Tierra Roja

Abel Irala

La soja transgénica, una amenaza comunitaria

El monocultivo de la soja es el rubro del agronegocio que ha ocupado el campo paraguayo y expulsado a miles de familias campesinas e indígenas, en un proceso marcado por el acaparamiento de tierras, la complicidad de los gobiernos de turno con grandes latifundistas y corporaciones internacionales, en pocas décadas el territorio paraguayo se ha inundado de soja, de soja transgénica y de poderosos agroquímicos que se vierten sobre los monocultivos, afectando a la naturaleza y a la vida humana.

Casos verdaderamente trágicos han sido provocados por el agronegocio y sus impulsores, no se debe dejar de recordar al niño Silvino Talavera de 11 años de edad, cuando en el año 2003, montado en una bicicleta volviendo a su casa fue rociado con agrotóxicos, en un camino vecinal y falleció el 7 de enero de ese año, en su cuerpo fueron hallados restos de glifosato y cipermetrina según las pruebas del laboratorio.

Los campos de los agronegocios que, en gran medida, fueron usurpando territorio campesino son campos envenenados que amenazan la vida, Silvino, fue una de las víctimas fatales de este proceso, al igual que otros más como las hermanas Adela y Adelaida, y el campesino Ruben Portillo.

En la actualidad una comunidad campesina se defiende ante el avance de la soja en su territorio, alzan sus voces ante el inmenso poder económico y político de los sojeros, buscan medidas legales que sirvan de protección y exigen a las autoridades locales que actúen en defensa del ambiente y de las personas.

Emilio Arce, es poblador de una pequeña comunidad llamada: Segunda Línea Norte Caballero Álvarez-Santory (conocida como Santory) en el distrito de Repatriación, Departamento de Caaguazú, él junto a muchas otras personas más han decidido impulsar un proyecto de ordenanza municipal que les proteja ante lo que entienden como la amenaza de la soja transgénica, cada año su comunidad es acechada por los sojeros, y hasta el momento en forma organizada comunitariamente han logrado frenar el ingreso.

“Tenemos una amenaza comunitaria, porque en nuestra comunidad aún tenemos varios árboles, nacientes de agua, bosques pequeños, en nuestra zona nosotros no queremos que ingrese el modelo de producción con agrotóxicos y semillas transgénicas, en nuestra zona somos productores naturales, agroecológicos y por eso también somos defensores del medio ambiente, y pedimos que por ley a través de este municipio se declare un territorio libre de agrotóxicos”[1] fue parte de lo expresado por Arce frente al local de la municipalidad de Repatriación el 19 de agosto cuando entregaron una nota a las autoridades para que pueda tratar la solicitud de la población.

En la nota preparada por campesinos y campesinas que están en defensa de su comunidad exponen en parte:

“La Comunidad Segunda Línea Norte Caballero Álvarez-Santory, es una de las pocas comunidades que implementan el modelo de producción orgánico y agroecológico, nuestro territorio se encuentra en un lugar privilegiado ya que prácticamente está rodeado de nacientes y arroyos importante como por ejemplo (Arroyo Jaguarete Paso – Santory, Arroyo Mboi Ka’ë) de nuestro distrito de Repatriación, que a su vez desembocan al arroyo Guyraugua, tal es así, necesariamente necesita su protección”[2].

Territorios como el Santory son pequeños fragmentos donde la vida campesina aún es posible, alrededor de la vida campesina y su relación con la naturaleza se conserva la biodiversidad, la producción de alimentos, la producción y la reproducción de una cultura de miles años.

El posible ingreso de la soja a la comunidad podría acabar con esto, según entienden y explican en la nota: “nos pone en una situación de peligro constante, por un lado de ser desalojados en cualquier momento por el avanece del agro-negocios de nuestras comunidad y por la amenaza permanente de las perdidas de nuestras semillas nativas y criollas, nos vemos obligados en plantear la creación de una herramienta jurídica que pueda garantizar nuestras permanencia en nuestros territorio donde producimos y ofrecemos alimentos sanos a nuestros hijos y vecinos del lugar con el modelo de producción orgánico y agroecológico, con la cual nos sentimos identificados. En ese sentido, debemos mencionar que no es la primera vez que persona extraña a la Comunidad intenta implementar la producción mecanizada de monocultivo con su paquete tecnológico –agro-químicos- que bien sabido es altamente peligroso para la vida humana, el ecosistema y la desaparición de comunidades campesinas e indígenas, que viene desarrollándose en nuestro país, y nuestro distrito no queda exento a ésta amenaza constante”[3].

Los campesinos y campesinas son conscientes de que el modelo sojero ha logrado imponerse por la fuerza y bajo engaño en los territorios campesinos e indígenas, que han dividido comunidades, que han chantajeado, que han extorsionado, y que se han aprovechado de la situación de pobreza extrema que muchas veces afectan a las comunidades. “Normalmente para ingresar en una comunidad, ya sea campesinas e indígenas utilizan la metodología de “alquiler” primeramente, por dos o tres años, posterior a eso plantea como un trabajo en conjunto para luego comprar dicho inmueble, una vez comprado el inmueble ya empiezan a adquirir las demás fincas que le rodea porque el agro-negocios no es compatible con el modelo de producción de la agricultura familiar campesina”[4].

La lucha de Santory representa la lucha de varias otras pequeñas comunidades que se encuentran resistiendo los embates del agronegocio en el Paraguay, la aprobación de una herramienta jurídica local que proteja a la población y a la naturaleza será un logro importante de la comunidad, pero el principal logro es  la organización, la unidad de la comunidad y la lucha de comunidad en un contexto tan adverso.


[1] https://www.facebook.com/100063615396219/videos/en-repatriaci%C3%B3npedidos-de-los-pobladores-de-la-zona-2da-l%C3%ADnea-irrazabal-norte-sa/1037817697747985/?mibextid=oFDknk&rdid=zbyW92oF4gqe2CsX

[2] Nota comunitaria presentada al presidente de la Junta Municipal de Repatriación el 19 de agosto de 2024.

[3] Idem

[4] Idem

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