En Venezuela, las etapas de envejecimiento, enfermedad y muerte suelen estar marcadas por las penurias económicas. Las deficiencias del sistema público de Salud deben ser compensadas con grandes esfuerzos de los familiares y vecinos. El acompañamiento de las personas ancianas y/o enfermas, en muchos casos, se organiza por turnos entre los parientes, sobre todo, las mujeres. Y la carencia económica se trata de mitigar realizando verbenas, venta dominical de comidas o rifas en el barrio.

En la red Cecosesola hemos ido buscando poco a poco respuestas a esta difícil situación. Hace ya 56 años, un grupo de vecinos de un barrio de Barquisimeto decide organizar una colecta permanente para atender los casos que se presentaban con frecuencia para reunir el dinero para el entierro de un familiar. Se reúnen diez cooperativas con esa necesidad común y crean una funeraria cooperativa. Así nació Cecosesola. Hoy somos cerca de 26.000 familias que aportamos semanalmente alrededor de medio dólar para garantizar un servicio funerario digno hasta para nueve parientes de nuestro núcleo.

En el caso de la salud hemos ido construyendo desde hace 28 años una red de atención primaria en salud en 8 barriadas de Barquisimeto donde podemos ser atendidos a precios muy económicos y con altísima calidad médica. Y en los últimos años vamos paulatinamente cubriendo también varias áreas quirúrgicas en nuestro Centro Integral Cooperativo de Salud.

Como trabajadores asociados de las Red hemos ido creando fondos para cubrir los altos costos de los medicamentos de nosotros como asociados y de nuestros familiares directos. Para ello, damos aportes de nuestro anticipo semanal, vendemos productos de limpieza a la comunidad, por equipos rotativos en nuestros días de descanso. Y un sinfín de actividades más. Siempre promovemos la participación del núcleo familiar de cada compañero en estas actividades.

Esto es muy importante sobre todo para apoyar a nuestros familiares especialmente de la tercera edad, que tienen tratamientos de largo plazo como hipertensión, diabetes, cáncer… Igualmente tenemos un fondo de salud para enfrentar colectivamente los costos de una operación quirúrgica.

Un aspecto importante de nuestra organización es que no existe la figura de la jubilación o las pensiones por vejez. A primera vista, esto puede sorprender a algunas personas porque ¿qué ocurre cuando llegamos a una edad en que no podemos hacer frente a las muchas tareas que hay que realizar a diario dentro de la Red?

Como lo que priva entre nosotros son las relaciones de solidaridad, confianza y respeto consideramos que cada trabajador asociado de los más de 1.300 que integramos la red, puede decidir qué tipo de aporte dar en la medida que va envejeciendo. No decretamos: “ya estás viejo, vete a tu casa y te mandamos tu salario” que sería lo que sucedería en una empresa.

Nos damos la posibilidad de plantear en nuestro grupo las limitaciones que vamos teniendo y sobre todo, los aportes que podemos seguir dando desde nuestra larga experiencia de vida. Esto nos hace diferentes. Es valorar a la persona por ser persona, no porque pueda cubrir 10 horas de intenso trabajo frente a una caja registradora, o recibir mercancía toda la noche durante una guardia en una de nuestras Ferias de Consumo. Es una expresión de la equidad que vamos construyendo: de cada uno según sus posibilidades. Y entonces, ese compañero o compañera que plantea reducir el tiempo de su aporte, continúa recibiendo el mismo anticipo que nos damos los demás.

De esto tenemos muchos ejemplos. Recordamos a nuestro compañero Amador, quien ya con una edad avanzada y un proceso de enfermedad terminal decidió continuar activo entre nosotros, porque quería seguir siendo y sintiéndose útil. Se colocó un asiento ligeramente elevado en el estacionamiento los días en que la Feria estaba abierta para que él pudiera vigilar e informar de cualquier incidente con un walkie-talkie. Cuando su enfermedad estaba muy avanzada y él decidió no someterse a quimioterapia, se le realizó un tratamiento alternativo en nuestro Centro Integral Cooperativo de Salud durante casi 18 meses. En su lecho de muerte, no sólo su familia inmediata, sino buena parte de la familia Cecosesola lo estuvo acompañando.

Este ejemplo, entre tantos, pretende ilustrar cómo intentamos colectivamente crear y auto-gestionar el gran círculo que empieza con el nacer en dignidad y termina como parte de la vida con el morir; una práctica consciente de solidaridad y equidad.