Rompecabezas

Red de Solidaridad con Chiapas - Rosario

Galpón okupa de Rosario

Y allí estuvimos… recordando tiempos pasados, cuando un grupo de locos lindos intentó romper con mandatos absurdos de esta sociedad y…. okuparon un lugar para una cultura gestada desde abajo, intentando integrar a todas y todos…. Eso que tanta molestia causa al poder.

Y nos emocionamos todas y todos con esos recuerdos….

Y comienza Mauro Fernández, alias Maurito …. -hoy tengo 41 años y a mediados de los 90 era uno más de los jóvenes que de distintas partes de la ciudad se reunían en la zona del centro de Rosario, lugar donde se hacían muchos recitales de bandas punk, hardcore, heavy y otras y con un nuevo circo y de una manera distinta, un circo callejero, donde se transmitían esas prácticas en los parques, se armaban grupos, tribus. En el Parque España todos los domingos a la noche durante el año 96 se hicieron fiestas; se tomaba el lugar, llegaban los tambores y se hacían malabares con fuego, lanzallamas y mucha gente participaba, se reunían hasta 100 personas. Ahí siempre un grupo que era más fiel se encargaba de la colecta para comprar querosene para hacer más fuego y y otros líquidos…ese grupo era algo reducido pero eran chicos de 18,19 a 25 años, Pablito, el Rosqui, el Tavo, el Brazuca, Ferky, el Mata, el Tordo entre otros que siempre estaban en la calle del centro procurando y pidiendo algo para tomar, para fumar, para comer y algunos de ellos paraban en pensiones.

Chachi continúa (Gustavo Chachi Cabrera)-a esto se le llamó la “fiesta del fuego”, y se formó espontáneamente, música, malabares y el nuevo circo rosarino. Un 24 de marzo se hizo un gran recital que organizó la agrupación HIJOS y en otra oportunidad salimos a marchar por las calles, apoyando a trabajadores. Recuerdo que pasó una camioneta y nos regaló un cajón de naranjas.

Fui uno de los primeros en ocupar el galpón qué pasó a llamarse Centro Cultural Independiente Galpón Okupa. Y como cuenta Mauro fuimos un grupo de amigos que estábamos vinculados no sólo por la amistad sino por una corriente contracultural de la época muy relacionada con las expresiones artísticas fundamentalmente estilos de música que nos congregaban alrededor de recitales, pero no sólo nos reuníamos sino que nos íbamos conociendo entre nosotros y con otra gente que nutría más al grupo.

Al galpón que fue parte de los ferrocarriles y que con la política neoliberal de destrucción de Menem quedó abandonado, lo encontramos un grupo de amigos que íbamos mucho a la zona de la barranca del río porque había una plataforma de cemento en terrenos abandonados lleno de yuyos y sin árboles y era un recoveco para reunirnos a charlar, a escabiar, a fumar, a divertirnos. Esa plataforma tenía un agujero donde poníamos brasas y una parrillita y hacíamos un asado de hamburguesas, choripanes. Varios encuentros hicimos ahí y de esa circulación frente al galpón soñábamos e imaginábamos ocupar ese lugar para un centro cultural y recitales. Investigábamos para saber si allí llegaba alguien.

Una vez, al regreso de un asado, después del fin de año de 96, concretamos esos sueños.

En las fiestas participaban muchas personas -dice Maurito – y entre ellas Marcela, “la Colo” que era la que estaba ocupando una parte del galpón.. Este lugar era muy grande y Marcela estaba solamente en un extremo y en la parte de la estructura con forma de bóveda que hoy es la Casa del Tango.

Chachi recuerda – el ingreso se dio aproximadamente el 2 de enero del 97 con una caravana de fin de año desde el asado en la plataforma. Cuando pasamos nos encontramos con Marcela, La Colo.

Sí, dice Maurito -Allí vivía ella y en el otro extremo le dieron para ranchar a Pablito, a el Tavo, al Rosqui y a veces al hermano de Pablo, también Diego Perez sabía estar. Y llegábamos los visitantes y entre ellos estaba yo, que con 15, 16 años iba todos los días.

Y Chachi nos dice cómo se mantenían – Los aportes eran solidarios, de los que vivían y de los que se acercaban a colaborar, tanto para la electricidad como para albañilería y arreglos del lugar.

