Mujeres Transnacionales

Gretchen Kuhner

Información y prevención, muro a derribar de familias transnacionales

En un tiempo donde el tema migratorio cambia de un día a otro, y el miedo se ha apoderado de las familias migrantes en Estados Unidos, y la incertidumbre, de quienes han regresado a México, voluntaria o involuntariamente, es imprescindible recordar a la población migrante que contar con información veraz y oportuna, es importante.

Para la mayoría de las 5.5 millones de personas mexicanas indocumentadas en Estados Unidos, que ahora caen dentro de las nuevas prioridades de detención y deportación, es fundamental contar con planes preventivos para la protección de sus familias y bienes.

Blanca, una mujer mexicana que emigró a Estados Unidos cuando tenía 19 años de edad, da muestra de lo difícil que es no contar con un plan de prevención. Tras 12 años de vivir en aquel país y con cuatro hijos ciudadanos estadounidenses, fue detenida al dar una vuelta prohibida con su auto, donde viajaba con todos sus hijos. La policía la acusó de haber estado manejando bajo los efectos del alcohol, y la arrestó. Esa fue la última vez que vio a sus hijos.

Estuvo en la cárcel varios días, lo único que sabía era que los niños estaban bajo la custodia del estado, bajo el cuidado de una trabajadora social del Departamento de Protección Infantil (DCS, por sus siglas en inglés) en la ciudad donde ellos vivían. A pesar de las explicaciones y súplicas que Blanca hizo a los agentes migratorios, después de tres semanas de estar detenida, fue deportada a México. Sus niños quedaron en los Estados Unidos con familias temporales. De acuerdo con el Pew Research y el Migration Policy, en 2013 fueron deportadas desde Estados Unidos 314,904 personas mexicanas, 23% madres y/o padres de niñas y niños ciudadanos estadounidenses.

En México, Blanca no sabía qué hacer. Conocía que le fue asignado un abogado para representar sus intereses ante la corte familiar en los Estados Unidos, pero no sabía como comunicarse con él. Al tiempo que estaba enterada que tenía una fecha importante en la corte, pero no sabía con quién tenía que hablar, ni cómo podía participar en el juicio de la custodia de sus hijos. Su caso sigue en marcha, y aún no se ha podido reunir con ellos.

En casos como el de Blanca es fundamental contar con un plan de protección familiar. Este plan es un mecanismo informal desarrollado por organizaciones comunitarias de familias transnacionales en Estados Unidos, con el que se busca que las familias conozcan sus derechos, cuenten con apoyo jurídico, y establezcan un plan de protección familiar. Son tres las preocupaciones principales: hijas e hijos, pertenencias, y recursos financieros.

Un plan de protección debe incluir custodia de hijas e hijos, nacidos en Estados Unidos o en su país de origen, que permita que una persona sea la tutora temporal de las y los niños, designada a través de una carta poder, para que dicha persona pueda tener las herramientas legales para tomar las mejores decisiones médicas, escolares y legales de las y los niños. Sin un plan de custodia, es posible que esas niñas y niños queden bajo el cuidado del Departamento de Protección Infantil, tal como sucedió con Blanca, cuyo proceso de recuperación de custodia, desde México, es complicado pero no imposible, si se recibe la asesoría y el acompañamiento correcto.

Mientras que para Pamela, quien emigró a Estados Unidos desde hace 10 años, la falta de información jugo en su contra. En 2010 nació su hija Sonia en Nueva York, y en 2015 tuvo que regresar a México para cuidar a su mamá, quien se había enfermado gravemente. Ante la falta de información, Pamela no registró la nacionalidad mexicana de Sonia en el consulado mexicano de Nueva York. Una vez en México, acudió al registro civil de su estado para realizar dicho trámite pero le solicitaron la documentación certificada (apostillada) y traducida por perito oficial. Pamela no tenía ninguno de esos requisitos.

Muchas personas de su comunidad le aconsejaron, erróneamente, sacar un acta de nacimiento mexicana para su hija, y ante los obstáculos que enfrentaba, Pamela opto por realizar el registro. Hoy Sonia tiene dos actas de nacimiento. En el acta estadounidense, Sonia tiene el apellido de su papá, aunque los datos del padre no aparecen en el acta, y sólo aparece el primer apellido de Pamela. En el acta mexicana, aparecen los dos apellidos de Pamela bajo la figura de madre soltera. Pamela no sabe cuál acta debe usar, porque quiere sacar el pasaporte estadunidense de Sonia, pero todos sus documentos de México tiene un apellido diferente.

¿Qué tendría que haber hecho Pamela para que su historia fuera diferente? Antes que nada informarse y prevenir, asegurando que todos los documentos de identidad de su hija estaban completos, sin errores, contar con varias copias originales, y apostillarlos.

Sin embargo, ante la poca información con la que contaba, al regresar a México, se topó no sólo con información errónea, sino también con las diferencias culturales con relación a la forma de registrar los datos de niñas y niños en las actas de nacimiento, mientras en Estados Unidos puede registrase un apellido o los dos, de madre y padre, en México siempre se registran los dos apellidos.

Hoy Pamela se encuentra en medio de dos procesos, por un lado la nulidad del acta de nacimiento mexicana de su hija, y por otro, la corrección del acta de nacimiento estadounidense, procedimiento que varía en cada estado de los Estados Unidos, algunas veces es necesario solicitar una sentencia de un juez, que desde México, es muy difícil de lograr. Una vez con el acta de nacimiento estadounidense corregida, Pamela podrá inscribir la nacionalidad mexicana de su hija y con ello la niña gozará de los beneficios de contar con dos nacionalidades que le permitan, entre otras cosas, viajar, estudiar, trabajar y acceder a becas y programas entre ambos países.

Las historias de Blanca y Pamela son muy comunes para migrantes entre México y Estados Unidos. Algunos de los desafíos que han sufrido ellas son inevitables, pero también hay acciones que cada persona migrante en riesgo de deportación o retorno de Estados Unidos a México puede hacer para proteger a su familia, y sus derechos como mamá y/o papá, evitando la separación familiar o la negación de derechos para sus hijas e hijos en México. Informarse y prevenir, siempre serán las mejores herramientas de las familias migrantes transnacionales, y uno de los principales muros que tiene que sortear en ambos lados de la frontera.

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