DESconstrucciones

Fernando Híjar Sánchez

Revueltas, el retrato del joven compositor

DESconstrucciones

(XX)

Foto tomada de internet

Tercera parte

Para Desinformémonos, imprescindible plataforma autónoma, en sus 15 años, y un gran abrazo para Gloria, Ekaterina, Beatriz, Gerardo y a Fernanda a la distancia…

El libro, las voces, Fermín y José

El libro de Luis Jaime Cortez Favor de no disparar sobre el pianista (editado, en el año 2000, por CONACULTA), nos ofrece un visión muy amplia y rica en matices acerca de Silvestre Revueltas (conformada por un coro, lleno de contrapuntos, que nos dan fe de su complejidad como ser humano, como artista y de sus avatares existenciales); su paso por esta vida fue breve, apenas 40 años, pero inmenso su legado. Una de las voces que aparece en la novela, describe de este modo a la familia del personaje:

En total, en veintitrés años de un supuestamente feliz matrimonio Romana y José tuvieron doce hijos, si mal no recuerdo. Silvestre, el primogénito; Fermín, pintor, uno de los pioneros del muralismo, dejó una obra de valor, aunque breve como su vida, pues murió incluso más joven que Silvestre; José Maximiliano, ¿no le sorprende el nombre?; Consuelo, pintora; Emilia, desde niña aprendió a tocar el piano, y a menudo le acompañaba sonatas a Silvestre en largas tardes familiares; Rosaura, propietaria legal hasta su muerte del archivo de Silvestre, actriz; José, junto con Fermín, el hermano más cercano afectivamente a Silvestre, y uno de los grandes activistas políticos y escritores mexicanos; María del Refugio, Maura, María de la luz, María y Agustín.

En el post scriptum (después de lo escrito), elautor nos aclara que de las múltiples miradas que inundan la novela (cada una nos da un perspectiva diferente y a veces complementaria), solo dos son personajes imaginarios, pero “no pienso que eso signifique que son una fantasía o una mentira”. Para darnos una idea de la riqueza de estas voces, que Luis Jaime plasma de manera acertada en páginas de gran valor literario, “se realizaron entrevistas con las siguientes personas”: Ángela Acevedo, Luis Cardoza y Aragón, Francisco Contreras, José Chávez Morado, Blas Galindo, Fernando Gamboa, Eduardo Hernández Moncada, Federico Hernández Rincón, Lya Costa, Olga Costa, Eugenia Revueltas, Rosaura Revueltas, Luis Saloma, Luis Sandi y Alfredo Zalce. Y, en otros casos, aparecen, en base a varios tipos de documentos, las palabras fundamentales de sus hermanos José y Fermín.

José:

La literatura, vuelvo a repetirle, fue una influencia definitiva para su música. López Velarde le reveló un país nuevo y luego los estridentistas le dieron una descarga de miles de voltios de poesía pura. Los conoció por Fermín y se empezó a reunir con ellos en el legendario Café de Nadie. Ellos le dieron la pista de nuevas lecturas, pero sobre todo le ayudaron a encontrar su tono, le dieron los estímulos que le hacía falta para descubrir su voz.

El estridentismo le enseñó a Silvestre una sintaxis, le hizo circular una sustancia eléctrica por la sangre, le dio un sentido de modernidad y lo libró para siempre de la herencia romántica que le había dejado el Conservatorio.

Fermín:

Yo creo que yo le gané a encontrarme, porque fue hasta 1926 cuando él se atrevió a mostrar su primera obra: Batik. ¿Le sugiere algo el nombre? Pero los críticos no se han dado cuenta. A Carlos Chávez incluso le pareció una bobería. Pero en realidad era una clave. La mayoría de las obras de Silvestre contienen en su título alusiones pictóricas, o visuales, pues. Sin menospreciar las influencias literarias. La noche de los mayas es un mural, Sensemayá es un óleo de grandes dimensiones, sus cuartetos son dibujos perfectos, El afilador es una acuarela, ¿ve? Planos, Esquinas… todas son referencias visuales. O casi.

La explosividad ante el músico de hierro

De la página 180 a la 186, surge un tema que para muchos siempre ha sido un enigma que, para mí, no se ha resuelto del todo, pero que la pluma del autor nos aporta elementos para comprenderlo mejor, me refiero a la relación entre Revueltas y Carlos Chávez, El músico de hierro. He aquí algunos extractos del apartado nombrado, El cristal y la llama:

Su relación tiene al menos tres etapas: de 1923 o 1924, fecha en que se conocieron, a 1935: es ésta una época marcada por los signos más entrañable de la amistad; de 1935 a 1940, años en los que se percibe en ellos algo de odio, de resentimiento y culpabilidad, y algo de admiración recíproca a toda prueba. Y finalmente, de 1940 en adelante: etapa en la que Carlos Chávez se ve obligado a dialogar sin fin con el fantasma de Silvestre.