Se fueron arreglando y modificando los entrepisos para los que vivían, para los recitales y para los ensayos.

Después mucha más gente se fue instalando – dice Maurito- por ejemplo el Moroco, el punk que paraba en la calle y cuidaba autos en San Martín y Córdoba en la zona de los bancos. El tenía conocimientos de electricidad y entonces se ofreció a arreglar todo el circuito de luz que era muy precario y que se encontraba enganchada. Se cocinaba con leña al principio; una olla con palos y fuego, y una vez donaron una olla Essen, muy cara, y me dio mucha risa porque la pusieron a cocinar al fuego de leña. Después entre donaciones y mucha gente muy solidaria llegan una cocina, una garrafa y muchas ollas más.

Y mucha gente se empezó a acercar después que una noche en la primera intervención de la policía, los fueron a apretar a los chicos para asustarlos y para desalojarlos. Ellos no se fueron y llamaron a los medios y ahí fue cuando salió el primer reporte en el diario y se conoció más sobre el Galpón. Mucha más gente se acercó a solidarizarse y a colaborar. Llegan también compas que habían estado en Chiapas y se empezó a generar un punto de encuentro en donde se transmitían muchos conocimientos e ideas.

Sí – dice Chachi -Eran permanentes los aprietes de la policía, detenciones, amenazas, por lo que nos pusimos en contacto con organismos de derechos humanos y también con la red de solidaridad con Chiapas de Rosario, en especial con Amalia, Pablo y Liliana. Así es como comienza una etapa de actividades sobre el zapatismo, como en la inauguración, donde participaron dos compas de Chiapas y luego el Encuentro de Bolsas (convocatoria del zapatismo), donde alojamos a compas de todo el país e hicimos almuerzos multitudinarios.

Así comenzaron las primeras experiencias que fueron materializando el proyecto del centro cultural.

El evento del primero de enero 94, con la aparición del ejército zapatista con características fuera de lo común y distintas a la guerrilla más tradicional, hablamos de horizontalidad, de cuestiones contraculturales que generaron una especie de referencia para grupos como los nuestros. No teníamos líderes, éramos una organización horizontalista y si no era específicamente asamblearia nos basábamos en lo espontáneo y despojados de lo económico. A todos nuestros grupos el zapatismo le da un impulso y en nuestras actividades siempre estaba referenciado.

Maurito nos dice -Es el primer registro de ocupación con un proyecto de centro cultural de jóvenes que proponían un nuevo estilo de mirada con varios condimentos y con pensamientos anarquistas entre otros. Y nace un poco de propuestas de personas también de afuera, como gente que era parte de la biblioteca Ghiraldo, y distintas puntas y se llegó a escribir un proyecto que hasta se presentó en el consejo, netamente independiente y autogestivo.

Ya para mediados del 97 el galpón era un lugar muy reconocido e importante de Rosario, todas las bandas under pasaban por ahi, funciones de teatro, como el de Omar Serra con talleres, Miguel Franchi, Los Hermanos Boloño, que recién inauguraban un teatro de calle, Julian Sanseri, Nicanor Delia, entre otros. Durante el año 98 ese espacio creció mucho y otras personas se fueron incorporando. Se incorporan Eduardo Bignoli, músico, que algunas veces tocaba la trompeta con pollera en la puerta y le gritaban puto, y Eduardo reaccionaba diciendo que sí, que lo era y los invitaba a pelear (sabía aparecer con su cara algo golpeada) y Julio Benavides que se instala a vivir compartiendo sus experiencias como músico y luthier.
También llegan viajeros que se enteraban que en Rosario existía el Galpón Okupa, de Uruguay, de Europa y hasta de Norteamérica. Este es el caso del norteamericano Tomás que compartía nuestras ideas y fue a vivir al techo del galpón con una carpa. Allí había un ex tanque de agua en una estructura de hierro que abarcaba todo el techo. Tomás se queda hasta el final, y recuerdo que ya habían desalojado toda la parte inferior y los súper-policías equipados con todo tipo de blindaje tuvieron que subir la escalera para bajarlo, y sacar luego el colchón y todo lo que había dejado en el techo.

