Teia Dos Povos

Joelson Ferreira

Las luchas y logros cotidianos del Asentamiento Terra Vista en sus 31 años de historia

En las últimas tres décadas hemos aprendido que para existir es necesario ocupar, resistir, producir y, al mismo tiempo, conocer y comprender la forma de vida de cada pueblo, sus saberes y su cultura. Fue a partir de este cruce, entre lucha y cultura, que iniciamos, en el año 2000, nuestra transición agroecológica que hoy caracteriza al Asentamiento Terra Vista.

Gracias a este giro agroecológico hemos eliminado el hambre y la dependencia exclusiva de las tres “f” (harina1, frijol y fato) que constituían nuestra única opción alimentaria. Este giro se dio a través de la diversificación del cultivo y producción de alimentos y la reforestación, al mismo tiempo que aprendimos, con la vasta cultura de nuestros ancestros, a deshacernos de los efectos nocivos del monocultivo y la cultura tradicional del cacao. Conservamos y desarrollamos lo bueno de la región: el sistema cabruca2 y su forma respetuosa de cultivo y convivencia entre diferentes especies. Esto nos permitió triplicar la producción orgánica de cacao sin, con ello, alienarnos en el mito del productivismo. Durante este período, que ya asciende a 31 años, agregamos una gran variedad de árboles frutales, que vinieron a sumar y enriquecer el sistema de cabruca. Por eso esta frase recurrente es, para nosotros, casi un lema: ¡hay que resistir para existir! Es necesario enfrentar el monocultivo, el agronegocio y otras fuentes de devastación capitalista para garantizar la supervivencia de la humanidad.

Gracias a la diversidad de cultivos, la abundancia ha vuelto. A través del manejo agroecológico, eliminamos enfermedades de la tierra, causadas por herbicidas, fertilizantes químicos y muchos tipos de pesticidas. En este cambio, nos apoyamos en las enseñanzas de doña Ana Primavesi3, quien nos hizo darnos cuenta de la importancia del suelo y sus conexiones: “suelo sano, planta sana, gente sana”. Le estamos agradecidos por lo que nos transmitió, tanto de su pensamiento como de su propia forma de ser, con la que tuvimos el privilegio de convivir, durante su visita a Terra Vista, en la I Jornada de Agroecologia da Bahia en 2012 .

Como resultado de este cambio hacia la agroecología, nuestro trabajo y compromiso resultó en la recuperación de los manantiales y la recomposición de casi todo el bosque de la ribera del río Aliança, que baña el asentamiento y, en consecuencia, en la garantía de abundancia y calidad de agua. Nuestra agua mineral y potable se ofrece a la población del municipio de Arataca, donde estamos ubicados.

A través de las Escuelas Florestan Fernandes (primeros y últimos años de educación básica) y CEEP Milton Santos (educación secundaria profesional), cursos de agronomía, especialización en agroecología, especialización en educación rural, experiencias agroecológicas, junto con la ciencia de la agroecología, estamos produciendo parte de los conocimientos necesarios para la mejora continua de nuestro accionar en la construcción de la Universidad de los Pueblos.

Con estas iniciativas relativamente sencillas logramos eliminar el analfabetismo, avanzamos en el desafío de formar jóvenes y, a pesar de las dificultades, somos conscientes de la necesidad de avances en educación. Al fin y al cabo, es necesario superar la ignorancia impuesta a nuestro pueblo mediante modelos urbanos inapropiados, de inspiración cartesiana y referencias eurocéntricas. Superar un modelo educativo subalterno de base colonial es una tarea que requiere mucho tiempo, acciones y reflexiones, pero también requiere dar los primeros pasos. Los hábitos alimentarios son otra acción que necesita al menos cien años para cambiar significativamente. Creemos, sin embargo, que desde el primer minuto de la transición agroecológica venimos trabajando de manera concreta para cambiar los hábitos impuestos a nuestra alimentación, y este esfuerzo sigue siendo una de nuestras prioridades.

La cantidad de tiempo y esfuerzo necesarios para realizar nuestras numerosas reivindicaciones no nos asusta. Tenemos clara nuestra misión y la importancia de conquistar la autonomía y la soberanía para los asentados y demás integrantes de la Red de Pueblos. Por eso, debemos continuar en este camino de lucha para lograr nuestros principales objetivos: luchar en defensa de las formas del bien vivir y la posesión y garantía del territorio.

Seguimos luchando día a día y de manera continua por mejorar los ingresos de todos y cada uno, consolidando y aumentando el ingreso mensual de cuatro y medio a cinco salarios mínimos, en promedio, por cada assentado. Creemos que mantener los logros alcanzados y obtener nuevos solo será posible con mucho esfuerzo y trabajo individual y colectivo. Para ello, estamos fortaleciendo la cooperación simple para mejorar colectivamente la vida de los vecinos, incentivándolos a comprender la dimensión de la colectividad y la individualidad, ya que ambas no caminan por separado. Trabajamos para mejorar los ingresos de mujeres y jóvenes, a través de la elaboración artesanal y rebelde de chocolates y aceites esenciales con fitocosméticos al ritmo de las aguas, el bosque, las semillas nativas-criollas que, al cumplir 31 años de ardua y sostenida existencia, somos conscientes de nuestras responsabilidades y compromiso con la gente, de la importancia de elevar el nivel de conciencia de la comunidad, trabajando fuerte para construir la sucesión. Hablar de sucesión es hablar de futuro y, por tanto, incluso de la necesidad de acercarse e invertir en los jóvenes y niños, ya que estos representan la continuidad de los procesos organizativos de la comunidad.

Sabemos que esta lucha es de todes, de todos y de todas. Paralelamente a esto, estamos apoyando fuertemente la creación y avance de la Red de los Pueblos. Sabemos que la lucha es de todes, de todas, de todos, lo que no hace más que reforzar la importancia de esta gran alianza entre el campo y la ciudad, indígena, negra y popular.

Nuestra grandeza proviene de la fuerza de los pueblos.
¡Viva el Asentamiento Terra Vista!
¡Viva los 31 años de existencia!
¡Viva el MST!

1 Harina, en portugués, se dice Farinha, por eso la F.

2 Cabruca es un sistema de producción agroforestal en el que se cultiva cacao bajo la sombra de especies nativas del bosque original. Así, se mantiene la biodiversidad al evitar la extracción de árboles nativos de la Mata Atlántica.

3 Anna Primavesi fue una agrónoma austriaca radicada en Brasil. Fue una importante investigadora en agroecología y agricultura orgánica.

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