El trabajo en equipo de Chávez y Revueltas con los compositores que se unieron a ellos transformó radicalmente el horizonte de la música mexicana en unos pocos años, un trabajo realizado en la Sinfónica de México tanto como en las aulas del Conservatorio, un trabajo que se salía de las salas de concierto para ir a la calle, a las fábricas, a los cafés, a las oficinas de los políticos y de los funcionarios. Un trabajo que buscaba sacudir al público, fomentar la investigación, estimular la creación. En unos cuantos años aparecieron más compositores qué nunca.

En esta época todo es ambos. El éxito de uno es el éxito del otro.

Pero en 1934, en el concierto de inauguración del Palacio de Bellas Artes, algo empezó a romperse, lentamente. En este concierto estrenó Chávez su Sinfonía Proletaria. Fue Chávez y no Revueltas, el supuesto comunista feroz, quien adoptó las tesis del realismo socialista. Revueltas nunca escribió nada que, por su contenido o por su nombre, hiciera sospechar siquiera la mínima adhesión a los dictados de la Tercera Internacional.

pero en el interior de la revista hay además un artículo titulado El plastodonte blanco (el autor se refiere al primer número de la revista Frente a Frente tribuna de La Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios, conocida como LEAR), permítame mostrarle algunos fragmentos del texto:

Arquitectónicamente, su fachada es una plasta. Nos transporta a los tiempos de la dictadura porfiriana, en que se fomenta la penetración imperialista europea…

Carlos Chávez participó especialmente con su obra musical -llamadas proletarias- en la campaña de demagogia asquerosa desarrollada dentro del Palacio de Bellas Artes…

¿Que qué tiene esto que ver con la relación entre Chávez y Revueltas? Es muy sencillo: todo esto lo escribieron los amigos comunistas de los Revueltas. No silvestre propiamente… Además, Silvestre no participó en este concierto por muchas razones, una de ellas, se me ocurre pensar, por suerte.

Además, los amigos de uno y otro contribuyeron a la ruptura. Usted sabe que hasta se sentaban en lados opuestos de la sala. Ansermet (Ernest Ansermet, renombrado director de orquesta suizo) fue otro factor: elogiaba públicamente a Revueltas, confrontándolo, voluntaria o involuntariamente, con Chávez, a quien describía como un inepto sin cultura musical y sin talento.

A eso se agregó, dosis explosiva, la gradual politización de Revueltas. Chávez fue simpatizante comunista en una época en que todos eran comunistas de nombre, hasta el gobierno. Pero Revueltas empezó a pararse en las esquinas a distribuir Frente a Frente y a participar en manifestaciones obreras, y a realizar actividades ya no muy ortodoxas para el gobierno.

El argumento de Chávez para desligar a Revueltas de la sinfónica pudo haber sido muy simple: el alcoholismo. Pero al parecer Revueltas se fue por sus propias razones.

Y la amistad se acabó.

Pero las simpatías y diferencias entre ellos son más vasta y profundas.

A Revueltas, tanto como a Chávez, se debe que nuestra música haya asumido como propia la conciencia de la música occidental.

Chávez es un dibujante. Revueltas concibe y realiza sus obras a pincel, sin la intermediación del dibujo, como Van Gogh…

Ambos comparten con Stravinsky la pasión por el ritmo.

A Revueltas le interesó menos que a Chávez la búsqueda y la experimentación puras: su genio no era especulativo. Es otro rasgo que lo acerca a Orozco, ya entero desde su primera serie de acuarelas.

Revueltas tiene la explosividad de los tímidos. Chávez es cosmopolita por naturaleza, por carácter y vocación.

A Chávez le preocupa la tradición; a Revueltas le estorba, le incomoda como el smoking o los zapatos de charol.

Chávez tiene una técnica de composición; Revueltas una poética. Uno es racionalista, el otro, romántico.

Revueltas escribió varias obras maestras:

Cuauhnáhuac, Sensemayá, Homenaje a García Lorca, Planos, Redes, los cuartetos de cuerdas…

Tanto Revueltas, como Chávez escribieron “obras maestras que transformaron la faz de la música de América”.

El corpus sonoro, las notas sueltas escritas en tinta verde y el final descrito por Cardoza y Aragón

No pretendo desarrollar una reseña de la publicación de Luis Jaime, tan sólo resalto algunos aspectos de su contenido para mostrar el dominio y la profundidad del autor sobre la temática revueltiana. Hay mucho, mucho más que nos exhibe el libro, desafortunadamente se encuentra agotado, ojalá que esto sirva para que la actual Secretaría de Cultura lo reedite.

En fin, el libro nos señala varias vertientes y rutas para adentrarnos a la verdad y a la leyenda de Silvestre Revueltas y descifrar los caminos en donde se unen o bifurcan.