Chachi:- El galpón tuvo muchas repercusiones a nivel local y pronto comenzó a salir en los diarios, tanto nacionales como internacionales, entrevistas, visitas de periodistas, etc. En el 98 ya casi con nuestro desalojo encima, en Italia se suicida una squatter argentina, María Soledad Rosas en forma muy confusa, con una historia de encarcelamiento y esto tuvo mucho impacto nacional y sobre todo relacionándolo con el galpón. Los medios argentinos comenzaron a hablar de los “squatters” y descubrir que había lugares ocupados, en particular el GALPÓN OKUPA de Rosario.

Chachi -Venían bandas de todo el país y del exterior, sabiendo que era un galpon okupado y que tocarían gratis. Nadie quedaba fuera de los recitales.

Algunas de las bandas que tocaron en el galpón fueron: Los Buenos Modales, Carmina Burana, Fun People, Shocklendders, Las Trolas, Muerto en Pogo, Las Manos de Filippi, Los Crudos, Niños con Bombas, Catupecu Machu, Intense Mosh, Penumbras, Scraps, Bulldog, Asko y Pena, A punto, Potente vs Picante, Chamuyo en el Sauan, Sac, Discourage Youth, Las Plantas de Shiva, Devastación, Vieja Escuela, Caramelo Santo.

La okupación dura hasta el 12 de agosto del 98, después de 7 intentos de desalojo.

Llegaron Fuerzas federales porque el galpón correspondía a nación, algo de lo que quedó después del desguace de los ferrocarriles, gracias a Menem. Estaba a cargo del Ente nacional de administración de bienes ferroviarios, el ENABIEF. El operativo fue terrorífico: policía, gendarmería, tipos encapuchados, armados, funcionarios de trajes y equipo TOE. Filmamos todo. Uno de los trajeados avisa que van a dar tres minutos para que desalojen o se usará la fuerza pública. En respuesta, desde adentro, se ejecutan instrumentos de viento cada vez más fuerte.

Y recuerda Maurito -Después del desalojo los chicos quedan varados enfrente, lo que ahora creo que es la plaza de las Américas, esta zona que se estaba inaugurando, ex-zona ferroviaria. Allí instalan carpas y están creo que una semana. Así nacen los primeros malabares en semáforos, para la sobrevivencia de esos días, que desde entonces se le llamó “semáforo” al trabajo en las esquinas.

Otro de los iniciadores del galpón, el Tavo, ya había localizado y ocupado una casa en la zona sur de Rosario, una ex-panadería. Le brinda el espacio a todos los chicos y hacia allí parten. Ese nuevo lugar se llamó LA PANADERÍA.

Creo que desde el año 97 hasta el año 2015 han habido una serie de ocupaciones en toda la ciudad con algunos de los compas que venían del galpón, pero esto ya es parte de otra historia.

PD. anécdotas….

De duendes y fantasmas…. Pablo y Ama recuerda la fantasía que en el galpón habitaban duendes y fantasmas. Es que cada tanto hacía su aparición una extraña mujer con túnica blanca, que con el tiempo descubrieron que ella vivía en la calle y había escapado de un psiquiátrico.

Ferky contó que tenía 15 años cuando participó en el galpón y esto le cambió su vida. Recuerda que para el encuentro de bolsas, en uno de los afiches que hizo el Faca, artista rosarino, había un escrito: “Los zapatones me aprietan… el pasamontañas me da calor…. Y el subcomandante Marcos me tiene loca de amor”.

Y la reflexión del Chachi: “Y cuánto de nuestros caminos en el inicio de la conciencia social tienen íntima relación con estas vivencias en el galpón!”

Y la de Maurito: “El galpón era sobretodo para la sobrevivencia de un pensamiento y de una forma de empezar a ver la vida y proyectar nuevas alternativas en un momento político muy carente para la juventud”.

Red de Solidaridad con Chiapas de Rosario-Argentina

Intentamos compartir con los zapatistas ese camino de dignidad y esperanza, a través de las Brigadas Civiles de Observación, testimoniando las violaciones a sus derechos y difundiendo su lucha desde nuestros territorios. Buscamos una nueva forma de hacer política y caminos de encuentro.

Imagen: Mural a cargo de China del Río, Rosario 2019

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