos de las mujeres en la migración

Twitter. @IMUMIDF

Desde hace unas semanas se han realizado en diversos estados del país foros para escuchar a las y los defensores de derechos humanos y a las y los periodistas con el objetivo de fortalecer el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas. El contexto lo amerita, las voces calladas de decenas de defensoras y periodistas asesinadas lo hace urgente, la poca eficacia del actual Mecanismo lo grita.

De acuerdo con la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México, entre 2018 y 2022 se han asesinado a 25 defensoras de derechos humanos y periodistas. El 98% de los casos prevalecen impunes. Los perpetradores muchas veces son agentes estatales de diferentes niveles, quienes deberían proteger a las defensoras. Tan sólo en enero de 2022 se asesinaron a 6 periodistas. En algunos casos contaban con “medidas de protección” del Mecanismo, pero sus familias siguen sin acceder a la justicia.

Aunque las defensoras y periodistas alzan la voz y llaman a #NiUnaMás parece que no llega a los oídos correctos. ¿Quién o qué perdemos cuando una defensora o periodista es asesinada? Por un lado, la libertad de pronunciarnos, evidenciar, salir a las calles, y por otro, el derecho a ser informadas, a contar con datos que nos permitan tomar mejores decisiones. Poco a poco parece que la sociedad se da cuenta, pero los discursos oficiales buscan minar esa empatía y justificar los asesinatos, al menos la impunidad es clara.

Defender derechos no es una carrera, es una convicción por construir un mundo más justo, inclusivo, solidario e igualitario para todas las personas a partir de sus diferencias. No se necesita participar en una organización o colectivo para ser defensora. Tener la certeza de que es posible un mundo más equitativo y alzar la voz ante las injusticias, en tu circulo familiar, de amistades, laboral, educativo, comunitario, nacional, regional o mundial es el primer paso.

En el ámbito de la movilidad humana, la mayoría de las defensoras son mujeres, pero pocas veces se ha reconocido su labor, en especial de las defensoras de los derechos de las mujeres en la migración y solicitantes de asilo. Aunque la migración es histórica y la participación de las mujeres también -de acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones las mujeres son el 48% de las personas migrantes en el mundo desde hace décadas y las solicitantes de asilo son el 50% según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

Este deseo de reconocerlas y reconocernos como defensoras nos permitió realizar una alianza con el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) para que a través de su Clínica de Investigación de Antropología Legal se pudieran documentar las historias de vida de algunas defensoras de las mujeres en la migración que han sido parte de nuestra historia como Instituto para las Mujeres en la Migración (IMUMI), como una forma de reflexionar sobre el tema migratorio, las inequidades sociales, el derecho a migrar, la violencia de género y la injusticia social, y lo que ha significado en sus vidas. Al tiempo que reconocemos a otras defensoras que han construido esta historia.

Sin las defensoras de los derechos de las mujeres en la migración tal vez no se habría logrado una Ley de Migración en México o una Recomendación general Nº 26 sobre las trabajadoras migratorias de la CEDAW1. No se habría conocido cómo impactan los diferentes procesos migratorios en la vida de las mujeres, los retos que enfrentan para ser reconocidas como refugiadas a partir de la violencia de género, el impacto de las políticas migratorias de contención de la región sobre ellas, y sus necesidades en las comunidades de origen, en el tránsito, en los países de destino y a su retorno a su país. A través del trabajo de las defensoras hemos aprendido cómo las mujeres en la migración contribuyen al desarrollo de los países, porqué mandan más remesas que sus pares hombres, porqué son quienes se quedan al cuidado de hijas e hijos en países de origen, porqué deciden migrar, y cuál es su participación en los eventos de detención y en las solicitudes de asilo (en ambos casos su participación oscila entre el 30% y el 40% del total en México).

La defensoras día a día se enfrentan al aparato estatal, exigiendo justicia por las mujeres en la migración y sus familias, porque nunca más se repita la historia de María2 quien vio como su hija de 8 años, ambas de Guatemala, moría porque en la estación migratoria de la Ciudad de México no la atendieron tras una caída; o como Amy y Esther eran detenidas porque “no parecían mexicanas” y los agentes del Instituto Nacional de Migración las hostigaron para firmar un documento donde aceptaban ser de Guatemala y deportarlas; o la narración de Andrea que cuenta como era abusada frente a sus hijos tras ser devuelta a México bajo el Protocolo “Quédate en México”; o como Adriana escuchaba a sus secuestradores decir que la venderían a ella y a su hija para ser explotadas sexualmente tras ser devueltas desde Estados Unidos bajo el Título 42.

Las defensoras realizan acciones de incidencia y litigio porque pese a que existen Procuradurías de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes en situación de migración, siguen deteniéndoles y deportándoles sin analizar su Interés Superior, porque a pesar del discurso oficial de protección, seguimos viendo imágenes de la violencia de los agentes de migración para frenar la migración. Documentan como se han desplegado más de 26 mil efectivos de la Guardia Nacional para labores de contención migratoria mientras al país se lo come la violencia -donde deberían estar interviniendo y no en labores administrativas-, como las condiciones al interior de las estaciones migratorias siguen siendo inhumanas, como Tapachula se ha convertido en una ciudad cárcel que pone en riesgo a las familias migrantes, y como policías locales asesinaron a una mujer salvadoreña reconocida como refugiada en Tulúm. Podríamos escribir un libro de lo que conocemos a partir del trabajo de las defensoras de los derechos de las mujeres en la migración y sus familias.

En la historia, las defensoras son quienes han alzado la voz y logrado Convenciones tan importantes como: la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer (Belem Do Pará), la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, y la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de el Cairo. Ellas han organizado las históricas marchas de población migrante en Estados Unidos y las Caravanas de Madres de Migrantes Desaparecidos.

Por ello, para nosotras es importante reconocerlas y reconocernos. Conocer las historias detrás de las defensoras nos permite reflexionar cómo la desigualdad les atraviesa y las empuja a alzar la voz por ellas, por tí, por mi…por todas.

1 Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer.

2 Los nombres de las mujeres fueron cambiados por protección de su identidad.

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