La publicación tiene varios apéndices, entre ellos, uno dedicado a sus principales obras ubicadas a nivel cronológico: obras juveniles (1915-1924); primeras obras en las que se puede percibir su voz (1924-1929); obras de plenitud creativa (1930-1940) y música para cine. Resulta interesante que Luis Jaime, ponga las obras juveniles como parte integrante del catálogo de Revueltas, es decir, les otorga un sitio, válido y decisivo, en la conformación del genial compositor; esto contrasta con otras investigaciones y compilaciones en donde, estas obras, son menospreciadas, ignoradas o no aparecen en su corpus musical. Esta situación será tratada en la próxima y última entrega cuando se hable sobre estas composiciones tempranas, las cuales son el leitmotiv de estas colaboraciones.

Ya casi para finalizar esta entrega, seleccioné algunas notas sueltas que aparecen entre los manuscritos de Sebastián Rossi (uno de los personajes “ficticios”), escritos con “tinta verde” en hojas sin orden aparente:

Revueltas es un expresionista, a fin de cuentas, pero no como Schoenberg; como Posada, como Orozco.

Padeció la fobia de la redundancia.

Una música que estalla en un aire seco, música de pólvora…

Todo en la vida de Revueltas es humor, ironía, incluso lo dramático adquiere en él un tono festivo, por tanto no puede usted intentar una biografía seria, solemne.

Cuando compone, Revueltas no filosofa, no piensa, no predica, no ataca, no alega… Sus obras son paraísos sonoros. Por eso es más fácil buscarlo sesgadamente, en diagonales furtivas.

Hay al menos dos Revueltas: el de la verdad y el de la leyenda. Los dos son uno solo.

No me emociona por su modernidad, pues es este un concepto que envejece muy pronto, ni me apasiona como continuación de nadie, así sea Stravinsky o cualquier otro nombre solar. Me cautiva por lo que hay en él de distintivo, de único. Por lo inalienable de sus sonoridades violentas.

No coleccionaba relaciones sociales, para que me entienda. Para eso se necesita una delicadeza y una paciencia que él no poseía.

El sol de Pellicer se le coló entre las trompetas y el lápiz.

Revueltas, como Baudelaire, como Dostoievsky o Van Gogh, nació pobre, y pobre seguirá para siempre, suceda lo que suceda. Hay algo de metafísico en esa pobreza, ¿me comprende?

Silvestre pertenece a la estirpe de los grandes fracasados: Pessoa, Van Gogh, Mussorgsky, Dostoievsky, Schumann, Pavese…

No lo derrotaron ni la miseria ni el fracaso.

La grafía de Revueltas me recuerda a un tigre, con sus movimientos ágiles y poderosos.

Sus primeras obras tenían algo de Debussy, pero el acuario impresionista no era lo suyo.

La música, para Debussy, es una ligereza que no hace sombra: sus movimientos son apenas siluetas en el agua. La música de Silvestre tiene peso, está ligada a la tierra.

La simplicidad del trazo le da a su melodía un aire de música popular.

Dice Cardoza y Aragón que, al nivel de su pintura, Rivera quiso gustar, Orozco pintar, y Siqueiros contender. Yo creo que Silvestre está sin duda del lado de Orozco.

Silvestre Revueltas parecía más un anarquista romántico que un comunista de la III Internacional.

Para saber algo de los impresionistas hay que conocer París, dijo Silvestre. Termina uno por pensar que Renoir es una especie de realista sofisticado. Algo así ocurre con los nopales y los magueyes y mi música.

El libro contiene una cronología no sólo de hechos y acontecimientos, sino también de testimonios y la voz misma de Revueltas, he aquí el inicio y el fin:

1899

Nací en Santiago Papasquiaro… Creo que es un lugar cercano a las montañas, pues el recuerdo más lejano y vivo de mi infancia me ilumina un viaje por la sierra, amarrado a una mula – era muy pequeño -, durmiendo el sueño bajo tiendas de campaña y sobre el suelo, y cazando pajarillos con un rifle de salón, recogiendo frutas en la madrugada, oyendo los lobos en la noche. Desde entonces me quedó un automático, tendido amor por los pinos, las montañas y los horizontes…

1940

Luis Cardoza y Aragón:

Meses antes de la muerte de Silvestre Revueltas, una neumonía fulminante, México contaba semanas a oscuras por la huelga de los trabajadores de la empresa eléctrica. Una madrugada lo encontré mortalmente ebrio, en la esquina de Madero y San Juan de Letrán. Le sacudí por las solapas, le grité, le rogué que subiera a un taxi, para dejarlo en su casa. Sus cien kilos resoplaban rugientes, los ojos perdidos. Tenía aquel hombre insigne una tosca y enorme cabeza de cocodrilo, con ancha cicatriz de un navajazo en la mejilla. Bregué con él mucho tiempo, inútilmente. Me respondía bramando como un toro enfermo.

Para los que se interesen más en la vida y en las obras de Revueltas, en internet y youtube, hay textos y videos musicales muy recomendables. Y la novela de Luis Jaime Cortez en versión digital.

Fernando Híjar Sánchez

Promotor cultural, productor musical e investigador independiente. Uno de sus más sobresalientes fonogramas: Lienzos de viento (músicos zoques y mames en diálogo con Horacio Franco) obtuvo el Premio Patrimonio Musical de México, INAH 2012.

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