Tormentas y esperanzas

Tamara San Miguel Suárez

La dignidad rebelde vs. la guerra contra la vida

Días después de que Galit Distel-Atbaryan, ex ministra, diputada del Likud (el partido de Netanyahu) pidiera “borrar a toda Gaza de la faz de la tierra” apelando a una “fuerza israelí vengativa y cruel” que acabara con los “monstruos” y de que Talli Gotliv, otra diputada del Likud hiciera alusión a la necesidad de un ataque nuclear con misiles contra Gaza más de 20 países acordaron triplicar la capacidad de producción de energía nuclear para 2050, lo que resulta escandaloso porque el acuerdo se dio en el marco de debates de la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas (COP28).

Parece un muy mal chiste que enmedio de una supuesta “preocupación por el planeta y el medioambiente” se haya realizado ese acuerdo que no se puede ver al margen del despliegue de un totalitarismo global que se manifiesta en el aumento de medidas coercitivas, prohibitivas y represoras para castigar, entre otras cosas, la solidaridad con Palestina.

En paralelo, en fechas cercanas el rey de Inglaterra inauguró la COP28 lo que provocó fuertes críticas (evidentemente) al ser Inglaterra uno de los mayores terratenientes del mundo, la corona británica posee el 89% de Canadá, territorio utilizado principalmente para operaciones petrolíferas (https://www.opendemocracy.net/es/oureconomy/cop28-rey-carlos-iii-terrateniente-corona-britanica-conferencia-clima-dubai/) y el presidente de la cumbre fue el sultán Al Jaber director general de la petrolera de Emiratos Árabes y “pionero en las energías renovables”.

Así el tamaño de su descaro, por un lado se ha firmado un cheque en blanco a la vía núclear, por otro se deja claro que el tema del calentamiento global y el medio ambiente será asunto de terratenientes y criminales climáticos, se perpetúa y garantiza que la tierra sea usada para negocios petroleros y se da la mano a los dueños de las petróleras para que controlen el asunto de las cumbres del clima y se adueñen y saquen provecho de las energías renovables y de la narrativa en torno a éstas. Como dicen múltiples luchas en el mundo, la propiedad de la tierra es el centro de la lucha contra el calentamiento global.

Y estos días, se cumple el Treinta aniversario de la Guerra contra el olvido de las y los zapatistas que celebran en Chiapas agitando al mundo e invitándonos a trabajar la tierra y romper con la propiedad. A decir de elloas: “sin propiedad, ni privada, ni ejidal, ni comunal, ni federal, ni estatal, ni empresarial, ni nada. Una no propiedad de la tierra. Como quien dice: “tierra sin papeles””. Vaya claridad, nitidez y asertividad de lo que urge hacer en este colapso que ya no avisa su llegada porque ya está aquí.

Tierra y vida son el fondo de lo que estos acuerdos (núcleares y de la COP) van a atacar directamente. Como dicen las y los zapatistas “¿No se ha convertido al pueblo palestino en migrante al que hay que expulsar de su propia tierra? ¿No ocurre lo mismo con los pueblos originarios en el mundo?”. (https://enlacezapatista.ezln.org.mx/2023/11/28/catorceava-parte-y-segunda-alerta-de-aproximacion-la-otra-regla-del-tercero-excluido/).

Así, mientras cerramos un año en el que cada día se está cometiendo un genocidio contra el pueblo palestino, que se ensaña con las y los niños palestinos, las y los zapatistas trabajan porque aun haya futuro y lo ven y hacen, luchan y ponen el cuerpo por las niñas y niños, no solo los que ya existen sino los que vienen, luchan por una no propiedad. Las y los zapatistas ven lo que muchas veces no vemos, a los que aún no están y también a los que se fueron, escuchan la protesta de la naturaleza y hablan con el dolor de otras y otros en el planeta.

Los y las zapatistas celebran el aniversario del levantamiento abriendo una puerta en medio de la tormenta, mientras arriba se hacen acuerdos núcleares y las COP se vuelven parte de ésta guerra, loas zapatistas vuelven una vez más a darnos una clara lectura sobre la pesadilla que acecha: “El capital ha convertido la relación con la naturaleza en una confrontación, una guerra de saqueo y destrucción. El objetivo de esta guerra es el aniquilamiento del contrario, la naturaleza en este caso (humanidad incluida). Con el criterio de la “obsolescencia programada” (o “caducidad prevista”), la mercancía “seres humanos” caduca en cada guerra”. (https://enlacezapatista.ezln.org.mx/2023/11/28/catorceava-parte-y-segunda-alerta-de-aproximacion-la-otra-regla-del-tercero-excluido/).

Ésta confrontación contra la naturaleza explica por qué los actos de los poderosos cada vez son más burdos contra el medioambiente y la población humana y por qué se han organizado las estructuras necesarias para intentar contener los impulsos y luchas contra el calentamiento global. Todo es un negocio y es parte de de ésta guerra, una guerra contra la vida.

Así, en el final de un año de muerte, brutalidad e intensificación de la tormenta, late en el sureste mexicano la rebeldía, resistencia, dignidad, rabia, solidaridad, escucha, paciencia, dolor, alegría y vida.

El andar zapatista cada vez resulta más indescriptible, porque es más de lo que las palabras alcanzan a nombrar. Siempre, cada vez que parece llegar un final ellos y ellas nos demuestran que hay que ver por otro lado, a ese ciclo que miran antes que nosotros porque su mirada es futuro y pasado. Su mirada ve lo que aún no existe, sus pasos construyen lo que nos hará seguir.

Tamara San Miguel y Eduardo J. Almeida

Tamara San Miguel y Eduardo J. Almeida tratan de acompañar y tejer caminos entre luchas. Son integrantes del Nodo de Derechos Humanos, del proyecto Etćetera Errante y Adherentes a la Sexta Delcaración de la Selva Lacandona.

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