Tierra Roja

Abel Irala

Ernesto Benítez, líder campesino torturado hace 21 años

Hace más de 10 años el Comité de Derechos Humanos de la Naciones Unidas dictaminó que el Estado paraguayo es responsable de violaciones de derechos humanos de los campesinos Ernesto Benítez, torturado, y Eulalio Blanco, asesinado por fuerzas estatales en el año 2003 durante una manifestación en el Departamento de San Pedro.

El 24 de junio del 2024 el Estado tuvo que reconocer y pedir disculpas en un acto público a Ernesto Benítez y a familiares de Eulalio Blanco, a pesar de ello, 21 años después de aquellos hechos, situaciones similares que incluyen violencia, asesinatos, torturas a campesinos e indígenas siguen siendo una constante, sólo en el periodo pos dictadura hasta la fecha han sido asesinados más de 125 campesinos alrededor del conflicto por la tierra.

“En estos 35 años de la democracia son las únicas que han recuperado efectivamente tierras malhabidas de la mal llamada reforma agraria, las organizaciones campesinas e indígenas han hecho mucho más que el Estado paraguayo para avanzar en la tan necesaria reforma agraria en nuestro país. Las deudas del Estado con las comunidades campesinas e indígenas se han profundizado y el Estado ha perfeccionado la maquinaria represiva de la lucha social y del ejercicio del derecho a la manifestación” fueron algunas de la palabras de Cristina Coronel en representación de la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (CODEHUPY) emitidas durante el acto oficial.

Parte de esta perfección que menciona Coronel es justamente promovida por el actual Ministro del Interior Enrique Riera, que en su periodo como Senador colorado en el 2021 ha impulsado una de las leyes más represivas de los últimos años contra campesinos e indígenas y ha alentado constantemente la criminalización de las luchas populares. Riera, fue portavoz del Estado paraguayo para pedir disculpas públicas a Ernesto Benítez y a la familia de Eulalio Blanco.

Las marcas de tortura en el cuerpo de Ernesto Benítez son las marcas del dolor, la violencia y el terror que durante siglos soporta el pueblo paraguayo, tal como lo mencionó él mismo y prosiguió describiendo lo que es el Estado actualmente:

“el conjunto de instituciones políticas, juridicas e ideológicas llamado Estado, no puede ser garante pleno de los derechos humanos porque su carácter, su escencia le impide. Actúa de forma parcialista en favor de una minoría, es excluyente y violento. Desde 1870 hasta la actualidad fue diseñado y construido desde los intereses de una minoría y desde una forma de ver, entender y sentir el mundo, totalmente distinto y opuesto a la mirada indígena, campesina y la mayoría excluída. La mirada que controla el Estado sencillamente se reduce a la idea del tener, de la propiedad, del dinero como valor supremo, como Dios. Entonces desde el Estado cuando se mira a la tierra, al agua, al árbol, a las semillas, al conocimiento, a los minerales, a los animales y al ser humano no ven la vida sino dinero, y como la vida de por si no se transforma en dinero, tienen que matar, despedazar, triturar para convertir en mercancía”.

Y por otra parte explicó la mirada de las comunidades campesinas e indígenas que difiere absolutamente de la del Estado:

“para nosotros, nosotras la tierra es un ser vivo, es la madre común de todo ser vivo, yvy ñande sy, madre tierra. Los árboles, los animales, las abejas, el agua, las semillas, son los demás seres vivos, son interdependientes y se complementan recíprocamente. El sere humano no es 100% porque están presentes en él sus demás hermanos y hermanas, el agua es 70% de nuestro cuerpo, alrededor del 95% de nuestro cerebro, respiramos porque los árboles nos dan el oxígeno y para que existan muchos árboles se necesitan de las abejas, de las mariposas, de los pajaritos que ayuden a la polinización, a la multiplicación de la vida. Entonces el ser humano es tierra, es animal, es semilla, es mariposa, es árbol y es la síntesis de sus ancestros, de los que vivieron antes hace miles de años atrás, es un integrante más de la casa común de los seres vivos llamada planeta, no puede ser dueño de su propia madre y sus propios hermanos. Desde esta mirada del mundo nosotros y nosotras afirmamos que desde hace siglos y desde épocas más reciente el Estado paraguayo cometió y comete genocio, etnocidio y ecocidio”.

El acto de reconocimiento a campesinos se da un contexto de avance autoritario y represivo, de profundización del extractivismo en Paraguay, y que significa un logro importante para las organizaciones campesinas, indígenas y de derechos humanos por demostrar las violaciones que son cometidas por los gobiernos encargados de controlar el Estado, significa un acto de dignificación para las luchas populares, de memoria por los asesinados y asesinadas, por los torturados y torturadas, es un acto de rostro campesino e indígenas, para recordar su sufrimiento y para reimpulsar sus luchas.

Fuente:

Paraguay TV, Acto de reconocimiento internacional a favor de las víctimas Eulalio Blanco y Ernesto Benítez, disponible en https://www.youtube.com/watch?v=N9iNIVXj7No

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