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Roma, Italia. Una oleada de protestas se extendió por toda Italia desde principios de octubre, cuando trabajadores y estudiantes, ciudadanos de L’ Aquila, de Terzigno, la sociedad civil organizada en asociaciones, redes, comités y partes significativas de los sindicatos, decidieron encontrarse para dar vida a un frente común capaz de construir una nueva oposición, real y concreta, a la crisis económica y a un gobierno que ha fallado completamente en su mandato.
Parte de la ofensiva del gobierno es el intento de aplicar la reforma educativa conocida como Gelimini, que ha sido objeto en los últimos dos años de amargas disputas. Este otoño, el año escolar se abrió con movilizaciones de protesta, ocupaciones en universidades y escuelas en toda Italia, torciendo los caminos de lucha que en todo el país se están dando contra las políticas gubernamentales.
El 16 de octubre cerca de 800 mil personas expresaron en la Plaza de Roma su disidencia contra las políticas que están llevando al país al borde del colapso: profesores, estudiantes de escuelas y universidades, trabajadores, jóvenes con empleos temporales de Terzigno que están en contra de la construcción de un relleno sanitario, ciudadanos de L’ Aquila indignados por los falsos programas de reestructuración de la ciudad después del terremoto, entre otros.
En asambleas permanentes los estudiantes han promovido iniciativas contra una reforma de la ministra de educación Maria Stella Gelmini, que quiere recortar los fondos para la eduación y la investigación, agravando más la situación de los ya afectados por la reforma 3+2. Mientras en toda Europa en tiempo de crisis los gobiernos aumentaban el financiamiento para la educación y la investigación, en Italia se hizo lo contrario.