La dicotomía Mercado-Estado no ha funcionado. Los intentos de producir cambios profundos en las relaciones humanas de arriba hacia abajo han tendido a producir resultados frustrantes. Tal vez sea hora de buscar en nuestras propias comunidades, alternativas que inspiren la posibilidad de vivir en un mundo justo, en armonía con todo lo que nos rodea.

El modelo socioeconómico desarrollado en el Norte, va de la mano de estructuras jerárquicas que tienden a ser aceptadas sin cuestionamientos. Estas estructuras funcionan como una correa de transmisión de las emociones y de la lógica de la cultura dominante. Nos encierran dentro de los parámetros de la competencia, de las relaciones de dominación, sumergiéndonos en la acumulación individualista de poder, riqueza y conocimiento, con tendencia a ir borrando las culturas tradicionales.

Las relaciones terminan siguiendo las pautas de la empresa convencional, alejadas de nuestra forma de ser, limitando nuestro desarrollo personal, inhibiendo la posibilidad de descubrir formas de fomentar un proceso de transformación.

En el Sur Global parece que estamos atascados. Nos hemos ido organizando de acuerdo a unos parámetros que van socavando nuestras prácticas organizativas tradicionales. Terminamos con una mezcla cultural que tiende a dar prioridad a la apropiación individualista e inmediatista del poder, la riqueza y el conocimiento en beneficio de uno mismo y de la familia inmediata. Va floreciendo un capitalismo salvaje donde se acrecienta la corrupción y la destrucción de nuestro medio ambiente para beneficio personal.

Nos enfrentamos al reto de ir descubriendo nuestra propia forma de organizarnos, con nuestra actual mezcla cultural como punto de partida, generando un proceso de transformación cultural enriquecido por nuestras tradiciones culturales. Tal vez en el Sur Global tenemos una ventaja formidable para ir logrando esa transformación, ya que nuestra memoria cultural está más presente, especialmente en las zonas rurales.

Una transformación que va fomentando el compartir, la responsabilidad, la equidad y el cuido mutuo en una convivencia respetuosa con todo lo que nos rodea.

Tal vez de eso se trata Cecosesola.